jueves, 19 de junio de 2014

DOMINICOS DE AVRILLÉ: HACIA UN "RECONOCIMIENTO DE TOLERANCIA" AD TEMPUS.


Carta de los Dominicos de Avrillé N° 87 (13 de mayo de 2014). Edición en inglés.




Hacia un “reconocimiento canónico de tolerancia” ad tempus.

En el número 88 de Abril-Mayo de Le Rocher, el boletín de la FSSPX del Distrito de Suiza, en la pregunta sobre un eventual acuerdo con Roma, Monseñor Fellay respondió: “Ahora mismo (esto es, bajo el papa Francisco), eso sería una locura”. Estamos completamente de acuerdo. También pensamos que hubiera sido una locura bajo los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. Solamente necesitamos considerar a todos aquellos que han hecho un acuerdo con la iglesia conciliar y que todos han traicionado la lucha por la fe, sin excepción.

Sin embargo, a pesar de estas declaraciones, Monseñor Fellay les anunció al mismo tiempo a los seminaristas de Zaitzkoffen, Alemania, que si Roma acordara un reconocimiento de la Fraternidad, él no vería por qué debería rechazarlo. Uno de los asistentes reportó un poco después esta noticia con entusiasmo a los superiores de comunidades religiosas, explicando que este reconocimiento sería ad tempus (temporal). Una autoridad de la Fraternidad confirmó que Monseñor Fellay esperaba obtener un reconocimiento de tolerancia.

El número de abril de 2014 de la revista Angelus, ya está preparando el terreno para los fieles:

“Para la FSSPX, esperar a la completa conversión doctrinal de los Romanos para ponerse entre sus manos no es realista… La FSSPX ha mantenido sus distancias con Roma por tan demasiado tiempo, que se arriesga a perder todo el sentido católico de jerarquía, obediencia y autoridad”.

Si bien no entendemos como un “reconocimiento canónico” no sería una locura, mientras un “acuerdo” con Roma sí, estas afirmaciones y esta nueva perspectiva nos llevan a una serie de consideraciones:

-Cuando es una cuestión de fe, la conversión gradual no es posible, contrario a lo que pasa cuando solo la moral está en juego.  Uno tiene la fe o no la tiene. La negación de una simple verdad es suficiente para perder toda la fe Católica. La única solución para acercarnos a Roma es esperar su completa conversión.

-Mantener nuestra distancia de Roma modernista y apóstata es el único camino para mantener nuestra fe intacta. Esto incluye la fe en la primacía de Pedro. Por lo tanto, no es necesario preocuparse: no hemos perdido el sentido de jerarquía y autoridad.

-Un reconocimiento canónico de tolerancia ad tempus solo sería una concesión de palabra, donde uno es “libre” mientras se comporte… Roma no tolerará que se ataquen las acciones del papa, diciendo públicamente que los fieles no deben asistir a la nueva “misa”, que Juan Pablo II no es santo, etc. Cuando el Padre de Cacqueray escribió un excelente artículo en contra de Asís IV, el Cardenal Levada le dijo a Monseñor Fellay que era inaceptable, y el resultado fue que la Casa General se mantuvo en silencio y no sacó ni un solo comunicado para protestar en contra de esta reunión escandalosa. Un reconocimiento canónico sería inevitablemente una condenación al silencio, como la historia de las comunidades Ecclesia Dei lo ha probado más allá de toda duda. Tan pronto como un sacerdote se atreva a romper el silencio y ataque los escándalos de Roma modernista, será sancionado sin misericordia por la Casa General, que hará todo lo que esté en su poder para mantener el “reconocimiento oficial” que es bastante deseado por fin obtuvo.

No olvidemos el acuerdo concedido al monasterio de Le Barroux. Esto es lo que ellos declararon en ese tiempo:

“Hemos firmado este acuerdo bajo dos condiciones:

* Que este evento no desacredite la persona de Monseñor Lefebvre;

* Que ninguna contrapartida litúrgica o doctrinal nos sea requerida, y que ningún silencio sea impuesto a nuestra predicación antimodernista[i]

Ahora Le Barroux defiende la libertad religiosa y el ecumenismo, y los monjes concelebran regularmente la nueva misa cuando están fuera del monasterio. Aquellos que trataron de resistir fueron expulsados. ¿No está claro?

Algunos objetan que “mientras nada haya sido firmado, no hay que preocuparse”. ¡No, porque el deseo de conseguir el reconocimiento de Roma ya ha empezado a paralizar la batalla de la Fe por la salvación de las almas! Entonces, para no ofender a las autoridades, la crítica de los escándalos actuales se ha hecho cada vez más rara. Los fieles tendrán el espíritu “Ecclesia Dei” aún antes de que cualquier cosa sea firmada[ii].

Fuente: http://cor-mariae.proboards.com/thread/1970#ixzz355kc7MF0





[i] Dom Gérard. En el periódico Present del 18 de agosto de 1988
[ii] Cuando mucho, todavía vemos alguna crítica del Vaticano II, pero las actuales autoridades son muy raramente cuestionadas. Por ejemplo, la carta de protesta en contra de las recientes “canonizaciones” fue realmente una crítica al Vaticano II. La cuestión de la responsabilidad personal del papa Francisco no es mencionada.