martes, 26 de enero de 2016

¿CONMEMORAR EL PROTESTANTISMO? FRANCISCO, NO EN MI NOMBRE


Santo Tomás Moro tras su sentencia de muerte.



“Es lícito encolerizarse cuando se sabe qué especie de traidores, ladro­nes y asesinos son los papas, sus carde­nales y legados. Le complacería a Dios que varios reyes de Inglaterra se empeña­ran en acabar con ellos.

Castigamos a los ladrones a espada; ¿por qué no hemos de agarrar al Papa, a los cardenales y a toda la pandilla de la Sodoma romana y lavarnos las manos en su sangre?

Todos estos caerán cuando su sacrílega y abominable Misa haya sido reducida a polvo” (Martín Lutero)

Ayer nos vimos de nuevo alterados con la noticia de que el Papa Francisco ahora resulta que irá a “participar en una ceremonia conjunta entre la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial para conmemorar el 500° aniversario de la Reforma [protestante], en programa en Lund, Suecia, el 31 de octubre de 2016”.

Dejando de lado la nada desdeñable casualidad de que la fecha sea el día satánico por excelencia de Halloween, me pregunto qué tiene el Papa que conmemorar de la herejía y apostasía que ha desgarrado la Fe de miles de almas sepultándolas al infierno. Reforma para la cual la propia Iglesia estableció una Contrarreforma y, en especial, un glorioso Concilio como fue el de Trento, al que hace décadas se le quiere sepultar en el olvido y que con este acto se le dará oficialmente el acta de defunción, si es que quedaba algún resto de él.


 
Los mártires cartujos de Londres.


Papa Francisco, ¿usted sabe que hubo cientos de mártires católicos que dieron su vida por defender la Verdad frente a la Reforma que quiere conmemorar?

¿Qué le dirían ese 31 de octubre a usted las decenas de mártires cartujos de Londres, un San Fidel de Sigmaringa, o San Juan Fisher y Santo Tomás Moro, decapitados ambos por sus amigos de la Reforma por el único motivo de defender la fe católica?

O peor aún ¿se le ha ocurrido qué pueden pensar los conversos del protestantismo de que vaya a conmemorar aquello de lo que ellos tuvieron el valor de renegar? ¿qué piensa le dirían a usted el 31 de octubre un cardenal Newman, Benson, Chesterton o tantos otros que aceptaron la llamada del Espíritu -esta sí la de verdad, y no la de sus sorpresas- para dejar el cisma y la herejía por la Iglesia que usted debería representar?

Párese por favor un momento y piénselo detenidamente.

Usted va a tener el dudoso honor de unirse a otros que se empeñaron en lo mismo. ¿Sabe que “grandes perseguido­res de la Iglesia hayan festejado su me­moria. Así, Hitler mandó proclamar fiesta nacional en Alemania la fecha conmemo­rativa del 31 de octubre de 1517, cuando el fraile agustino rebelde fijó, en las puer­tas de la iglesia de Wittenberg, las famo­sas 95 proposiciones contra la supremacía y las doctrinas pontificias. Y a pesar de todo el ateísmo oficial del régimen comunista, el doctor Erich Hon­necker, presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Defensa (el primer hom­bre de la República Democrática Alema­na), aceptó encabezar el comité que, en plena Alemania roja, organizó las aparato­sas conmemoraciones de Lutero este año (cfr. ‘German Comments’, de Osnabrück, Alemania occidental, abril de 1983)” [1]?

Papa Francisco, ¿así es como quiere reformar la Iglesia? ¿Esta es la misericordia que tiene preparada para los fieles? ¿Regarlos de confusión?  ¿Qué podemos pensar de conmemorar a quien dice que la Santa Misa es abominable y sacrílega?

Me cuesta creer que no sepa nada de esto, ignorancia que sería preocupante dado el puesto que ocupa, y necesariamente no cabe otra que creer que usted realmente va a dichos festejos porque tiene algo que conmemorar, que donde nosotros vemos cisma y herejía usted ve la semilla de su primavera eclesial, que donde nosotros vemos resistencia heroica, usted ve obstinados idólatras, intolerantes y adivinos.

Los silencios claman al cielo y hierven la sangre de los mártires ¿por qué nadie dice nada? ¿Dónde están los cardenales y obispos? ¿Dónde están los sacerdotes y fieles? ¿Cómo puede haber quien sigue tratando de disfrazar de rosa todo esto para adormecer a los fieles?

Papa Francisco, se que nada de lo que yo pueda decir le va a interesar lo más mínimo, pero quiero pedirle, por favor, que conmemore usted todo lo que le de la gana de conmemorar -ya le pedirán cuentas de ello- pero, por lo que Dios más quiera: NO EN MI NOMBRE.

Que Dios se apiade de nosotros.

Miguel Ángel Yáñez

Nota: Para una mayor profundización sobre el siniestro personaje de Lutero, recomiendo a todos los la serie de artículos “Lutero el monje maldito” basado en el trabajo del padre Alfredo Sáenz.
[1]  Plinio Correa de Oliveira, Lutero: ¡no y no!