Número CCCLXVIII (368)
02 de agosto de 2014
¿DIOS VENGADOR?
Mons. Williamson
La última horrible arremetida desatada contra
los prácticamente indefensos palestinos en Gaza puede plantear en las mentes de
muchas personas un obstáculo al verdadero culto de adoración al verdadero Dios,
porque es bien conocido que muchos de los israelitas de hoy en día alegan que
tienen del Antiguo Testamento un derecho otorgado por Dios para tomar toda la
tierra ocupada por los palestinos, a la fuerza de ser necesario. Una persona
razonable puede hacer dos preguntas: ¿Qué clase de Dios puede aun remotamente
ser movilizado para ‘justificar’ tan bárbara crueldad, junto con tan total
desprecio por cualquier opinión del mundo condenando tal barbaridad? Y, ¿Qué
clase de ‘Pueblo Elegido’ son éstos? La respuesta a ambas preguntas gira
alrededor de Nuestro Señor Jesucristo alrededor de quien, por supuesto, gira
toda la historia de la humanidad.
El Antiguo Testamento narra la historia de la
humanidad antes de Cristo, especialmente la historia de los israelitas, el
pueblo que Dios escogió de entre el resto de la raza humana para actuar
como la cuna del Dios Encarnado, Jesucristo, cuando bajara del Cielo.
Alrededor de unos mil años luego de Adán, la humanidad había crecido tanto en
corrupción que Dios tuvo que hacerla desaparecer y comenzar de nuevo con las
ocho almas salvadas en el Arca de Noé. Alrededor de otros mil años más tarde,
la humanidad es de vuelta tan corrupta que Dios tiene que arrancar a Abraham de
la degenerada ciudad de Ur para ser el fundador de una raza que debe
permanecer limpia de toda la contaminación humana circundante, con el
objeto de que sea suficientemente limpia como para actuar como esa cuna. Aquí
está el origen de esa exclusividad racial observable en los judíos desde
entonces. Ella comenzó con Dios, pero ha caído en las manos de los hombres.
Entonces los judíos fueron ciertamente una
vez, por causa de Jesucristo, el Pueblo Elegido. Así Santo Tomás de Aquino
tiene un tremendo artículo en su Summa Theologiae donde
demuestra cómo cada detalle en particular en el equipo del Templo exclusivo de
los Israelitas en Jerusalén señalaba hacia adelante, a Jesucristo (Ia IIae,
102, 4). Sin embargo, para limpiar la Tierra Prometida para que los Israelitas
tomaran posesión de ella, no hay duda que Dios Todopoderoso les dio más de una
vez el comando de exterminar totalmente a los paganos que ocupaban la tierra, y
El castigó al Rey Saúl severamente por no observar este comando al pie de la
letra (I Rey. XV). ¿Qué podía justificar tal comando?
Es lo mismo que explica como Dios vino a
exterminar toda la humanidad (excepto ocho almas) en el tiempo de Noé. En
primer lugar, los pecados de los hombres. Dios crea a los hombres para el Cielo,
ellos eligen el pecado que merece el Infierno. Pues ciertamente el pecado
ofende a Dios primero de todo. Entonces el sentido de Dios y el sentido del
pecado se pierden juntos, como todo alrededor nuestro hoy en día. Una
generación atea como la nuestra no tiene manera alguna de comprender la
justicia de Dios. En segundo lugar, la misericordia de Dios que va mano a mano
con Su justicia y que es hoy en día igualmente incomprendida. Pero, dada la
realidad del Infierno, ¿no es una misericordia de Dios si Él pone fin a la
existencia de los hombres de manera que ellos puedan arrepentirse antes que
mueran o, al menos, parar de pecar para que no merezcan ir más abajo en el
Infierno?
Así es como habrá sido con los enemigos
paganos de los israelitas entre Abraham y Jesucristo. Leer el Antiguo
Testamento es ver cuán a menudo los israelitas estaban tentados de abandonar al
verdadero Dios y de rendir culto a los diablos por los paganos todo alrededor
de ellos. Como el Santo Cura de Ars dijo una vez, ‘Acaben con el sacerdote, y
en 25 años los hombres estarán rindiendo culto a las bestias’. Es para crédito
eterno de los israelitas que ellos ciertamente tuvieron buen éxito en proveer
la cuna para el Mesías, por ejemplo San Joaquín y Santa Ana, especialmente su
niña, la Santísima Virgen María, los 12 Apóstoles y todos los otros buenos
israelitas que ayudaron a lanzar la Iglesia Católica de su Mesías. Para los
israelitas de hoy en día, vean la próxima semana.
Kyrie eleison.