No es nuestra primera pandemia: Franco superó dos más letales que el
coronavirus sin apenas muertos ni confinamientos
Miguel
Fernández Chavarino.
Es frecuente escuchar el dicho de que la mentira
tiene las patas cortas. Aparentemente, lo dicho por las autoridades y no
contrastado por los medios serviles de comunicación goza de veracidad absoluta.
Nuestro bien amado líder Sánchez, nos ha dicho que la actual crisis del
coronavirus es la crisis sanitaria más grave de los últimos tiempos.
Cualquier
ciudadano, yo mismo, creí en ese axioma pues no recordaba nada parecido
obviando la mal llamada gripe española de 1918-20. Sin embargo, nuestro
presidente miente sin pudor alguno asesorado por científicos irresponsables
como el médico Fernando Simón, que ni es doctor en medicina ni tiene el M.I.R.
como cualquier otro profesional que se digne de la profesión.
En
efecto, los medios subvencionados no quieren hablar de la epidemia de Hong
Kong, en el no lejano 1968 que causó un millón de muertos. A fecha actual,
nuestro coronavirus ha dejado 328.000 fallecidos. La pandemia de 1968 no solo
afectó al sureste chino, se extendió por el mundo entero causando solo en
EE.UU. 100.000 fallecidos. Pero si las cifras deslumbran no se queda en eso la
cosa: 10 años antes, en 1957, una gripe similar causó en el mundo 2 millones de
muertos, si bien el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EEUU) elevó a
cinco millones de personas las fallecidas en todo el planeta. Eran enfermedades
infectas contagiosas provocadas por el virus de la influenza A (H3N2), igual de
transmisible que el actual pero, oh sorpresa, a ninguna autoridad mundial se le
ocurrió confinar a la población ni arruinar el futuro económico a ninguna
generación como han hecho esta padilla de secuaces.
Volvamos
al precedente de la pandemia de 1968. Alemania sufrió 60.000 bajas y Berlín se
tuvo que ver obligado a apilar sus cadáveres en el metro; en Francia murieron
30.000 personas y en Londres se contagiaron al menos el 20% de su personal
sanitario. Willy Brandt, canciller alemán, fue uno de los afectados por el
virus. Los ferroviarios, a falta de mascarillas, paralizados. Los médicos
supervivientes cuentan que vacunaban “en la calle” a diestro y siniestro (Libération,
07/12/2005). La gente moría “con labios cianóticos” por hemorragia pulmonar o
por asfixia.
Es
decir, cifras abrumadoras en relación a la crisis presente pero que en ningún
momento se llegó a pensar en la supresión de libertades y derechos como en
2020.
¿Cómo
afectó a España las pandemias de 1957 y 1968? Es de suponer que ante los
millones de muertos que causaba la enfermedad contagiosa, el horrendo dictador
que teníamos ordenó confinar a la población en casa. Lo siento, pero la
Dictadura no fue tan cruel como el régimen de Sánchez, pero además los
fallecidos en España fueron muchos menos que la media mundial de fallecidos. En
el cuadro adjunto se demuestra:
Gracias,
señor Sánchez. Cn el confinamiento más duro de Europa has conseguido
incrementar por 10 los fallecidos respecto a las anteriores pandemias, sin
hablar de la ruina económica a la que vas a llevas a tu país y que no pasó en
1957 ni 1968.
Catedrático de Economía relaciona el coronavirus
con la pretensión de Soros de provocar un caos económico y acabar con Trump:
«Este canalla está enloquecido»
Sostiene
el catedrático de Economía Roberto Centeno que el coronavirus «está provocando
un pánico injustificado y un daño económico infinitamente más grave y
duradero», por lo que se pregunta ¿cómo empezó todo y a quién beneficia?
«La
versión oficial y de la inmensa mayoría de medios es clara: en el mercado de
animales de Wuhan, cuyas condiciones de suciedad habrían propagado el virus,
probablemente un murciélago. Vale, y entonces la pregunta que nadie se hace,
ese mercado tiene una antigüedad de muchos siglos, en las mismas condiciones se
suciedad y falta de higiene que hoy, o más bien mucho peores, entonces ¿por qué
nunca antes se había producido una epidemia así?, se pregunta Centeno.
El
catedrático salmantino también apunta a la versión llamada «conspiranoica».
«Miramos alrededor y ¿qué vemos? Un laboratorio llamado WuXI App Tec,
localizado en Wuhan en el 666 Gaoxin Road East Lake, cuyo objetivo se describe
como “investigación de pequeñas moléculas para la creación de medicamentos”, o
sea, un laboratorio biológico. Y ya la bomba. ¿Quién es uno de sus principales
accionistas? Ese auténtico genio del mal llamado George Soros. Esto queridos
lectores, no es una teoría conspiranoica, esto son hechos», manifiesta.
«Otro
hecho es que el mercado de Wuhan por sucio y antihigiénico que sea no había
producido epidemia alguna, y llega Soros monta (con otros) un laboratorio de
investigación biológica, y al cabo de un tiempo, zas, una epidemia con
consecuencias económicas potencialmente gravísimas, justo el año en que las
encuestas dicen que el enemigo mortal de Soros y que ha jurado acabar con él va
a arrasar en las elecciones de noviembre», añade.
Roberto
Centeno pone también a la ciencia en el eje de sus conclusiones. «Existe un
principio universalmente aceptado en la investigación científica denominado
“navaja de Ockam”, un fraile teólogo inglés del s XIII, que dice, la
explicación más simple es probablemente la correcta, y la explicación más
sencilla en este caso es que el virus ha sido fabricado en un laboratorio. El
microbiólogo español Francisco Martínez Mojica, ‘padre’ de la herramienta de
edición genética CRISPR, apunta la posibilidad de que el coronavirus pueda ser
un virus mutante y haya ‘escapado’ de un laboratorio de Wuhan».
Concretamente,
Martínez Mojica sostuvo que «no me extrañaría que simplemente fuera un virus
mutante, y argumentó que «ya saltaron unas cuantas alarmas desde otro centro de
investigación de EE UU sobre una posible carencia de requisitos de seguridad en
este laboratorio de investigación de Wuhan con virus patógenos». «Los virus
mutan muchísimo y, cuando no se controlan exactamente, “no sabes dónde” te
pueden “atacar; y este puede ser un caso de estos”, explicó este científico de
la Universidad española de Alicante, varias veces favorito a los Premios
Nobel».
«Ustedes,
queridos lectores tienen todos los datos para formarse su propia opinión, la
mía la tengo clara y meridiana. Como decíamos en Salamanca, esto es blanco y en
botella. Soros, que ha intentado todo para echar a Trump, un presidente
democráticamente elegido, junto con los Clinton y la malvada Pelosi, desde
comprar al director del FBI para fabricar pruebas falsas, el ‘Russian Gate’,
desde utilizar un truco tan burdo como acusar a Trump de abuso de poder, está
literalmente enloquecido ante el más que seguro triunfo en noviembre. Sólo le
quedaba una carta, provocar un caos económico, y lo ha hecho, tiene 89 años y
cuando Trump acabe su segundo mandato tendrá 94, y además Trump y Li Xiao Ping
van a ir a por él. Esperemos que, al final, este canalla que entregaba sus
compatriotas judíos a las SS en su Hungría natal, muera como lo que merece: en
la cárcel», concluyó Centeno.