“La desgracia de los hombres es
peculiar: sólo con gran dificultad consienten vivir de la Verdad para la que
fueron hechos. Si queréis cumplir dignamente con vuestro papel, que es el
comienzo de vuestro papel de hombres, es necesario que tengáis coraje. A menudo
os preguntáis en qué consiste la acción que se ejerce sobre las almas y
tenéis dificultad para concebirla. Esa acción no consiste en otra cosa que en
introducir a los hombres en la Verdad. Si no es eso, no es nada. ¿Y cómo
lograrlo? Si los demás ven que vosotros mismos vivís de la Verdad sin debilidad
alguna, cumpliendo así vuestra función que es la de ser testigos, ellos habrán
recibido lo que esperaban de vosotros y lo que vosotros les debéis: tienen
necesidad de que se les ayude a ser; necesitan que se les muestre
que es posible hacer entrar la Verdad en su vida de un modo tal que nunca jamás
salga ya de ella”.
André Charlier
[Lettres aux capitaines. Traducción: El Brigante]