ECLESIAVACANTISMO
Parte 1
ENTRE DOS EXTREMOS
Estrechamente vinculada con el sedevacantismo, existe
una postura llamada (impropiamente) “eclesiavacantismo”, según la cual esa
organización que todo el mundo llama “Iglesia Católica” no es tal, sino que es
otra sociedad denominada “iglesia conciliar”, hallándose la Iglesia Católica
reducida, en la actualidad, a un pusillux grex (pequeño rebaño)
integrado solamente por los tradicionalistas en abierta oposición a la
Jerarquía de la “iglesia conciliar”. La “iglesia conciliar”no sólo ocupa la
Iglesia Católica, sino que la suplanta. Como los
protestantes más radicales, los eclesiavacantistasllegan a
identificar “esa organización religiosa mundial dirigida desde el Vaticano” con
la Sinagoga de Satanás, la iglesia del Anticristo o la mujer de Apocalipsis 17
y 18.
En el otro extremo (en el conjunto
de los que pueden ser llamados tradicionalistas) se sitúa Mons. Fellay y los
demás acuerdistas de la FSSPX, que rechazan la idea de que la “iglesia
conciliar” sea algo más que un mal espíritu en la Iglesia Católica: "hay también todo un
organismo y este organismo por un lado debemos confesarlo como santo y por el
otro nos escandaliza” (…) La nuestra es la Iglesia católica. No tenemos otra.
No hay otra. El buen Dios permite que esté enferma. (…) La enfermedad es la
enfermedad, pero esta no es la Iglesia. Ella está en la Iglesia, pero [la
Iglesia] sigue siendo lo que es (…) Por supuesto que hay que luchar
contra la enfermedad. Pero esta Iglesia enferma es la Iglesia fundada por
Nuestro Señor. Es ella la que tiene las promesas de vida eterna. Es ella que
tiene las promesas que las puertas del infierno no prevalecerán sobre
ella." (Mons. Fellay, acá). "En
la medida en que se produjo un "cambio de orientación” desde el Vaticano
II, hablamos de iglesia conciliar. Se quiere designar por ésta, no una cosa o
una substancia distinta de otra, sino un nuevo espíritu que se introdujo en el
interior de la Iglesia al momento del concilio Vaticano II y que pone obstáculo
al fin de la Iglesia, es decir, a la Tradición de su fe y su moral. (...) Por
lo tanto no hay dos Iglesias; solamente hay, en el seno de la Iglesia, una
tendencia antagónica que combate la Iglesia del interior, que procura
neutralizarla en su provecho, impidiendo la realización de su fin." (P.
Gleize, acá)
Entre ambas posiciones extremas hay
un justo medio: las dos iglesias se encuentran estrechamente entrelazadas, como
el trigo y la cizaña del Evangelio. Compartiendo la misma causa material, se distinguen pero no
existen separadas. Se puede decir que la “iglesia conciliar” es como un
tumor maligno dentro de la Iglesia Católica. En la Jerarquía hay herejes
formales y herejes materiales. Los fieles no tradicionalistas son, en general,
herejes materiales conducidos al error y mantenidos en el error por los
Pastores que profesan, con o sin culpa, los errores conciliares. Esta posición ha sido explicada
por los Dominicos de Avrillé en el artículo titulado “Una Jerarquía para
dos iglesias” y por Mons. Tissier de Mallerais en su
artículo ¿Existe una Iglesia Conciliar?”.
UN EQUÍVOCO
Los términos que no admiten más que un sentido se denominan
unívocos. Lo contrario sucede con los términos no unívocos, que en filosofía se
denominan equívocos y análogos. Por ejemplo, la palabra "banco" es
equívoca porque puede significar un tipo de asiento, una mesa de trabajo,
una empresa que realiza operaciones financieras, el edificio donde esa empresa
funciona, un establecimiento médico de almacenamiento orgánico, un grupo de
peces; una elevación de arena o tierra del fondo del mar, de un río o lago,
cercana a la superficie; etc.
La expresión “iglesia conciliar” no es unívoca porque admite
diversos sentidos:
Según un primer sentido, la "iglesia
conciliar" es la organización de la religión conciliar
que coexiste con la Iglesia Católica en el mismo sujeto (explicación
de los Dominicos de Avrille y de Mons. Tissier). La “iglesia
conciliar” es la cizaña en el campo de trigo.
Conforme a un segundo sentido, la "Iglesia conciliar" es
la Iglesia Católica tal y como es actualmente, esto es, decayendo o
corrompiéndose (en sus aspectos humanos) por obra de los modernistas que
controlan la Iglesia desde el Concilio Vaticano II. La “Iglesia
conciliar” es el sembradío de trigo con cizaña. En esta acepción, lo opuesto a
“Iglesia conciliar” no es “Iglesia Católica” sino “Iglesia preconciliar”.
Estos dos primeros sentidos de la expresión "iglesia
conciliar" no se excluyen recíprocamente, pero sí excluyen a los dos
siguientes.
En un tercer sentido, la "iglesia
conciliar" es esa sociedad que el común de la gente identifica
erradamente con la Iglesia Católica. La sociedad a cuya cabeza actualmente está
Francisco y que es conocida en todas partes como "Iglesia Católica",
ya no es católica. Ni la Jerarquía ni los feligreses que, por pertenecer a esta
organización, se dicen católicos son tales, sino que son herejes conciliares.
La verdadera Iglesia Católica existe reducida a dimensiones domésticas e
individuales, al estar compuesta solamente por los grupos tradicionalistas
separados de Roma, dispersos por el mundo. La “iglesia conciliar”
es la cizaña separada del trigo. Este tercer sentido excluye a los
otros tres, es sostenido por muchos sedevacantistas, e inclina al
sedevacantismo y al cisma.
Según un cuarto sentido, la "iglesia
conciliar" es únicamente un mal espíritu (liberal y modernista)
existente en la Iglesia Católica. La “iglesia conciliar” es un
defecto o enfermedad en el trigo. Esto es lo que sostienen Mons. Fellay, el P.
Gleize y los acuerdistas en general. Este cuarto sentido excluye a los otros
tres.
Cabe notar que a la organización o secta conciliar se le
llama “iglesia” impropiamente, como cuando hablamos de “iglesia anglicana”, de
“iglesia luterana”, etc.
ECLESIAVACANTISMO Y MAGISTERIO DE LA
IGLESIA
¿Hasta dónde puede avanzar la herejía en la Iglesia? ¿Hasta
qué grado puede disminuir su visibilidad? ¿Cuáles son los límites precisos del
daño que puede recibir la Iglesia en cuanto a las notas de unidad, santidad,
catolicidad y apostolicidad? Estas con cuestiones ciertamente arduas.
Ahora bien, los eclesiavacantistas de
todos los grados tienen la carga de la prueba en cuanto a que, pese
al hecho de que la falsa y herética iglesia conciliar suplanta a la Iglesia
Católica en todo el mundo -conforme a lo que ellos nos dicen- y pese a la
extrema pequeñez e insignificancia a la que -según ellos- ha quedado reducida
ésta; las puertas infernales no han prevalecido, de modo que la Iglesia sigue
siendo indefectible, visible, y continúa conservando las notas de unidad,
santidad, catolicidad y apostolicidad.
Según los eclesivacantistas más extremos,
el triunfo del modernismo desde el Vaticano II, hace que la Iglesia actualmente
se encuentre sin Papa, sin Obispos, sin Sacerdotes o con apenas un puñado de
ellos no contaminados con los errores modernos, y con el número de sus fieles
tan mermado, que no pasaría de algunos cientos o -con suerte- de unos pocos
miles. Sin embargo, decir eso equivale a afirmar esto otro: que las
puertas del infierno prevalecieron contra la
Iglesia, porque, según el Magisterio infalible, la
Iglesia Católica no puede decaer hasta un grado tal que llegue a ser un ínfimo
remanente de fieles católicos dispersos por el mundo, sin Papa y sin Obispos.
En efecto, de conformidad al Concilio Vaticano I, está excluida la posibilidad
de que la Iglesia quede reducida hasta tales extremos, pues ese concilio
definió que, por institución del mismo Cristo, el Papa tendrá perpetuos
sucesores, y que perpetuamente habrá Obispos subordinados a éste:
"Doctrina de la Iglesia.
1) La perennidad del Primado está
definida explícita y directamente en el Concilio Vaticano (D 1824s). [D 1825 Canon. Si alguno,
pues, dijere que no es de institución de Cristo mismo, es decir, de derecho
divino, que el bienaventurado Pedro tenga perpetuos sucesores en el primado
sobre la Iglesia universal... sea anatema. Nota del blog].
2) La perennidad de la Iglesia está
definida explícita, pero indirectamente, en el mismo Concilio (D 1821 1824s).
3) La perennidad de la Jerarquía la
definió implícitamente el Concilio Vaticano I. En efecto, definió
explícitamente la perennidad del Primado (D 1824s). Es así que también definió
que es propio del Primado el tener subordinados a él y gobernar a los
Pastores u Obispos de la Iglesia universal (D 1827-1831). Luego siempre habrá
Pastores u Obispos subordinados al Primado. Esto mismo se enseña explícitamente
en la introducción a la Constitución de la Iglesia (D 1821)." (Sacrae Theologiae Summa, por los
Padres de la Compañía de Jesús, B.A.C., 1955, trat. III, "De la Iglesia de
Jesucristo", págs. 595-596).
ALGUNAS OBJECIONES
1.- Las palabras de Nuestro Señor en Lc 18, 8: "cuando
el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?" Pues
bien: hoy ya prácticamente no queda fe en el mundo. Se calcula que los fieles
tradicionalistas son más o menos, el 0,01 % en el total de los fieles
católicos. El restante 99,9 % ha perdido la fe al profesar la herejía
conciliar, dejando de pertenecer a la verdadera Iglesia. Por eso lo que el
común de la gente llama “Iglesia Católica” no es más que una gran secta
acatólica, y la verdadera Iglesia sobrevive en los que están fuera de esa
“iglesia conciliar”.
Respuesta: Existe una “masa de católicos conciliares
por costumbre, conformismo o comodidad, que tienen una pertenencia puramente
material a la iglesia conciliar” (Mons. Tissier en Le Sel de la Terre
nº 85). Pero para quedar excluido de la Iglesia, no basta la
herejía material, sino que la herejía debe ser formal(*) Luego, la inmensa mayoría de los que se dicen católicos, pese a su herejía material, mantienen la fe católica y siguen formando parte de la Iglesia Católica.
2.- El mismo Mons. Tissier dice en ese artículo lo siguiente:
“Y junto a esta iglesia conciliar vulgar, ¿qué queda de la iglesia católica?
respondemos que, incluso reducida a un número modesto, la parte sana de sus
fieles y tal vez a un solo Obispo fiel, como podría ser, según el padre
Emmanuel, la iglesia del fin de los tiempos, la iglesia católica sigue siendo
la iglesia católica”. Pues bien, ese es el estado de la Iglesia en la
actualidad. La Iglesia sigue existiendo sólo en el pusillux grex tradicionalista,
no en la estructura oficial o “iglesia conciliar”.
Respuesta: En ese estudio Mons. Tissier sostiene que la
iglesia conciliar y la Iglesia Católica coexisten en el mismo sujeto, por eso
en la frase citada por el objetante se dice “junto a” (à côté). Nota: el P.
Emmanuel, al menos en la obra "El Drama del Fin de
los Tiempos", no dice que la Iglesia pudiera llegar a
tener, alguna vez, un solo Obispo fiel (ver la cita del Vaticano I, arriba).
3.- Las conocidas palabras del Cardenal Pie (en su Discurso
para la Recepción de las Reliquias de San Emiliano, Obispo de Nantes, de
8-11-1859): ..."a medida que el mundo se aproxima de su fin (…) La
Iglesia, sociedad sin duda siempre visible, será reducida cada vez más a
proporciones individuales y domésticas”. Eso es lo que presenciamos
hoy. La verdadera Iglesia es la que se encuentra actualmente reducida a
esas proporciones individuales y domésticas, la que está
integrada exclusivamente por los tradicionalistas en conflicto con la “iglesia
conciliar”, la impostora que aparenta ser la verdadera Iglesia Católica
Respuesta: El Card. Pie habla de un grave retroceso de la Iglesia,
no de que habrá una suplantación de la Iglesia Católica por otra organización.
4.- La frase de Nuestra Señora de la Salette: “Roma
perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo”.
Respuesta: 1° Ante todo hay que decir que las revelaciones
privadas, en teología, no se consideran como “lugares teológicos”, esto
es, como “fuentes del conocimiento teológico, ya sea para descubrir, ya sea
para juzgar de lo hallado, y como categorías de argumentos o domicilios y sedes
de los argumentos para probar y refutar” (Sacrae Theologiae Summa, BAC, 1955,
Tomo I, pág. 20). 2° Esa frase no está en la redacción original de 1851, por lo
que puede tenerse como dudosa (ver acá ).
3° Aunque la frase sea auténtica, la interpretación que hacen de ella
los eclesiavacantistas no es la única concebible (ver
también acá ).
4° La Santa Sede no puede desviarse tanto como para que llegue a ser,
alguna vez, la sede del Anticristo (ver arriba las citas del Magisterio
Infalible del Concilio Vaticano I).
5.- Las palabras del Exorcismo de León XIII: “Donde
la Sede de San Pedro y Cátedra de la Verdad y la Luz para las naciones está
establecida, pusieron el trono de su abominación y de su impiedad, para que
golpeado el Pastor, puedan dispersar la grey”.
Respuesta: De esas palabras no se puede inferir que
ese trono haya suplantado a la Santa Sede.
6.- “La religión del concilio Vaticano II es una
religión específicamente distinta e incluso opuesta a la religión
católica. Es imposible que la religión conciliar esté dentro de la
Iglesia Católica, es imposible que ambas religiones subsistan juntas en un
mismo sujeto, en una misma organización. Luego, la “iglesia conciliar” y la
Iglesia Católica existen separadas.”
Respuesta: 1° El error de este razonamiento está en tomar
como equivalentes o sinónimos los términos religión e iglesia (ambos,
además, no unívocos). En sentido muy amplio, “iglesia” es la organización de
los hombres que profesan alguna de las “religiones cristianas”. Ahora bien, se
puede profesar la falsa religión conciliar sin culpa, incurriendo en herejía
sólo material, y dado que los bautizados que incurren en herejía únicamente
material no dejan de pertenecer a la Iglesia, se puede profesar la religión
conciliar sin dejar de ser católico, estando, de este modo, “la religión
conciliar dentro de la Iglesia católica”. 2° Además, San Pio X, calificó a
los modernistas de “organización clandestina” (Mot. Propr. Sacrorum
Antistitum, 1-9-1910) que se oculta “en el seno y gremio mismo de la
Iglesia” (Encícl. Pascendi, 8-9-1907).
7.- Objeción desde el extremo opuesto: "Si sigo
con su lógica, debo concluir que la Iglesia conciliar existe como una secta
cismática, formalmente otra que la Iglesia católica. Por lo tanto: todos sus
miembros son, a lo menos, materialmente cismáticos, comprendiendo a todos los
ralliés; ellos están fuera de la Iglesia; no podemos darle los sacramentos a
menos que hayan abjurado públicamente; los papas conciliares son
antipapas"... (P. Gleize en entrevista publicada
por DICI el 7-6-13).
Respuesta: 1° Que la Iglesia conciliar exista como
una secta cismática, formalmente otra que la Iglesia católica, no
impide que coexista con ésta en el mismo sujeto, que las dos tengan la misma
causa material. 2° El católico que se hace materialmente
cismático, no queda, por eso, fuera de la Iglesia, sino que para ello
es necesario que incurra en cisma formal.
(*): "Bien se puede decir
que es sentencia unánime entre los católicos, que los herejes formales
y manifiestos no son miembros del cuerpo de la Iglesia." (Sacrae
Theologiae Summa, B.A.C., 1955, Trat. III, "De la Iglesia de
Jesucristo", p. 847.). "Aun cuando los públicos apóstatas y
herejes, los cismáticos y los «excommunicati vitandi», quedan fuera de la
organización jurídica de la Iglesia, con todo, su relación con ella es esencialmente
distinta que la de los que no han recibido el bautismo. Como el carácter
bautismal, que obra la incorporación a la Iglesia, es indestructible, el
bautizado, por más que cese de ser miembro de la Iglesia, no queda
completamente fuera de ella de suerte que quede roto todo vínculo con la misma.
Quedan en pie los deberes que se derivan de la recepción del bautismo, aun
cuando se halla perdido por castigo el uso de los derechos que este sacramento
confiere. Por eso, la Iglesia reclama el ejercicio de su jurisdicción aun sobre
los bautizados que se han separado de ella." (Ludwig Ott,
Manual de Teología Dogmática, Herder, Barcelona, 1966, p. 467).
(Continúa en la parte 2)