STAT
VERITAS
“¿Cómo
tendré caridad si -sabiendo que en un camino hay ladrones y asesinos que roban
y matan a cuantos pasan- no se lo advierto a los que se dirigen a él?
¿Cómo
tendré caridad si -sabiendo que los carnívoros lobos están matando a las ovejas
de mi Señor- callo?
¿Cómo
tendré caridad si enmudezco al ver como roban las alhajas de la Casa de mi
Padre, tan preciosas que le cuestan la sangre y la vida a Dios, y al ver que
han pegado fuego a la Casa y Heredad de mi amadísimo Padre? (...)
¡Ah!
No es posible callar, Madre mía. No callaré aunque supiese que de mí han de
hacer pedazos, no quiero callar; llamaré, gritaré, daré voces al cielo y a la
tierra, a fin de que se remedie tan gran mal.
No
callaré… Y si de tanto gritar se vuelven roncas o mudas mis fauces, levantaré
las manos al cielo, se espeluznarán mis cabellos, y los golpes que con los pies
daré en el suelo, suplirán la falta de mi lengua…
Tal
vez me diréis que ellos, como enfermos frenéticos, no querrán escuchar al que
les quiere curar; antes bien me despreciarán y perseguirán de muerte. ¡No
importa!”.
San Antonio María Claret