Invitación a la lectura
En diciembre del 2011 fue publicado un libro muy
interesante, escrito por el Reverendo Padre Michel Lelong de la “Sociedad de
los Padres Blancos” (licenciado en lengua y literatura árabe, en letras,
profesor emérito al Instituto de las Ciencias de la Teología de las Religiones
en París). El Libro está intitulado: “Por la necesaria Reconciliación. Grupo de
Reflexión entre Católicos (GREC)”, Nuevas Ediciones Latinas,
París[1].
Una lectura estimulante que aconsejo a
todos.
Encuentros privados y discretos.
El “Padre Blanco”, ordenado sacerdote en 1948, cuenta la
historia de los diálogos del “Grupo de Reflexión entre Católicos” (GREC);
diálogos que define “discretos, pero no secretos” (pág. 29) con algunos
miembros de la dirigencia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) en
vista de un acuerdo completo entre la mismísima Fraternidad San Pío X y el
Vaticano, después de haber aceptado la interpretación del Concilio Vaticano II
a la luz de la Tradición o la “hermenéutica de la continuidad” y haber recibido
la liberación de la Misa tradicional, la remisión de la excomunión y la plena
solución canónica.
El Padre Lelong se define un amante de la Liturgia
tradicional (pág. 25) y al mismo tiempo del Concilio Vaticano II, especialmente
de las relaciones interreligiosas, aprobados por Nostra aetate, la “Declaración
sobre los informes entre la Iglesia Católica y las religiones no cristianas”
(pág. 17); sino también de Gaudium et spes, de Unitatis redintegratio,
de Dignitatis humanae y de Sacrosantum Concilium
(págs. 75 a 82), todas, - según él - perfectamente legales a la luz
de la Tradición. Él, junto a los primeros de los tradicionalistas reunidos en
la “GREC”, ha buscado de llevar adelante un diálogo caritativo y diplomático,
más que doctrinal (págs. 21 y 22), para llegar a un acuerdo sobre la
compatibilidad entre Vaticano II y Tradición.
Uno de los inspiradores de la “GREC” fue el ex-embajador de
Francia en Italia, Doctor Gilbert Pérol († 1995), que del año 1963 al 1967,
había ya ejercitado importantes funciones en el Eliseo al lado del Presidente
Charles de Gaulle, luego fue nombrado “Secretario General” del Ministerio de
Asuntos Exteriores y al final, embajador en Túnez, en Tokio y luego en Roma,
del 1988 al 1998 (págs. 17 a 24).
El embajador francés pensaba, como el Padre Lelong, que
algunos textos del Concilio Vaticano II fuesen buenos en sí; pero que fueron
mal interpretados, en manera discutible y no correcta, por los progresistas
(pág. 18). Luego, para llegar a “una necesaria reconciliación” con los
tradicionalistas, hacía falta interpretarlos a la luz de la Tradición o según “la
hermenéutica de la continuidad”, permaneciendo fieles, al mismo tiempo, a la
Liturgia tradicional (pág. 18).
El embajador francés, partiendo del punto firme e
imprescindible que el Concilio no puede ser rechazado en bloque (pág. 22), que
su aplicación no ha sido correcta, sobretodo, en materia de Liturgia (pág. 22)
desde el año 1988 (año de las consagraciones de los cuatro obispos de parte de
Monseñor Lefebvre y de su propio arribo a Roma en calidad de neo embajador), se
esforzó por recomponer la fractura ante todo visitando discretamente el
Priorato de Albano Laziale y al fin del 1995, poco tiempo antes de morir,
escribiendo un texto que ha influenciado el nacimiento de la “GREC” y,
por tanto, los encuentros “discretos” en diálogo caritativo y diplomático más
que doctrinal (págs. 21 y 22), con los dirigentes de la FSSPX (Pág. 29), de la
cual diez años después, gracias a Benedicto XVI y su “caballo de batalla” sobre
“la hermenéutica de la continuidad y no de la ruptura” respecto al
Concilio, está originada – según el Padre Lelong - la concesión del ‘Motu
proprio’ del 2007 (pág. 49), luego la remisión de la excomunión a los
cuatro Obispos consagrados por su Excelencia, Monseñor Marcel Lefebvre en 1988
y luego los coloquios doctrinales “públicos” entre el Vaticano y la FSSPX
(págs. 50 y 52).
La obra del Doctor Gilbert Pérol después de su muerte fue
llevada adelante por su esposa, la señora Huguette Pérol, autora de dos
interesantes libros sobre la cuestión actualmente debatida(Cristina Siccardi,
"Mons. Marcel Lefebvre en el nombre de la verdad" en la pág. 281 hace
referencia al cónsul Gilbert Pérol y a su esposa Huguette y le agradece en la
pág.21, junto a don Emmanuel du Chalard por las informaciones que le donaron
para escribir su libro)[2].
El Padre Lelong relata el hecho de haber conocido algunos
capifila de la FSSPX, a partir de 1996. Sobre todo, con el Padre don Emmanuel
du Chalard en el Priorato de Albano Laziale (pág. 24), el cual no ha cesado
nunca de llevar su apoyo tanto discreto como valioso al “GREC”
(pág. 24) y en 1997 con don Alain Lorans, ex Director del Seminario de Ecône,
luego del Instituto Universitario San Pío X de París y luego, Director de la
Prensa oficial de la FSSPX “DICI” (pág. 24). Solo entonces nace formalmente la “GREC”.
Los encuentros se hacían en casa de la señora Huguette Pérol
en la calle Roma en París; en ellos tomaba parte, sobre todo, la señora Pérol,
el Padre Lelong, don Lorans, que le daba cuenta al Superior General de la FSSPX
(pág. 29) y el padre Olivier de La Brosse, un dominico hecho más tarde, el
portavoz oficial de la Conferencia Episcopal francesa (págs. 24 y 25).
Reuniones Públicas
El 23 de marzo del 2000 la “GREC” pasó, gracias a la ayuda
de uno de los primeros sostenedores, el señor Michel Brisacier responsable de
la “Dirección de Cultos” al Ministerio de los Internos franceses (pág. 26), del
encuentro "discreto y diplomático" al encuentro público y doctrinal o
teológico, los cuales se mantenían a la luz del sol de las conferencias sobre
temas acuciantes del Concilio, en las cuales intervenían, sean sacerdotes
tradicionalistas como conservadores para exponer sus diversos puntos de vista.
Las reuniones de la “GREC” hechas públicas, fueron
presenciadas también por los primeros en la línea del Instituto del Buen
Pastor, de la Fraternidad San Pedro y del Instituto de Cristo Rey y Sumo
Sacerdote de Gricigliano, de don Claude Barthe, de muchos Cardenales, Obispos y
profesores universitarios (pág. 27).
A partir del 2000, fueron informadas las más altas
autoridades vaticanas (págs. 30 y 31). El Cardenal Joseph Ratzinger, en calidad
de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue informado
igualmente (pág. 48), como también el Cardenal Secretario de Estado, Angelo
Sodano (págs. 42-43).
El Padre dominicano Charles Morerod – hecho “Maestro del
Sacro Palacio”, o sea el teólogo oficial del Papa - ha iniciado a tomar parte a
los encuentros o debates públicos y teológicos, en los cuales han participado
también don Patrick de La Roque, de la FSSPX, que en el 2010 había tomado parte
también a los encuentros oficiales entre el Vaticano y la Santa Sede (pág. 57),
don Grégoire Celier (págs. 62 -65) y don Troadec (pág. 67),Director del
Seminario de la FSSPX, en Flavigny.
Es interesante la entrevista que don Paul Aulagnier (ex
Superior del Distrito de Francia de la FSSPX desde 1973 hasta 1994, luego asistente
del Superior general hasta el 2002 y ahora miembro del Instituto del Buen
Pastor) otorgó al Padre Lelong y publicada en el libro (págs. 98-114). En ella,
se reconoce que en 1984 el entonces Superior general de la FSSPX, don Franz
Schmidberger, había presentado una “petición” a Juan Pablo II para obtener la
liberación de la Misa de San Pío V y el Papa había concedido - 3 de octubre
1984 - un “indulto” a la condición “drástica” (pág. 103) de reconocer la plena
ortodoxia del Concilio Vaticano II y del Novus Ordo Missae de Paulo VI,
condición que pese a todo, fue acogida favorablemente por don Schmidberger[3],
pero no por Monseñor Lefebvre y ni siquiera por Monseñor Antonio de Castro
Mayer, que lo definió hasta de un “indulto doloso” (engañoso,
fraudulento).
Luego don Aulagnier narra de los primeros coloquios
informales con los padres dominicos y los monjes benedictinos franceses
(favorables a la lectura del Concilio a la luz de la Tradición), coloquios
sucedidos ya a partir de 1992 y en los cuales participaba él mismo con los
reverendos don Celier, Lorans, Boubée y Laisney (pág. 107).
Conclusión
El libro es interesante porque distingue dos grados de
encuentros o debates entre los tradicionalistas y el Vaticano: 1º) el
nivel “discreto, no totalmente secreto y diplomático”, abierto a aceptar la
hermenéutica de la continuidad entre Tradición apostólica y Concilio
Vaticano II, nivel que parece considerado de valor real para el Vaticano
y la dirigencia de la FSSPX (1997-2001); 2º) el nivel público, teológico
y doctrinal (2000-2010), que se muestra reacio a aceptar la hermenéutica de la
continuidad, insistiendo doctrinalmente más bien sobre los puntos de rotura
entre Concilio y Tradición, pero que parece ser considerado de escaso valor,
casi “polvo para los ojos” de los fieles y sacerdotes tradicionalistas.
El libro nos ayuda a comprender como se ha podido llegar, ya
en el 2001, a la declaración del actual Superior general de la FSSPX según el
cual: “El Concilio Vaticano II es aceptable el 95%” (Conforme “DICI”, N.º 8, 18
de mayo 2001)[4]
Declaración que encontró la oposición inmediata de Monseñor Richard Williamson
de los Estados Unidos en una publicación del boletín americano de la FSSPX, “Carta
a los amigos y benefactores”, en la cual definía “los contactos con Roma” (“contacts
with Rome”) “una traición”, poniendo al final, una piedra sepulcral a
Albano Laziale en la reunión del "Distrito italiano de la FSSPX” del 26 de
abril del 2002.
La infausta fórmula “Vaticano II aceptable al 95%” pasado por una década bajo un embarazado
silencio fue relanzada en setiembre-octubre del 2012 en concomitancia con la
expulsión de la FSSPX de Monseñor Williamson, que se hacía un obstáculo
demasiado grande para los acuerdos “diplomáticos”, como había dicho el Cardenal
Castrillón Hoyos el 11 de mayo del 2001 en Alemania a los sacerdotes de la
Fraternidad San Pedro.
A partir de los coloquios “discretos, pero no secretos”
tenidos en manera caritativa y diplomática más que doctrinal (pág. 21-22), se
ha llegado a la proximidad del hundimiento casi total, al menos en palabras,
incluso si, afortunadamente, no todavía en acciones jurídicas y canónicamente
obligantes.
Nada de objetar sobre los debates públicos y doctrinales con
relación a la ortodoxia de los Documentos conciliares, pero se quedan
sorprendidos sobre los encuentros “discretos” caritativos y diplomáticos más
que doctrinales (pág.21-22), hechos a la luz de la “hermenéutica de la
continuidad” que, - según el Padre Lelong - han llevado entre el 2001 y el 2012
a la reconciliación entre la FSSPX y el Vaticano, retardada por el “caso
Williamson” del 2008 (cfr. Padre Lelong, cit. pág. 120).
No me permito hacer un juicio sobre las intenciones subjetivas
de los sacerdotes y prelados en cuestión, solo Dios les conoce y yo quiero
esperar que ellos sean formalmente o subjetivamente rectos, aunque sí
materialmente y objetivamente son erróneos e inaceptables.
Aquello que sucederá en el próximo futuro, quitado el
obstáculo del Obispo británico, solo Dios lo sabe. “El hombre propone, pero
Dios dispone”. Aquello que se constata, es la desbandada en el interior del
frente tradicionalista, análogo a aquello que fue provocado por Juan XXIII en
1959 con el anuncio del indicio del Concilio Vaticano II. A tal estado, sólo
Dios puede poner un remedio con una intervención milagrosa, tal fue lo
anunciado por la Virgen de Fátima en 1917: “Al final, mi Corazón Inmaculado
triunfará”. No nos desanimemos, sino confiemos en la ayuda de Aquella que es “la
Omnipotente por gracia y por naturaleza”.
Don Curzio
Nitoglia
Fotografías llevadas en sitio junto al artículo.
1º) cubierta.
2º) pagina 28,
Priorato Albano Laziale, 1994. El Embajador Gilbert Pérol (a la derecha),
don Franz Schmidberger entonces Superior general de la FSSPX (al centro) y don
Emmanuel du Chalard (a la izquierda).
3º) pág. 154, Monseñor Bernard Fellay (a la izquierda) con
el embajador Gilbrt Pérol en las cercanías de Roma, en los primeros años del
Noventa.
Traducción: Cristina Pallero.
Publicado por DON
CURZIO NITOGLIA y visto en “Non Possumus”.
[1] www.editions-nel.com,
159 páginas, 20 euros.
[2] Les sanspapiers de l’Église, Parigi, François-Xavier de Guibert, 1999; La tempête apaisée,
reprise du dialogue entre Rome et Écône, Parigi, François-Xavier de
Guibert, 2006.
[3] “No
obstante (las condiciones impuestas por Juan Paulo II, ndr) nos alegramos de
esta decisión...” (Don Franz Schmidberger, Rikenbach 18 octubre 1984).
[4] La
Agencia del diario oficial de la FSSPX “DICI” retoma la entrevista dejada
al periódico vallesano “La Libertad” del 11 de maggio 2001 y traída de los
periódicos suizos de lengua alemana St Galler Tagblatt e Basler
Zeitung, en el cual dice: “Cela donne l’impression que nous rejetons
tout de Vatican II. Or, nous
en gardons 95%. C’est plus à un esprit que nous nous opposons, à une attitude
devant le changement … (Podría parecer que rechazamos enteramente
el Vaticano II. En cambio, aceptamos el 95%. Es más bien a un espíritu, a una
actitud que nos oponemos....”