Del Editorial de “THE RECUSANT” n°7, Mayo/Junio de 2013:
“El nuevo seminario en Virginia, cuya construcción
ya ha comenzado, es probablemente el ejemplo más obvio de su orgullo
institucional. Su costo proyectado es cuando menos de 25 millones de
dólares y está siendo construido desde cero en el lado opuesto de
Estados Unidos desde Winona. El sitio web del seminario admite abiertamente que
han gastado dinero en "campañas de recaudación de fondos
profesionales", que incluyen un video promocional que debe ser visto para
ser creído: más de ocho minutos de duración, y sin embargo, ni una sola
mención de Monseñor Lefebvre, del Concilio Vaticano II, de la Nueva Misa, de la
crisis en la Iglesia, de la Tradición y del tradicionalismo –realmente,
nada lo distingue de la Fraternidad San Pedro o incluso de un seminario
conciliar conservador. Solo mucho hablar sobre “espiritualidad y silencio”,
etc. Cuando Monseñor Fellay estuvo allí recientemente para la colocación de la
primera piedra, le dijo a los presentes que la razón para construir ese
seminario gigante era que 200 obispos diocesanos le prometieron que cuando la
FSSPX estuviera regularizada por Roma, le enviarían sus seminaristas para ser
entrenados por la FSSPX. Difícilmente sabemos si reír o llorar. ¿Será
posible que Monseñor Fellay crea esto? ¿Quiénes son esos 200 obispos
diocesanos, cuáles son sus nombres, de cuáles diócesis? Si realmente hicieron
ese compromiso, ¿por qué no lo dicen públicamente?, o en ese caso, ¿por qué no
los están enviando ya al seminario de la Fraternidad San Pedro en América? Se
le encuentre o no un buen uso al final, el nuevo seminario de la FSSPX en
Virginia será un monumento perdurable, literalmente en piedra, del
orgullo y locura de los “tradicionalistas” que perdieron su camino porque
pusieron su confianza en los hombres y no en Dios.
Transcripción del video promocional del nuevo seminario (nuestros comentarios van en rojo):
NARRADOR: Es bien sabido que la Iglesia católica ha sido golpeada por una
seria crisis de vocaciones sacerdotales. En los últimos 50 años, los seminarios
de todo el mundo han sufrido una drástica pérdida de estudiantes. (¿Cuál fue la razón de esto? ¿No hay ninguna explicación? ¿Es
casualidad que no se mencione el Vaticano II?)Veremos en la próxima
década el cierre de todavía más seminarios en todo el mundo. El futuro del
sacerdocio católico se ha puesto en duda. Pero un seminario ha desafiado este
trágico declive (¿Uno solo? ¿No está acá el orgullo
norteamericano? ¿Y los otros seminarios de la FSSPX?).
El Seminario Santo Tomás de Aquino, un lugar de oración, un lugar de paz.
Un lugar de vocación.
Establecido en 1988 en el sureste de Minessota, en la ciudad de Winona,
el Seminario STA ha sido una puerta importante para aquellos que siguen el
llamado al sacerdocio.
Como parte de la FSSPX, la misión del seminario STA es preservar las
tradiciones de la Iglesia y construir sobre el conocimiento, la sabiduría y la
piedad que se han transmitido a lo largo de los siglos (¿y
la fe, qué pasa con la fe?).
PADRE LE ROUX: Tenemos que dar una formación completa, total. Formación
de la mente, formación de la voluntad y formación de todas las virtudes humanas.
Recibirá clases, pero también formación por la liturgia, recibirá también
formación en el día a día en el seminario, recibirá formación por el ambiente
que tratamos de crear en el seminario.
NARRADOR: Bajo la dirección del Rector y su personal, los seminaristas
son formados por la vida del día a día.
Oración y meditación, clases de filosofía y teología, recreación, y lo
más importante, la liturgia sagrada.
PADRE X: La misión del seminario es formar sacerdotes católicos y todo lo
que lo acompaña, en sus clases, en la liturgia a la que están expuestos, todo
en la vida del seminario está ordenado para formar hombres de sacrificio, que
es lo que un sacerdote es esencialmente.
NARRADOR. Fundado sobre la Tradición de siglos de espiritualidad católica
y formación, el seminario STA, a diferencia de muchos otros seminarios en el
mundo, casi ha duplicado en números en la pasada década (¿y qué pasa en los otros seminarios? ¿Nada que decir del modernismo?).
SEMINARISTA O SACERDOTE JOVEN: Estamos viendo aquí una abundancia de
vocaciones de nuestros jóvenes que no se han visto en ninguna parte en 50 años.
NARRADOR: Este crecimiento enorme ha presentado un serio dilema.
Con el creciente número de vocaciones, el seminario afronta la dificultad
no solamente de alojamiento de los generosos jóvenes que aplican cada año, sino
de sostener al gran número de seminaristas ya presentes. La cosecha de
vocaciones ha sobrepasado las paredes del edificio actual.
SEMINARISTA O SACERDOTE JOVEN: Estamos literalmente sin espacio.
LE ROUX: La falta de espacio del seminario de Winona es, de hecho, la
razón por la que decidimos salir, porque necesitamos poner a los jóvenes en un
ambiente de silencio, de paz, de recogimiento, de presencia de Dios y si somos
muchos en la misma habitación, en el mismo espacio, este necesario
recogimiento, este necesario silencio se vuelve imposible.
PADRE X: Los seminaristas, por los dos primeros años que entran al
seminario, están amontonados tres en una habitación. Es difícil escapar, estar
a solas con Dios.
NARRADOR: Aunque dudosos de dejar el edificio tan rico en recuerdos, la
administración se dio cuenta que la reubicación era la única opción.
SEMINARISTA/SACERDOTE JOVEN: Empezamos buscando un edificio más grande o
una propiedad apropiada pero no pudimos encontrar nada bueno para un lugar cuya
prioridad sería la formación espiritual de los estudiantes.
SACERDOTE X: Sabíamos que mudarnos era la respuesta a nuestro problema,
solo que no sabíamos a dónde mudarnos.
NARRADOR: Después de varios años buscando por todo el país, en la
Virginia rural fue encontrada la respuesta.
SACERDOTE JOVEN: Finalmente encontramos una propiedad en Buckingham
County, Virginia, y tan pronto la vimos, supimos inmediatamente que esa era la
solución.
NARRADOR: Entonces la administración se dio cuenta que en esta campiña no
solamente encontraron la solución al problema de espacio, sino también de
lograr una visión mucho más grande.
PADRE X: Con la propiedad en Virginia, no solamente encontramos una
solución para nuestro problema, encontramos algo mucho mejor.
NARRADOR: Este sería el edificio cuya misma arquitectura, jugaría un
papel clave en la formación de los sacerdotes del mañana (¿?).
ARQUITECTO: La arquitectura del edificio no es solamente la estética o el
cómo se ve o los materiales que utilizamos, sino que la arquitectura realmente
la arquitectura –y esto es particularmente cierto en la arquitectura sagrada-
la arquitectura es cómo se siente un edificio, nuestro objetivo es evocar la
presencia de Dios en los edificios y en los espacios para que los seminaristas
puedan sentir la presencia de Dios solo estando en los espacios y en los
alrededores del seminario.
NARRADOR: Por su arquitectura y sus implicaciones espirituales, muchos lo
ven como una recién descubierta esperanza para el catolicismo en América (vaya humildad. Pero, ¿quiénes son esos muchos? Es todo muy
vago, una apelación al “sentir”: sentir la arquitectura… sentir el espacio ¿y
del combate de la fe contra los enemigos de la Iglesia, y de la herencia de
Monseñor Lefebvre? Nada).
LE ROUX: La arquitectura está hecha de tal forma que estos jóvenes
estarán inundados de silencio y adoración (todo por
efecto de la arquitectura: impresionante).
ARQUITECTO: Esta clase de arquitectura no ha sido creada en los últimos
70 o 100 años.
PADRE X: Todo el ambiente está dirigido al servicio de Dios porque su
vida estará dedicada a eso.
NARRADOR: Con esta idea de formación tomada de la tradición católica y
artística, los católicos americanos presenciarán a jóvenes que entran a esta
escuela de belleza y verdad, saliendo como fuertes y santos sacerdotes (impresionante).
LE ROUX: El seminario es para cualquier católico una gran esperanza, una
gran alegría, porque sabemos que es en el seminario que formaremos a los
sacerdotes del mañana.
NARRADOR: El futuro de la América Católica está viendo una nueva luz de
esperanza en el horizonte (Seamos optimistas, ¡como
Francisco! ¿No exageran un poquito? ¿O será que piensan en el acuerdo con
Roma?). Y desde el corazón rural de Virginia llega un llamado. Un
llamado para una nueva cruzada. Una cruzada de almas generosas para que ayuden
a construir esta monumental obra de Dios para sus hijos (¿La cruzada del dólar?).
LE ROUX: Este proyecto no es nuestro, es un proyecto de la Iglesia
Católica (¿de la que ocupa el Vaticano, de la Roma
conciliar o de la que supo continuar Monseñor Lefebvre? No lo sabemos: o sí,
sabemos que Monseñor Lefebvre no existe para estos orgullosos americanos),
lo que significa que es un proyecto de Nuestro Señor Jesucristo que quiere
llegar a las almas, que quiere dar su vida por las almas. Entonces, si estamos
construyendo un seminario es porque queremos extender el Amor de NSJC, la fe en
NSJC, a todas las almas, a toda la gente que busca la verdad.
NARRADOR: Se encontró la respuesta, se ha hecho el llamado, el futuro
espera (suena todo muy agradable: es la marca del
liberal, querer agradar a todo el mundo y no resultar chocante para nadie).
LETRAS FINALES: Únase a nosotros y ayude a construir el futuro (Veramente suena como un eslogan de políticos en campaña:
“somos el futuro”. American bussiness. ¿Negocio para quién?).
MÁS DEL ORGULLO INSTITUCIONAL DE LA
NEO-FRATERNIDAD:
Un habitual
felón que cree servir a la Fraternidad cuando hace todo para hundirla en las
arenas movedizas de la iglesia conciliar -y para lo cual no trepida en mentir
acerca de otros blogs sacando a relucir el “temible fantasma del sedevacantismo”,
de nuestra parte una sábana la suya que fácilmente hicimos jirones sin que el fan de la FSSPX se retractara- muestra
ahora con claridad inigualable –para el que quiera ver- ese orgullo salido de
la contaminación liberal de la Nueva Iglesia que conforme más se degrada y cae,
más obras exteriores coloca frente a nuestros ojos para certificar que edificio
equivale a fe. Así es como dice este felón: “MIENTRAS LOS DESERTORES MURMURAN,
LA FRATERNIDAD EDIFICA” (aquí).
¿Cómo no
recordar ahora las palabras de San Atanasio, excluido y perseguido una y otra
vez debido a su intransigencia católica, cuando decía que
“la Fe es
más importante que los templos” y “precisamente una Fe tan viva suple para
vosotros, por ahora, la devolución de los templos”? Porque lo que está claro es
que, el movimiento de la Resistencia no murmura sino que enseña, explica,
examina, estudia y habla cuando debe hablar de todo aquello que las
exterioridades de la neo-Fraternidad usa para tapar. Y también edifica, pero no
imponentes y costosísimos edificios, sino aún más costosas pero preciosísimas
almas: edifica la fe, la esperanza y la caridad en las almas de los valerosos fieles
que por nada del mundo (ni por una prelatura romana ni por un plato de
lentejas) están dispuestos a entregar su fe. Esto se hace a través de
constantes y esforzadas obras de apostolado, sin los medios poderosos de
quienes se llaman a sí mismos una “modesta legión de reconstructores” (en la
Consagración de la FSSPX a San José) pero contradictoriamente se erige en la
gran auxiliadora que hará junto al Papa el milagro de la conversión de Roma y
su regreso a la Tradición.
Escribe
San Pablo: “¿No sabéis acaso que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
habita en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, le destruirá Dios a
él; porque santo es el templo de Dios, que sois vosotros” (1Cor.
3,16-17).
Por tanto
¡cuidado con el orgullo surgido de iniciativas dispuestas a negociar la
doctrina o rebajarla en pro de los frutos del apostolado, porque esos frutos
serán malos aunque brillen si el árbol ha sido infestado! Recordemos siempre
estas palabras de San Pablo:
“Nosotros
somos los que trabajamos con Dios; vosotros sois la labranza de Dios, el
edificio de Dios. Según la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, cual
prudente arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero mire
cada cual cómo edifica sobre él. Porque nadie puede poner otro fundamento,
fuera del ya puesto, que es Jesucristo. Si, empero, sobre este fundamento se
edifica oro, plata, piedras preciosas, (o bien) madera, heno, paja, la obra de
cada uno se hará manifiesta, porque el día la descubrirá, pues en fuego será
revelado; y el fuego pondrá a prueba cuál sea la obra de cada uno” (1 Cor. 3,
9-13).