Parece
que las idas y vueltas del Padre Bouchacourt no tienen fin. Y así como hizo un
cambio en la segunda intención de la “Cruzada de Rosarios” –que no coincide con
la intención segunda de otros distritos o la Casa General (y la formulación de
ésta última es la oficial)-, ahora en un desesperado llamado a los fieles (si
tiene que hacerlo en la forma en que lo hace es porque hasta ahora ha
encontrado más rechazos que adhesiones a su convocatoria), indica una intención
que difiere de la que había corregido últimamente.
Dice
ahora en su “Llamamiento”:
“Queremos
que el Papa restaure la santa Tradición en la Iglesia: ¡recemos el rosario!”
Pero
esta es la formulación de la segunda intención de la cruzada según el sitio
oficial del Distrito de América del Sur:
“Por
el retorno de Roma a la Tradición católica”.
Vemos
entonces esta secuencia de intenciones:
1
"Por el retorno de la Tradición en la Iglesia".
(Según
Carta de Mons. Fellay y demás textos oficiales de DICI)
2
“Por el retorno de Roma a la Tradición católica”.
(Según
corrección de P. Bouchacourt)
3
“Queremos que el Papa restaure la santa Tradición en la Iglesia.”
(Nueva
versión del P. Bouchacourt, a la par de la anterior)
Con
esta nueva intención, el P. Bouchacourt afirma otra vez que la Iglesia –no hace
distinción entre Iglesia Católica e iglesia oficial o conciliar- no tiene la
Tradición. Por cierto que para que la Tradición recupere el lugar que le
corresponde en Roma, ocupada por modernistas, el Papa que realice esta
restauración pedida por P. Bouchacourt debería ser católico, y no modernista.
Por lo tanto antes que una Roma católica hace falta un Papa católico. Cosa que
el P. Bouchacourt no indica en sus varias “intenciones”. De modo que P.
Bouchacourt vuelve sobre sus pasos, luego de haber hecho el cambio de intención
mencionando a Roma, dejando ahora abierta la posibilidad de entender que el
Papa -sin convertirse- puede restaurar la Tradición en la Iglesia, ¿cómo?
reconociendo a la FSSPX y otorgándole una Prelatura con la que sueñan Fellay,
Bouchacourt y cía. ¡Y todo exitosamente tras la nueva cruzada de rosarios! El acuerdo
aparecería así como obra de Dios y la Stma. Virgen, no de la diplomacia y las
concesiones liberales de Fellay y sus seguidores.
Con
respecto a los modernistas de Roma, dice simplemente el Superior de Distrito:
“la jerarquía de la
Iglesia parece estar como anestesiada, hipnotizada, enceguecida, paralizada y
favoreciendo la apostasía que se extiende por todo el mundo”.
¿Sólo
eso? ¿Pecan sólo de omisión? ¿No es esta una Jerarquía de modernistas y
liberales que destruyen la Iglesia con pecados de acción? No: parece que el P.
Bouchacourt nos quiere persuadir de que se trata de una pobrecita Jerarquía
víctima de los malos... "Nuestros nuevos amigos en Roma" están como
encarcelados... ¡Debemos ayudarlos "desde dentro"! ¡Hay que hacer el
acuerdo! Fijémonos también que para suavizar la crítica no dice rotundamente
“la jerarquía está anestesiada” sino que dice “parece estar como” con lo cual
se ablanda todavía más su crítica.
El
P. Bouchacourt menciona también el cumplimiento del deber de estado:
“añadamos la
penitencia, sobre todo en lo que se refiere al cumplimiento de nuestro deber de
estado”.
Pero
¿acaso cumplió su deber de estado el P. Bouchacourt cuando absolvió al pueblo
deicida, negando la doctrina católica? Y no hay indicios de que quiera cumplir
con el grave deber de estado de desmentir a Clarín
y/o de dar una explicación a los fieles escandalizados.
Cerca
del final de su urgido “Llamamiento”, el P. Bouchacourt revela el motivo del
mismo: la disconformidad de gran cantidad de fieles que aún siguen sin digerir
su vergonzoso comportamiento cuando las declaraciones a un diario y su nunca
aclarada negación de una verdad católica. Bouchacourt sabe que se le están
yendo las cosas de las manos: recientemente los fieles de Ciudad del Este
(Paraguay) se despidieron en bloque de la Neo-FSSPX, y entonces trata de
acallar toda justa crítica recurriendo a la piedad -ésta mal entendida- y
cargando abstractamente sobre los que con justas razones han analizado sus
contradicciones o le han pedido explicaciones sobre sus declaraciones
contrarias a la doctrina católica, por lo cual dice:
“No prestemos oídos a
los disconformes de siempre y a los desesperados, que con su celo amargo hacen
el juego a los enemigos de la Iglesia y de la Tradición”.
El
P. Bouchacourt se limita a descalificar a los que hacen crítica, sin ningún tipo
de distinción o puntualización. Hace lo más fácil. Pero aunque se esfuerce, y
demande “coraje” a “grandes y pequeños”, él no tuvo ni siquiera el coraje de
contestar a distintos correos privados que le fueron remitidos para pedirle
aclaraciones, él no tuvo el coraje de criticar públicamente a un Papa
modernista, él no tuvo el coraje de afirmar públicamente la verdad sobre los
judíos, él no tuvo el coraje de defender a un obispo expulsado porque no era
grato a los liberales y judíos. Él no tiene celo amargo, ni dulce, ni salado.
Su celo se limita a obedecer prontamente las directivas de Menzingen para
“lavar” públicamente la imagen de la FSSPX en pro de un entendimiento con Roma,
para un próximo “reconocimiento”.
Si
hay alguien que hace el juego a los enemigos de la Iglesia y de la Tradición,
ese es Mons. Fellay con su desesperado acuerdismo. Y sus cómplices, como el P.
Bouchacourt.
Una
cruzada de Rosarios sólo puede ser grata a Dios si se hace en la fidelidad a la
verdad, no en medio de componendas diplomáticas, doble lenguaje,
contradicciones e injusticias. Ya tenemos la experiencia de los años
anteriores, para saber adónde apuntan sus pasos, con estas “piadoserías”, los
superiores de la Neo-FSSPX. Recordemos a San Pablo cuando hablaba de la corrupción
de los últimos tiempos: “Tendrán ciertamente apariencia de piedad, mas negando
lo que es su fuerza” (II Tim. 3, 5).
P.S.:
Otro increíble traspié del sitio web de la
Neo-FSSPX:
¿En qué quedamos? ¿No eran 5 millones esta vez? ¿Por
qué se habla de 12 milllones?