Damos gracias a Dios
misericordioso, y a ese puñado de amigos que nos ayudan, corrigen y apoyan para
que este espacio de combate en la Resistencia católica siga –pese a sus defectos y
limitaciones- dando batalla por Cristo Rey y la Santa Madre Iglesia. Nos
encomendamos a sus oraciones en esta entrada número mil de nuestro blog. Que la
Virgen Santísima los acompañe y nos anime a seguir peleando por la Verdad.