“Mirad por vosotros
mismos, a fin de que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis
colmado galardón.
Cf.
I Cor. 3, 15.
Todo el que va más
adelante y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que
permanece en la doctrina, ése tiene al Padre, y también al Hijo.
“El
atenerse con fe viva a la enseñanza que Cristo predicó y confió a sus apóstoles
(Juan 7,16, 18,19; cf. 8,31; I Juan 2, 22, 23) implica la incorporación a
Cristo y al Padre. El herético, al contrario, es el que quiere ir más adelante; probablemente el
gnóstico [en nuestros días el modernista. Nota Syllabus] que se separa de esa
fe tradicional so pretexto de elevarse a una ciencia más sublime (Bonsirven) o
“de una gnosis privilegiada” (Pirot). Comentario de Mons. Straubinger.
Si viene alguno a
vosotros, y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le saludéis.
Esta
doctrina: la recibida de Cristo (v.6) sin las desviaciones que señaló en los
vv. 7 y 9. Tal conducta, según aquí se nos enseña, no es falta de caridad respeto por la fe. El que recibe a los que hacen profesión
de mala doctrina se hace cómplice de ella (v. 11). Cf. I Cor. 5, 9; Ef. 5, 10
ss.; II Tes. 3,6 y 14, Tito 3, 10. Comentario de Mons. Straubinger.
Porque quien le saluda
participa en sus malas obras.”
Segunda carta del apóstol
San Juan, 8-11.
“Os he escrito en una
carta:
No tratéis con los
deshonestos. Claro está que no entiendo decir con los deshonestos de este
mundo, o con los avarientos, o con los que viven de rapiña, o con los
idólatras; de otra suerte sería menester que os salieseis de este mundo.
Mas ahora os he escrito
que no tratéis con aquel que es del número de vuestros hermanos y, sin embargo,
es deshonesto, o avariento, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o vive de
rapiña; con este tal ni toméis bocado.
Los
que son sólo cristianos de nombre, perjudican a la Iglesia más que los paganos.
Por lo tanto no debemos tener trato con ellos [en nuestros días,
particularmente con los liberales que con insidia o estulticia disuelven la
justa y necesaria resistencia a todo acuerdo con los herejes, apóstatas y
cismáticos de Roma, aun a riesgo de vernos tildados de “cismáticos”,
“sedevacantistas” o cosas similares. Nota Syllabus].Véase las severas normas
dadas en Col. 3, 14; II Tes. 3, 6 y 14;
II Juan 10. Comentario de Mons. Straubinger.
Pues, ¿cómo podría yo
meterme a juzgar a los que están fuera? ¿No son acaso los de dentro aquellos a
quienes tenéis derecho de juzgar?
Gran
lección de humildad colectiva, para que no queramos ver siempre el mal fuera de
nuestra comunidad. Véase Lam. 3, 42 y nota. Apartad a ese
mal hombre, etc.: es una cita de Deut. 13, 5. Nótese que no es el caso de la
cizaña, la cual no debe arrancarse hasta la siega (Mat. 13, 29 s.) la cizaña
está en el campo del mundo (Mat. 13, 38), mientras que S. pablo habla aquí de
los que se dicen discípulos de Cristo. En el v. 10 nos dice claramente que no
se trata de los del mundo, sino que su severidad se refiere a los nuestros [si
San pablo mostraba tal severidad, ¿qué decir hoy que el mundo ha ingresado a la
Iglesia y a imitación de la cizaña sus pastores hacen todo lo posible para
destruirla? Nuevamente nos confirma en que lo único que nos compete es no tener
trato con ellos. Nota Syllabus]. Cfr. I Tim. 5, 20. Comentario de Mons.
Straubinger.
A los de afuera Dios
los juzgará. Apartad a ese mal hombre de vuestra compañía”.
Primera carta de San
Pablo a los Corintios. 5, 9-13
“Pero cuestiones
necias, y genealogías, y contiendas, y debates sobre la Ley, evítalas, porque
son inútiles y vanas.
Huye del hombre hereje,
después de haberle corregido una y dos veces, sabiendo que quien es de esta
ralea, está pervertido y es delincuente. Se condena por su propia conciencia”.
Sapientísima
norma para el apostolado. Son los sordos que no quieren oír, tantas veces
calificados por Jesús. Véase 2, 8 y nota. Comentario de Mons. Straubinger.
Carta de San pablo de
Tito. 3, 9-11.
“Tu palabra sea sana e
irreprensible, para que quien es contrario se confunda, no teniendo mal ninguno
que decir de nosotros”.
(…)
No se trata, pues, en manera alguna, de que busquemos hundir al adversario en
la derrota humillante, faltando a la caridad para con él y moviéndolo al odio
más que a la contrición, sino como decía Ozanam, de hacerle amable esa religión
cuya verdad queremos demostrar, puesto que el apostolado no es una cuestión de
dialéctica a lo humano (Cfr. I Cor. 2, 5, Col. 2, 8) sino de espíritu, es
decir, de rectitud interior (3, 10s., y nota; Juan 3, 19, 7, 17 y nota) para
recibir la semilla que es la Palabra de Dios. Véase Mat. 13, 19 y nota.
Comentario de Mons. Straubinger.
Carta de San Pablo a
Tito. 2, 8.
“Guardaos de los falsos
profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, mas por dentro
son lobos rapaces.
Jesús,
como buen Pastor (Juan 10. 1-29), nos previene aquí bondadosamente contra los
lobos robadores, cuya peligrosidad estriba principalmente en que no se
presentan como antirreligiosos, sino al contrario “con piel de oveja” [e
incluso, con “olor a oveja”. Nota Syllabus], es decir “con apariencia de
piedad” (II Tim. 3, 5) y disfrazados de servidores de Cristo (II Cor. 11, 12
ss.) [También de servidores de la Tradición. Nota Syllabus]. Cf. Luc. 6, 26;
20, 45; Jn. 5, 43; 7, 18; 21, 15; Hech. 20, 29; I Juan 2, 19; Rom. 15, 17 s.,
etc. Para ello nos habilita a fin de reconocerlos, pues sin ello no podríamos aprovechar
de su advertencia. Cf. Juan 7, 17; 10, 4, 8 y 14. Comentario de Mons.
Straubinger.
Los conoceréis por sus
frutos”.
Evangelio según San Mateo.
7. 15-16.
“Surgirán numerosos
falsos profetas, que arrastrarán a muchos al error”.
Evangelio según San
Mateo. 24, 11.
“Porque surgirán falsos
cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigios, hasta el punto
de desviar, si fuera posible, aún a los elegidos”.
Los
elegidos se librarán del engaño porque al justo se le dará por defensa un
juicio seguro (Sab. 5, 19). Cf. II Tes. 2, 10 ss. y nota. Comentario de Mons.
Straubinger.
Evangelio según San
Mateo. 24, 24.
“Y os ruego, hermanos,
que os rescatéis de aquellos, que causan entre vosotros disensiones y
escándalos, contra la doctrina que vosotros habéis aprendido. Evitad su
compañía. Pues los tales no sirven a Cristo Señor nuestro”.
Carta de San Pablo a
los Romanos. 16. 17-18
“Pero aun cuando
nosotros mismos, o un ángel del cielo, os predique un Evangelio diferente del que
nosotros os hemos anunciado, sea maldito. Os lo he dicho, y os lo repito:
Cualquiera que os anuncie un Evangelio diferente del que habéis recibido, sea
maldito.”
El
Evangelio no debe ser acomodado al siglo so pretexto de adaptación. La
verdad no es condescendiente sino intransigente. El mismo Señor nos
previene contra los falsos Cristos (Mat. 24, 24), los lobos con piel de oveja
(Mat. 15), etc., y también San Pablo contra los falsos apóstoles de Cristo (II
Cor. 11, 13) y los falsos doctores con apariencia de piedad (II Tim. 3, 1-5).
Es de admirar la libertad de espíritu que el Apóstol nos impone al
decirnos que ni un ángel [ni tampoco un Papa, Cardenal, Obispo o Superior General.
Nota Syllabus] debería movernos de la fe que él enseñó a cada uno con sus palabras
inspiradas. Véase II Cor. 11, 14, 13, 5 y nota. Cfr. 2, 4 ss. Comentario de
Mons. Straubinger.
Carta de San Pablo a
los Gálatas 1, 9.
“Hablar impropiamente
es el origen de las herejías. Por eso, con los herejes no debemos tener ni
siquiera en común el lenguaje, para no favorecer sus errores”.
San Jerónimo
“Huid de los herejes,
ellos son los sucesores del diablo que logró seducir a la primera mujer”.
San Ignacio de
Antioquía
“¡Huid de todos los
herejes!”.
San Irineo
“¡Huid del veneno de
los herejes!”.
San Antonio del
desierto
“¡No te sientes con los
herejes!”.
San Efrén.
“He sabido que no sólo
os entristece mi exilio, sino sobre todo el hecho de que los otros, es decir
los arrianos, se han apoderado de los templos por la violencia y entre tanto
vosotros habéis sido expulsados de esos lugares. Ellos, entonces, poseen los
templos. Vosotros, en cambio, la tradición de la Fe apostólica. Ellos,
consolidados en esos lugares, están en realidad al margen de la verdadera Fe,
en cambio vosotros, que estáis excluidos de los templos, permanecéis dentro de
esa Fe. Confrontemos pues qué cosa sea más importante, el templo o la Fe, y
resultará evidente desde luego, que es más importante la verdadera Fe”.
San Atanasio
“El Apóstol ordena esta
intransigencia a todas las generaciones: siempre habrá que anatemizar a
aquéllos que tienen una doctrina contraria a la recibida”.
San Vicente de Lerins
“Los enemigos
declarados de Dios y de la Iglesia deben ser censurados y sancionados con toda
la fuerza posible. La caridad obliga a gritar por el lobo, cuando un lobo se
desliza en medio del rebaño e incluso en cualquier lugar donde se encuentre”.
San Francisco de Sales
“Uno de los medios de conservar la fe, una de las primeras marcas de unidad, es la huida de los herejes”.
Dom Guéranger
“Suponiendo que Roma
nos llamara, que quisiera recibirnos, volver a hablar, entonces soy yo quien
pondría las condiciones. Ya no aceptaría encontrarme en la situación en que nos
ha dejado los coloquios. Eso ya terminó. Yo colocaría la cuestión en el plano
doctrinal. “¿Están de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los Papas que
les han precedido? (…) Si no aceptan la doctrina de sus predecesores, entonces
es inútil hablar. Mientras no acepten una reforma del Concilio teniendo en
cuenta la doctrina de estos Papas que les han precedido, no hay diálogo
posible. Es inútil. Las posturas serían más claras”.
Monseñor Lefebvre. Fideliter n°66, nov-dic de 1988.