Jano y su doble cara. |
¿Qué
pensar de esta declaración de Monseñor Fellay ?
1)
Retirar y retractar no es lo mismo, sin ofender al superior general de la Fraternidad. Sobre todo que
Monseñor Fellay escribió en el Cor Unum 104 una defensa de esta
declaración. Él reafirmó que no la veía mal…
-Dada la gravedad de los errores que contiene este
texto, habría que hacer un texto de retractación retomando uno por
uno estos errores y mostrando en qué son perniciosos.
- Además, este texto de retractación debe ser por escrito y
no oral.
-Tendría que ser enviado a Roma, así
como la Declaración del 15 de abril fue enviada a Roma.
-Tendría que ser publicada al mismo tiempo que ésta
es enviada a Roma, en los sitios oficiales de la FSSPX.
Mientras que Monseñor Fellay no haya enviado oficial
y públicamente a Roma una retractación completa y no ambigua de sus errores
pasados, no creeremos en su retractación.
Tendría que afirmar explícitamente en su texto de
retractación, que el Vaticano II es “una perversión total del espíritu”
(siguiendo a Monseñor Lefebvre, que lo afirmó al final de su vida). Tendría que
afirmar que una perversión total del espíritu no es aceptable, ni siquiera a la
luz de la Tradición.
Tendría que reafirmar que la misa de Paulo VI no ha
sido legítimamente promulgada, que el magisterio posconciliar es inaceptable a
la luz de la Tradición, que los nuevos sacramentos son inaceptables y que el
nuevo código canónico se debe rechazar…
Hubo un documento oficial malo enviado a Roma: la
declaración del 15 de abril de 2012, por lo tanto es necesario que sea enviado
un buen documento oficial de retractación, es lógico en derecho; es necesario
que este documento sea publicado al mismo tiempo que es enviado para que
sepamos lo que contiene. De todas maneras, en materia doctrinal, el secreto es
malo.
Todo acuerdo doctrinal debe ser público. La doctrina
debe ser proclamada a la luz del día; los fieles tienen el derecho de conocer
claramente la doctrina de sus pastores. La doctrina secreta no existe. Si no,
se trata de la gnosis, reservada a los iniciados… y por lo tanto ya no es la
religión Católica. Fue muy escandaloso que Monseñor Fellay nos escondiera el
tenor de la declaración que envió a Roma; esto probó su mala conciencia.
Evidentemente, este documento oficial enviado a Roma
debería igualmente regresar a los principios pos-1988: no al acuerdo práctico
con Roma sin conversión completa de ésta probada por los hechos, de
los cuales hicimos la lista.
2)
“Retractada… si usted quiere!”
He aquí una palabra de más que nos dice mucho y que
muestra la mala fe de Monseñor Fellay. A él le encantaría que cada fiel viera
en él el hombre que desea. En este ideal de Monseñor Fellay, los
anti-acuerdistas deberían de verlo como anti-acuerdista, y los acuerdistas como
un acuerdista… De este modo todo el mundo estaría contento y él podría avanzar
sus peones en paz… Pero ahora hay más de uno que ya no tenemos confianza ciega
en los superiores de la FSSPX. Esta falta de confianza se basa en
los textos precisos y en hechos verificables: la respuesta de Monseñor
Fellay a los tres obispos del 14 de abril de 2012, la conferencia del padre
Pfluger en Saint Joseph des Carmes el 5 de junio de 2012, la entrevista de
Monseñor Fellay en DICI el 8 de junio de 2012, las seis condiciones y la
declaración del capítulo del 14 de julio de 2012, la declaración del 15 de
abril de 2012, el sermón mentiroso de Cotignac, el cambio, para la Fraternidad,
de la definición de la palabra conversión, etc.
Este relativismo (yo soy el que ustedes quieran
que yo sea) no funciona en la religión católica. Jesús dijo: “sí,
sí, no, no” “que vuestro sí sea sí, que vuestro no sea no, todo lo demás viene
del demonio”. Estamos muy lejos de ese discurso en la Fraternidad San Pío X
actual. El discurso de Monseñor Fellay viene del demonio. Nosotros queremos una
retractación clara, confiable, argumentada y no ambigua, tal como la hemos
reclamado más arriba. Todo lo demás no vale nada.
Nota: esta idea de un documento oficial completo y no
ambiguo de retractación para enviar a Roma, viene de un buen sacerdote de la
Resistencia.Es una excelente garantía para reclamar. Una garantía indispensable y
normal, en derecho.
Estamos muy contentos que un fiel valiente haya
conminado así a Monseñor Fellay. Es un buen signo. Francia no ha dicho su
última palabra.