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Alighiero Tondi,
italiano, era miembro del Partido Comunista; ingresó en el Instituto de los
Jesuitas por orden del Partido. En el año 1943 fue ordenado sacerdote.
Publicamos fragmentos que corresponden
a una nota del conocido Abbé Henri Mouraux -fallecido en 1995- publicada en su
revista "Bonum Certamen" del número de Mayo-Junio de 1981:
Me encontraba yo en
Roma, cuando el murmullo de un acontecimiento se extendía entre los habitantes
de la Ciudad. En efecto, se había visto salir del Vaticano a un hombre
esposado, al que un coche celular se lo había llevado. Este hombre despojado de
su sotana por orden de Pío XII, no era otro que Mons. Alighiero Tondi, jesuita,
secretario particular de Mons. Juan Bautista Montini, éste a su vez,
Prosecretario de Estado de Pío XII.
He tratado este asunto en dos números
de Bonum Certamen. Pero como ha producido un revuelo escandaloso, debo resumir
los hechos.
Pío XII, envió detrás del Telón de
Hierro, sacerdotes disfrazados de viajantes para proporcionar los sacramentos a
los Católicos, así como a Obispos, para realizar ordenaciones. Estos
desgraciados fueron arrestados y después fusilados en la URSS. En vano Pío XII
buscaba explicar este drama, cuando el Arzobispo de Riga, le reveló que un
espía vivía en el Vaticano. Entonces lo hizo vigilar por agentes de policía
disfrazados de prelados. (Encomendó la operación a un agente francés
especializado en contraespionaje).
El resultado no tardó en producirse:
Mons. A. Tondi fue sorprendido en el momento en que estaba fotocopiando
documentos secretos. Interrogado, declaró que era agente de la KGB, formado en
Moscú y que transmitía a sus jefes de la URSS, los documentos que podía robar a
Pío XII. Los documentos eran dirigidos a Moscú por mediación de Togliatti
(Secretario General del Partido Comunista Italiano), amigo de infancia
de Juan Bautista Montini. Ante esta revelación, Pío XII cayó enfermo; tras
destituir a aquél, trasladó a Milán a Mons. Montini.
Al advenimiento de
Paulo VI, Mons. Tondi y su concubina, volvieron a Roma; él se instaló en el
Vaticano en calidad de empleado civil; ella fue elevada a muy altas funciones
del Partido Comunista. Pronto, Paulo VI, sin ninguna retractación ni
reparación, y confesando Tondi que aún guardaba la Cédula del Partido
Comunista, legitimó su matrimonio civil por "sanatio in rádice", es
decir, sin necesidad de tener que presentarse ante ningún sacerdote. (C.F.
"Aurore", del 12 de Marzo de 1965).
¿Había abjurado de su
ateísmo la ex secretaria de Togliatti? Para nada. Cuando murió, en 1979, su
sepelio dio lugar a una enorme manifestación del Partido Comunista, como si se
tratase del mismísimo Togliatti o de Enrico Berlinguer...
Un religioso amigo,
bien enterado de lo que pasa en el Vaticano, me aseguró que Mons. A. Tondi,
colocado por Paulo VI en un puesto muy secundario, era en realidad su Embajador
Personal en sus contactos con la URSS".
Sobrevenido
Juan Pablo II, se perdió por un tiempo el rastro de este individuo, cuando
súbitamente, aparece en el primer plano de las noticias religiosas. La prensa
italiana hace saber que Mons. A. Tondi, pide al Cardenal Seper, en Octubre de
1980, ser reintegrado al sacerdocio. Y, en diciembre de 1980, Juan Pablo II, lo reintegró al Sacerdocio
sin condiciones. Y quizá para honrar su anterior actividad como profesor de
ateísmo, fue designado prelado de honor... No abundan los espías conocidos en
la historia de la Santa Sede; seguramente ninguno de ellos tuvo la insólita
fortuna de Alighiero Tondi.
Con gran estupor, han
visto católicos a Mons. A. Tondi decir misa en público, la misa del
Ordo-Bugnini, claro está; pero sin casulla y adornado con mil caprichos...