El 16 de abril del 2013, según nos
reporta Cathinfo,
el Padre Themann, connotado defensor de Mons. Fellay, afirmó:
En la
práctica, la mayoría de los masones no saben lo que es la masonería, ya que
obviamente la masonería mantiene secreto sobre eso, lo sabemos. Por lo tanto,
en la práctica, la mayoría de las personas que son masones que no saben lo que
es la masonería, probablemente, en la práctica, la mayoría no cometen pecado
por ser masones, pues la masonería los mantiene en la ignorancia.
Le recordamos al Padre Themann lo que dijo León XII
en Humanum Genus:
Puede haber, en efecto, entre sus afiliados no
pocas personas que, aunque culpables por haber ingresado en estas
sociedades, no participan, sin embargo, por sí mismos en los crímenes
de las sectas e ignoran los últimos intentos de éstas.
El Padre Celier, acuerdista, miembro del GREC,
autor del libro “Benedicto XVI y los Tradicionalistas”, y acusado
por autores muy serios de ser agente de influencia (ver aquí y aquí),
en su blog tiene
un artículo que trata de “aclarar” el por qué de la condenación de los Papas a
la masonería. Dice:
Por
ignorancia (por los fieles católicos instruidos de manera insuficiente) o por
duplicidad (de parte de los masones y sus amigos), nos equivocamos
frecuentemente sobre la naturaleza y los motivos de la condenación tan solemne
y tan repetida de la masonería. De allí la importancia de ir a las fuentes…
Luego afirma:
Los
Papas, en sus textos relativos a la masonería, han señalado varios motivos de
condenación. Algunos son, evidentemente, menos importantes, no estando
señalados más que obiter dictum o que no han sido retomados
por los sucesores. Otros son relativos a alguna sociedad masónica específica,
particularmente virulenta en la época que escribió tal Pontífice. Como cuando
Pio VII consagró en 1821 una encíclica especial a los Carbonarios.
¿Cuáles son entonces los motivos por los que los
Papas condenaron la masonería según el Padre Célier?
Vamos
entonces a ocuparnos solamente de los motivos fundamentales y permanentes que
han sido formulados por todos los papas en su continuidad. Estos motivos son
dos y están claramente indicados en la Encíclica de Clemente XII: La unión de
los hombres de todas las religiones y de toda secta, así como su carácter
secreto.
¡Es decir que todos los otros motivos expresados
por los Papas son obiter dictum (dichos de paso) o son para
una secta masónica específica!