“...Los actuales tiempos nos piden una fe más vigorosa, una moral más
pura, una caridad más ardiente y una prontitud mayor para el sacrificio,
semejante a los primeros tiempos de la Iglesia...y nuestro deber, el deber del
episcopado, el del clero y el de los fieles, es de prepararse al futuro
encuentro de Cristo con el mundo”.
S. S. Pío XII, 2 de Junio de 1942.