NON POSSUMUS
Justo
antes de comenzar el Capítulo, se estudió la cuestión de la legalidad o la
ilegalidad de la decisión de la exclusión de Monseñor Williamson, quien nos
acababa de hacer llegar su carta certificada. ¿Qué dice el Derecho Canónico?
Dice que el obispo es juzgado por el Papa, y no por Monseñor Fellay ¡y es a
nosotros que nos acusará de ser sedevacantistas!
Se
iba a votar a favor o en contra de la exclusión de Monseñor Williamson. Dos
horas después, los resultados de la votación estaban en internet: nueve capitulantes estaban en contra de la expulsión. Algunos lo juzgan ilegal y por lo tanto
susceptible de acarrear la nulidad del Capítulo. Uno de once, de la mayoría de
los miembros de este Capítulo, aceptó esta exclusión de Monseñor Williamson del
Capítulo y dar carta blanca a Monseñor Fellay para expulsarlo de la
Fraternidad. Él era el único que tenía la envergadura suficiente para salvar al
Capítulo de la Fraternidad del suicidio programado.
Además
el hecho de que, por una razón misteriosa, el Papa Benedicto XVI, de su
“bondad” a favor de la Fraternidad, renovó por enésima vez su exigencia de que
Monseñor Fellay aceptara incondicionalmente el concilio, la nueva misa y el
“magisterio” conciliar que contradice el magisterio de la Iglesia Católica.
¿Cómo se llegó a una situación tan confusa? ¿Qué se hubiera podido hacer para
evitarlo? Una vez más, es a Monseñor Williamson que debemos citar: “Después
de haber leído la obra de Emmanuel Barbier, Monseñor Lefebvre dijo: Si yo
hubiera leído esta obra antes, yo le hubiera dado a mis Seminarios otra
orientación”. Es decir, una orientación más contrarrevolucionaria.
Y
este es el mismo consejo que le dio a Juan XXIII antes del concilio Monseñor
Sigaud, en 1959, en su respuesta a la invitación del Papa de tomar parte de su
consejo para decidir lo que debía hacer el concilio Vaticano II. Citaremos
solamente algunas palabras de su exposición: “Veo cosas en la Iglesia
que me producen una gran angustia. Son tan graves, que me siento indigno de ser
considerado por la comisión pontifical ante-preparatoria para el concilio
ecuménico y posteriormente para el mismo concilio. Yo veo que los principios,
el espíritu de lo que se llama revolución, penetra en el clero y en el pueblo
cristiano como antes lo hicieron los principios, la doctrina, el espíritu y el
alma del paganismo preparó la sociedad para la reforma protestante. Numerosos
miembros del clero no ven los errores de la Revolución. No se lo plantean.
Otros sacerdotes tienen a la Revolución como un ideal, la propagan, colaboran
con ella y persiguen a los adversarios de la Revolución, los calumnian, ponen
obstáculos a su apostolado. Muchos pastores se callan”.
La
Iglesia, para Monseñor Sigaud, estaba amenazada evidentemente por la
Revolución, la masonería, el protestantismo, etc. etc., y claro, la judería
internacional, por ejemplo. Se ve en este documento que es la fórmula de la
ciudad católica que ha inspirado a este obispo este movimiento que ha producido
frutos tan excelentes en los años 50 y de donde salió lo esencial de la Resistencia
Católica al concilio.
Ciertamente
habría que hacer un esfuerzo -he tenido la ocasión de decirlo antes en algunas
reuniones- hay que formarse. Monseñor Lefebvre se preocupaba por la formación
contrarrevolucionaria. Él pensó que las Actas del Magisterio (1), es decir, las
encíclicas de los Papas que persiguieron la Revolución eran suficientes para el
combate anti-liberal. Pero desgraciadamente estamos obligados a constatar que
no lo son. Habría que agregar a esas Actas del Magisterio una formación más sistemática
basándose en el libro sobre la “ciudad católica”, en particular las primeras
ediciones del libro de Jean Ousset. Así, la Iglesia un día podrá reinstaurar el
Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo. Que Nuestra Señora, guardiana
de la Fe, nos proteja y nos dé el valor necesario para afrontar estas
dificultades.
(1) A
los alumnos del primer año de seminario se les imparte un curso denominado
“Actas del Magisterio”, en el que se estudian las principales Encíclicas
antiliberales. Nota del blog.