La
revolución de Francisco sedujo a intelectuales y a políticos de izquierda
Algunos
hasta lo comparan con el Che Guevara. Para los representantes del progresismo
italiano, el argentino Bergoglio se convirtió en una referencia. Hasta la
religión, siempre.
Por
Angela Nocioni desde El Vaticano | 28/12/2013 |
Algunos
lo diseñan con la boina del Che, como apareció en afiches de partidos de
izquierda o en grafittis callejeros. Otros ruegan que los políticos
progresistas aprendan de él. Francisco se convirtió en la estrella de los
intelectuales de izquierda de Italia que lo miran como la única brújula posible
en tiempos de crisis de la política. El diario Il Foglio, de línea editorial
berlusconiana (y con actitud ratzingeriana), le puso título al fenómeno: “Nueva
izquierda bergogliana”. “Tiene una posición dura contra las políticas
neoliberales”, sintetizó.
A
principio de este mes, se produjeron en Italia las elecciones primarias en el
Partido Democrático (PD). En los comicios del principal partido de izquierda
italiano, al que pertenecen el primer ministro, Enrico Letta, y el presidente,
Giorgio Napolitano, fue furor un afiche con la cara de Jorge Bergoglio, en el
que militantes le piden a sus representantes que lo imiten. “Ni siquiera el Che
había nacido en Florencia”, se lee en el cartel.
El
elegido en el PD fue Matteo Renzi, 38 años, alcalde de Florencia, también se
mostró entusiasmado con el Papa: “Impacta y seduce el estilo de Jorge
Bergoglio, por su capacidad de presentarse somo compañero de camino, más que
como juez. Admiro a un Papa que elige como nombre Francisco y pide de rezar”.
Nunca un secretario del primer partido de izquierda italiano se había
entusiasmado tanto con un Santo Padre.
Fausto
Bertinotti, ex presidente de la Cámara de Diputados y padre de la izquierda
radical italiana también se entusiasma con el Papa: “Es una persona
extraordinaria cuyos gestos tienen una fuerza revolucionaria”. Bertinotti,
histórico protagonista de las luchas sindicales italianas y político de
formación marxista, agregó: “Si finaliza la guerra en Siria, deberíamos decirle
gracias a este Papa”.
El
filósofo y referente de izquierda, Gianni Vattimo, coincide con Bertinotti.
“Muchas veces los papas se aventuraron en el tentativo de explicar una guerra
justa. En cambio, Francisco dice que la guerra nunca es una solución. Es una
importante novedad respecto al pensamiento de la Iglesia”.
Desde
el principal medio de centroizquierda italiano, también hay elogios para
Bergoglio. “El Papa renunció al magisterio de la condena prefiriéndole el
magisterio de la misericordia. Si el Dios de los cristianos no es el predicador
de una filosofía, sino el Hijo de Dios que se encarna, entonces se entiende que
quien tiene la fe no puede reducir todo esto a pura ideología. Este Papa es una
grata novedad que entra en escena”, aseguró Enzo Mauro, director de La Reppública.
Ángela
Azzaro, vicedirectora de Gli Altri, el semanario que se autoproclama como “la
izquierda cotidiana”, está orgullosa de haber sido la primera en poner la
mirada en el “aura revolucionaria” de Francisco: “Fuimos los primeros en salir
a los quioscos con la portada ‘Compagno Francesco’ (Camarada Francisco)”.
Hay
más periodistas de izquierda fascinados con Bergoglio. Escritor, ex redactor de
L’Unità (órgano oficial del Partido
Comunista) y uno de las caras más conocidas de la television italiana, Luca
Telese, también opina sobre Francisco: “Tiene un estilo tan distinto de los
otros papas que se volvió complicado hasta para los vaticanistas seguirlo.
Borró el know how de los viejos corresponsales del Vaticano porque comunica
como una rockstar. Es un mensaje que debe entender la izquierda”.
Bergoglio
tiene más apoyo desde que se publicó la encíclica “Evangelii Gaudium”. Son 84
páginas que denuncian la “tiranía del mercado sin limitaciones”. La más citada
en el debate político es la parte de la encíclica en la cual el Papa dice: “Se
acusa de la violencia a los pobres y las poblaciones más pobres, sin embargo,
encontarán una tierra fértil que antes o después provocará una nueva
explotación”.
“Estoy
convencido de que Francisco está
representando un hecho absolutamente nuevo en la historia de la Iglesia y,
quizás, en la historia del mundo”, completó Umberto Eco. “Cuando algunos
ingenuamente me preguntan si representa una revolución, yo contesto que las
revoluciones se evalúan sólo cien años después”.
Este
es Francisco, el hombre que llegó “desde el fin del mundo” para transformar al
Vaticano y, sobre todo, provocar una revolución en la izquierda italiana.