Imagen alegórica de la oración del imam en los jardines vaticanos. |
La última de Francisco: El Papa permite
que un imam rece por “la victoria de los musulmanes sobre los infieles” dentro
del Vaticano
BD.-
El día 8 de junio pasado el Papa Francisco se encontró con Shimon Peres y
Mahmoud Abbas en el Vaticano, en una reunión destinada a contribuir a un
entendimiento entre dos partes en permanente conflicto.
El
Papa Francisco pidió derribar “muros de enemistad” en el rezo por la paz junto
al presidente israelí y al titular de la Autoridad nacional Palestina, en los
jardines del Vaticano. Además los acompañó el patriarca de Constantinopla Bartolomé
I y el custodio de Tierra Santa, el religioso Pierbattista Pizzaballa.
Según
lo estipulado, Francisco, Peres, Abbas y Bartolomé I rezaron en un sector de
los Jardines del Vaticano que mira hacia la cúpula de la Basílica de San Pedro,
informó el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi. Este hecho
sin precedentes, cargado de profundo simbolismo, fue organizado rápidamente, ya
que Peres, de 90 años, dejará su cargo en julio para ser remplazado por quien
surja de las elecciones de este martes.
Durante
aproximadamente una hora, hubo sesiones de oraciones judías, cristianas y
musulmanas e interludios musicales, seguidos de invocaciones por la paz de
Francisco, Peres y Abbas, así como un apretón de manos conjunto como “gesto de
paz”, que incluyó a Bartolomé. Lombardi apuntó que los cuatro estuvieron
acompañados por delegaciones de líderes religiosos judíos, cristianos e
islámicos.
Bartolomé
I subrayó que la oración común es “una iniciativa hacia la paz, en una región
atravesada por conflictos, donde la política y la diplomacia no lograron
concretar resultados duraderos”.
El
Vaticano destacó que no se trató de una “oración interreligiosa” y que cada uno
rezó según su confesión para invocar la paz. Por eso, la ceremonia se
desarrolló en tres actos: el primero dedicado a la comunidad judía, el segundo
a la cristiana y el tercero a la musulmana. En cada uno de ellos se rezó una
oración de agradecimiento por la Creación, se pasó a pedir “perdón por los
pecados cometidos” y, por último, llegó la “invocación” por la paz.
En
su viaje por Cercano Oriente, Francisco ya había definido a Abbas y a Peres
como “hombres artífices de la paz”, y pidió a los fieles “no dejarnos solos,
orando intensamente. Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento”.
El
padre Pizzaballa, sin embargo, insistió en presentar la cita como un asunto
estrictamente religioso. “Nos estamos tomando una pausa de la política. Es un
evento religioso, por lo que la política quedará al margen. El tema no estuvo
siquiera sobre la mesa”, concluyó.
Días
antes del encuentro, el Vaticano también había informado que el Papa pretendía
mantener el carácter religioso de la cita en forma estricta. Es decir, que el
encuentro no serviría para intentar mediaciones o para fijar una estrategia
hacia las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes. Lo había dicho
Francisco I al regreso de su viaje por Tierra Santa: “La oración es importante
y orar juntos sin otras discusiones, ayuda.”
Hasta
aquí la noticia que todos los medios han reproducido en términos más o menos
coincidentes. Posteriormente a esa
reunión se ha sabido que el imam encargado de las oraciones por la parte
musulmana le metió un gol al mismísimo Papa en su propia casa. Este imam oró
en los jardines del Vaticano por la victoria de los musulmanes sobre los
infieles, delante de las barbas del
Santo Padre, que no cabía de gusto en su papel de anfitrión de los
representantes de las dos religiones más enemigas del cristianismo a lo largo
de toda su historia.
Esas famosas invocaciones,
que pretendían promover la paz, han traído en su lugar la discordia y el
escándalo, aunque las autoridades vaticanas tratan ahora de tapar el asunto
para no hacer más el ridículo de lo que ya han hecho.
El imam invitado al
encuentro y encargado de la oración musulmana recitó sus “invocaciones” según
lo previsto, con la salvedad de que inesperadamente incluyó en su recitación,
en árabe por supuesto, las últimas palabras de la segunda sura: “Tú eres
nuestro Amo, dános la victoria sobre los pueblos infieles”.
Ese detalle, que pasó
inadvertido a la mayoría, ha sido detectado por el escritor alemán de origen
egipcio Hamed Abdel-Samad, que lo ha difundido en la prensa. Varios medios
franceses han dado la noticia.
La
cosa tiene su miga, ya que la petición a Alá, en el mismo Vaticano, en el marco
de una supuesta oración por la concordia, el entendimiento y la paz, de otorgar
la “victoria sobre los infieles”, no sólo es una imperdonable falta de cortesía
y un cínico engaño propio de espíritus ruines, sino que las agresivas palabras
pronunciadas corresponden además a la sura segunda, sin duda la más violenta y
belicosa de todas. Esta es una especie de resumen heteróclito del Corán y la
sharia. Predica el yihad por supuesto, pero sobre todo es profundamente
anticristiana. Es en esa sura donde se encuentra el versículo 191: ”Matadlos
donde los encontreís (…) La asociación es más grave que el asesinato (la
asociación es la Trinidad) (…) Combatidlos hasta que no haya más asociación y
que la religión sea solo de Alá”.
El
escritor egipcio-alemán Hamed Abdel-Samad ha escrito en su página de Facebook:
“En los jardines del Vaticano, el clérigo musulmán concluye su oración por el
versículo: “¡Que Alá nos ayude a alcanzar la victoria contra los infieles!”.
¡Eso es lo que se llama una oración por la paz! Sobra decir que esa llamada a
la victoria sobre los pueblos infieles no figuraba en los textos de las
oraciones publicadas en distintos idiomas, y ese versículo no estaba en la
oración musulmana. Es el representante musulmán quien, en el último momento ha
añadido lo que debía para ser un buen musulmán”.
Como
provisional conclusión a esta cuestión, de las tres oraciones de los distintos
representantes religiosos del encuentro, en la página oficial del Vaticano sólo
quedan las palabras del Papa Francisco. Las otras dos han sido retiradas.
Otro informe: AQUI.