“Amigos míos queridos, nosotros no somos “anti” simplemente por el hecho de serlo. Somos “anti”, porque la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo es “anti” –anti-liberal, anti-ecumenista, anti-comunista. ¿Por qué? Porque por medio de la Cruz, Nuestro Señor restableció el orden, un orden enfocado hacia Dios, hacia nuestro prójimo- El restableció el orden. Y todos los errores mencionados subvierten su orden. El liberalismo destruye la libertad; el comunismo destruye el orden que nos lleva hacia Dios e, incluso, el orden natural, y el ecumenismo destruye el Primer Mandamiento de la ley de Dios, que es un orden que nos lleva a El. En consecuencia, nuestro Sacrificio, el Sacrificio de la Cruz, que nosotros veneramos, adoramos y ofrecemos cada día nos enseña a restablecer el orden, porque la paz no es otra cosa que la tranquilidad que proporciona el orden”.
Mons. Marcel Lefebvre, Fiesta de la Inmaculada Concepción, 1987.