Páginas

jueves, 24 de enero de 2013

DON CURZIO NITOGLIA: ACUERDO “DISCRETO, PERO NO SECRETO”




Invitación a la lectura

  
En diciembre del 2011 fue publicado un libro muy interesante, escrito por el Reverendo Padre Michel Lelong de la “Sociedad de los Padres Blancos” (licenciado en lengua y literatura árabe, en letras, profesor emérito al Instituto de las Ciencias de la Teología de las Religiones en París). El Libro está intitulado: “Por la necesaria Reconciliación. Grupo de Reflexión entre Católicos (GREC)”, Nuevas Ediciones Latinas, París[1].  Una lectura estimulante que aconsejo a todos.



Encuentros privados y discretos.



El “Padre Blanco”, ordenado sacerdote en 1948, cuenta la historia de los diálogos del “Grupo de Reflexión entre Católicos” (GREC); diálogos que define “discretos, pero no secretos” (pág. 29) con algunos miembros de la dirigencia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) en vista de un acuerdo completo entre la mismísima Fraternidad San Pío X y el Vaticano, después de haber aceptado la interpretación del Concilio Vaticano II a la luz de la Tradición o la “hermenéutica de la continuidad” y haber recibido la liberación de la Misa tradicional, la remisión de la excomunión y la plena solución canónica.
El Padre Lelong se define un amante de la Liturgia tradicional (pág. 25) y al mismo tiempo del Concilio Vaticano II, especialmente de las relaciones interreligiosas, aprobados por Nostra aetate, la “Declaración sobre los informes entre la Iglesia Católica y las religiones no cristianas” (pág. 17); sino también de Gaudium et spes, de Unitatis redintegratio, de Dignitatis humanae  y de  Sacrosantum  Concilium (págs. 75 a 82),  todas, - según él - perfectamente legales a la luz de la Tradición. Él, junto a los primeros de los tradicionalistas reunidos en la “GREC”, ha buscado de llevar adelante un diálogo caritativo y diplomático, más que doctrinal (págs. 21 y 22), para llegar a un acuerdo sobre la compatibilidad entre Vaticano II y Tradición.
Uno de los inspiradores de la “GREC” fue el ex-embajador de Francia en Italia, Doctor Gilbert Pérol († 1995), que del año 1963 al 1967, había ya ejercitado importantes funciones en el Eliseo al lado del Presidente Charles de Gaulle, luego fue nombrado “Secretario General” del Ministerio de Asuntos Exteriores y al final, embajador en Túnez, en Tokio y luego en Roma, del 1988 al 1998 (págs. 17 a 24).
El embajador francés pensaba, como el Padre Lelong, que algunos textos del Concilio Vaticano II fuesen buenos en sí; pero que fueron mal interpretados, en manera discutible y no correcta, por los progresistas (pág. 18). Luego, para llegar a “una necesaria reconciliación” con los tradicionalistas, hacía falta interpretarlos a la luz de la Tradición o según “la hermenéutica de la continuidad”, permaneciendo fieles, al mismo tiempo, a la Liturgia tradicional (pág. 18).
El embajador francés, partiendo del punto firme e imprescindible que el Concilio no puede ser rechazado en bloque (pág. 22), que su aplicación no ha sido correcta, sobretodo, en materia de Liturgia (pág. 22) desde el año 1988 (año de las consagraciones de los cuatro obispos de parte de Monseñor Lefebvre y de su propio arribo a Roma en calidad de neo embajador), se esforzó por recomponer la fractura ante todo visitando discretamente el Priorato de Albano Laziale y al fin del 1995, poco tiempo antes de morir, escribiendo un texto que ha influenciado el nacimiento de la “GREC”  y, por tanto, los encuentros “discretos” en diálogo caritativo y diplomático más que doctrinal (págs. 21 y 22), con los dirigentes de la FSSPX (Pág. 29), de la cual diez años después, gracias a Benedicto XVI y su “caballo de batalla” sobre “la hermenéutica de la continuidad y no de la ruptura” respecto al Concilio,  está originada – según el Padre Lelong - la concesión del ‘Motu proprio’ del 2007 (pág. 49), luego la remisión de la excomunión a los cuatro Obispos consagrados por su Excelencia, Monseñor Marcel Lefebvre en 1988 y luego los coloquios doctrinales “públicos” entre el Vaticano y la FSSPX (págs. 50 y 52).
La obra del Doctor Gilbert Pérol después de su muerte fue llevada adelante por su esposa, la señora Huguette Pérol, autora de dos interesantes libros sobre la cuestión actualmente debatida(Cristina Siccardi, "Mons. Marcel Lefebvre en el nombre de la verdad" en la pág. 281 hace referencia al cónsul Gilbert Pérol y a su esposa Huguette y le agradece en la pág.21, junto a don Emmanuel du Chalard por las informaciones que le donaron para escribir su libro)[2].
El Padre Lelong relata el hecho de haber conocido algunos capifila de la FSSPX, a partir de 1996. Sobre todo, con el Padre don Emmanuel du Chalard en el Priorato de Albano Laziale (pág. 24), el cual no ha cesado nunca  de llevar su apoyo  tanto discreto como valioso al “GREC” (pág. 24) y en 1997 con don Alain Lorans, ex Director del Seminario de Ecône, luego del Instituto Universitario San Pío X de París y luego, Director de la Prensa oficial de la FSSPX “DICI” (pág. 24). Solo entonces nace formalmente la “GREC”. 
Los encuentros se hacían en casa de la señora Huguette Pérol en la calle Roma en París; en ellos tomaba parte, sobre todo, la señora Pérol, el Padre Lelong, don Lorans, que le daba cuenta al Superior General de la FSSPX (pág. 29) y el padre Olivier de La Brosse, un dominico hecho más tarde, el portavoz oficial de la Conferencia Episcopal francesa (págs. 24 y 25).
 



Reuniones Públicas



El 23 de marzo del 2000 la “GREC” pasó, gracias a la ayuda de uno de los primeros sostenedores, el señor Michel Brisacier responsable de la “Dirección de Cultos” al Ministerio de los Internos franceses (pág. 26), del encuentro "discreto y diplomático" al encuentro público y doctrinal o teológico, los cuales se mantenían a la luz del sol de las conferencias sobre temas acuciantes del Concilio, en las cuales intervenían, sean sacerdotes tradicionalistas como conservadores para exponer sus diversos puntos de vista.

Las reuniones de la “GREC” hechas públicas, fueron presenciadas también por los primeros en la línea del Instituto del Buen Pastor, de la Fraternidad San Pedro y del Instituto de Cristo Rey y Sumo Sacerdote de Gricigliano, de don Claude Barthe, de muchos Cardenales, Obispos y profesores universitarios (pág. 27).
A partir del 2000, fueron informadas las más altas autoridades vaticanas (págs. 30 y 31). El Cardenal Joseph Ratzinger, en calidad de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue informado igualmente (pág. 48), como también el Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano (págs. 42-43).
El Padre dominicano Charles Morerod – hecho “Maestro del Sacro Palacio”, o sea el teólogo oficial del Papa - ha iniciado a tomar parte a los encuentros o debates públicos y teológicos, en los cuales han participado también don Patrick de La Roque, de la FSSPX, que en el 2010 había tomado parte también a los encuentros oficiales entre el Vaticano y la Santa Sede (pág. 57), don Grégoire Celier (págs. 62 -65) y don Troadec (pág. 67),Director del Seminario de la FSSPX, en Flavigny.
Es interesante la entrevista que don Paul Aulagnier (ex Superior del Distrito de Francia de la FSSPX desde 1973 hasta 1994, luego asistente del Superior general hasta el 2002 y ahora miembro del Instituto del Buen Pastor) otorgó al Padre Lelong y publicada en el libro (págs. 98-114). En ella, se reconoce que en 1984 el entonces Superior general de la FSSPX, don Franz Schmidberger, había presentado una “petición” a Juan Pablo II para obtener la liberación de la Misa de San Pío V y el Papa había concedido - 3 de octubre 1984 - un “indulto” a la condición “drástica” (pág. 103) de reconocer la plena ortodoxia del Concilio Vaticano II y del Novus Ordo Missae de Paulo VI, condición que pese a todo, fue acogida favorablemente por don Schmidberger[3], pero no por Monseñor Lefebvre y ni siquiera por Monseñor Antonio de Castro Mayer, que lo definió hasta de un “indulto doloso” (engañoso, fraudulento).
Luego don Aulagnier narra de los primeros coloquios informales con los padres dominicos y los monjes benedictinos franceses (favorables a la lectura del Concilio a la luz de la Tradición), coloquios sucedidos ya a partir de 1992 y en los cuales participaba él mismo con los reverendos don Celier, Lorans, Boubée y Laisney (pág. 107).



Conclusión


El libro es interesante porque distingue dos grados de encuentros o debates entre los tradicionalistas y el Vaticano: 1º) el nivel “discreto, no totalmente secreto y diplomático”, abierto a aceptar la hermenéutica  de la continuidad entre Tradición apostólica y Concilio Vaticano II,  nivel que parece considerado de valor real para el Vaticano y la dirigencia de la FSSPX (1997-2001); 2º) el nivel público, teológico y doctrinal (2000-2010), que se muestra reacio a aceptar la hermenéutica de la continuidad, insistiendo doctrinalmente más bien sobre los puntos de rotura entre Concilio y Tradición, pero que parece ser considerado de escaso valor, casi “polvo para los ojos” de los fieles y sacerdotes tradicionalistas.
 El libro nos ayuda a comprender como se ha podido llegar, ya en el 2001, a la declaración del actual Superior general de la FSSPX según el cual: “El Concilio Vaticano II es aceptable el 95%” (Conforme “DICI”, N.º 8, 18 de mayo 2001)[4] Declaración que encontró la oposición inmediata de Monseñor Richard Williamson de los Estados Unidos en una publicación del boletín americano de la FSSPX, “Carta a los amigos y benefactores”, en la cual definía “los contactos con Roma” (“contacts with Rome”) “una traición”, poniendo al final, una piedra sepulcral a Albano Laziale en la reunión del "Distrito italiano de la FSSPX” del 26 de abril del 2002.

La infausta fórmula “Vaticano II aceptable al 95%”  pasado por una década bajo un embarazado silencio fue relanzada en setiembre-octubre del 2012 en concomitancia con la expulsión de la FSSPX de Monseñor Williamson, que se hacía un obstáculo demasiado grande para los acuerdos “diplomáticos”, como había dicho el Cardenal Castrillón Hoyos el 11 de mayo del 2001 en Alemania a los sacerdotes de la Fraternidad San Pedro.
A partir de los coloquios “discretos, pero no secretos” tenidos en manera caritativa y diplomática más que doctrinal (pág. 21-22), se ha llegado a la proximidad del hundimiento casi total, al menos en palabras, incluso si, afortunadamente, no todavía en acciones jurídicas y canónicamente obligantes.
Nada de objetar sobre los debates públicos y doctrinales con relación a la ortodoxia de los Documentos conciliares, pero se quedan sorprendidos sobre los encuentros “discretos” caritativos y diplomáticos más que doctrinales (pág.21-22), hechos a la luz de la “hermenéutica de la continuidad” que, - según el Padre Lelong - han llevado entre el 2001 y el 2012 a la reconciliación entre la FSSPX y el Vaticano, retardada por el “caso Williamson” del 2008 (cfr. Padre Lelong, cit. pág. 120).
No me permito hacer un juicio sobre las intenciones subjetivas de los sacerdotes y prelados en cuestión, solo Dios les conoce y yo quiero esperar que ellos sean formalmente o subjetivamente rectos, aunque sí materialmente y objetivamente son erróneos e inaceptables.
Aquello que sucederá en el próximo futuro, quitado el obstáculo del Obispo británico, solo Dios lo sabe. “El hombre propone, pero Dios dispone”. Aquello que se constata, es la desbandada en el interior del frente tradicionalista, análogo a aquello que fue provocado por Juan XXIII en 1959 con el anuncio del indicio del Concilio Vaticano II. A tal estado, sólo Dios puede poner un remedio con una intervención milagrosa, tal fue lo anunciado por la Virgen de Fátima en 1917: “Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará”. No nos desanimemos, sino confiemos en la ayuda de Aquella que es “la Omnipotente por gracia y por naturaleza”.


Don Curzio Nitoglia



Fotografías llevadas en sitio junto al artículo.



1º) cubierta.

2º) pagina 28, Priorato Albano Laziale, 1994. El Embajador Gilbert Pérol (a la derecha), don Franz Schmidberger entonces Superior general de la FSSPX (al centro) y don Emmanuel du Chalard (a la izquierda).

3º) pág. 154, Monseñor Bernard Fellay (a la izquierda) con el embajador Gilbrt Pérol en las cercanías de Roma, en los primeros años del Noventa.



Traducción: Cristina Pallero.

Publicado por DON CURZIO NITOGLIA y visto en “Non Possumus”.





[1] www.editions-nel.com, 159 páginas, 20 euros.

[2] Les sanspapiers de l’Église, Parigi, François-Xavier de Guibert, 1999; La tempête apaisée, reprise du dialogue entre Rome et Écône, Parigi, François-Xavier de Guibert, 2006.

[3] “No obstante (las condiciones impuestas por Juan Paulo II, ndr) nos alegramos de esta decisión...” (Don Franz Schmidberger, Rikenbach 18 octubre 1984).


[4] La Agencia del diario oficial de la FSSPX “DICI” retoma la entrevista dejada al periódico vallesano “La Libertad” del 11 de maggio 2001 y traída de los periódicos suizos de lengua alemana St Galler Tagblatt e Basler Zeitung, en el cual dice:Cela donne l’impression que nous rejetons tout de Vatican II. Or, nous en gardons 95%. C’est plus à un esprit que nous nous opposons, à une attitude devant le changement … (Podría parecer que rechazamos enteramente el Vaticano II. En cambio, aceptamos el 95%. Es más bien a un espíritu, a una actitud que nos oponemos....”