El
Catecismo Romano de Trento (P. IV, C. VII) nos indica una serie de pecados que
sobre todo deben evitarse para orar con fruto. La soberbia y el menosprecio de
la palabra divina se cuentan entre aquellos que malogran la oración.
Todos
rezamos en la Tradición por la consagración de Rusia, así como la Sma. Virgen
lo pidió. Pero entre las intenciones señaladas por Mons. Fellay, se encuentra
en cuarto lugar y como intención particular, la protección de la Sma. Virgen
para con la FSSPX. Cabe aquí preguntarse, ¿cómo la FSSPX pide lo que a su vez
ella misma rechaza? Es decir, ¿cómo puede ser eficazmente protegida si ella
misma -como política oficial- tiene como Norte el integrarse a la iglesia
conciliar y ponerse bajo el poder de los enemigos de la propia religión
católica? ¿Busca ser protegida por la Virgen y a la vez ser “protegida” por un
acuerdo “seguro”, con “garantías”? ¿Vincula esa protección divina al deseado
“acuerdo con garantías”? Y ¿cuál es el contexto en el que Mons. Fellay ha
decidido lanzar una nueva “Cruzada de Rosarios”? El de un acercamiento a las
autoridades modernistas que, si se reconoce como peligroso hasta por los mismos
acuerdistas, no se evita y no se quiere evitar. La soberbia bulímica* de los
impulsores de este imposible entendimiento o “reconciliación” se ha manifestado
más de una vez en el sentido de que la misma Fraternidad tuviera que cumplir un
papel inexorable, un gran y trascendente papel por el cual, si bien corre
ciertos riesgos, estaría al fin “blindada” contra toda posible y total
defección. Lo cual se intenta transmitir a los anoréxicos* reacios a entenderse
con Francisco y sus secuaces. Para esto nada viene mejor que una nueva “Cruzada
de Rosarios”, ¿verdad?
La
Cruzada no puede tener efectos positivos mientras la FSSPX continúe sus intenciones
de unirse a la Roma modernista. Cuando pide la protección para sí misma, debe
ser en tanto y en cuanto no actúe neciamente, como las vírgenes bobas de la
parábola evangélica. Si van a ir a meterse bajo el poder de la mafia vaticana y piden al
Cielo ser protegidos para poder conservar su apego a la Tradición, es como un
señor que va a un prostíbulo y pide ser protegido contra el sida (¿palabra
fuerte? ¿Olvidamos acaso que Mons. Lefebvre habló de que esta gente modernista
tenía el sida espiritual?). Los acuerdistas tientan a Dios cuando, al
mismo tiempo que piden su protección, tratan de llegar a un acuerdo con Roma
apóstata y anticristo, o se muestran dispuestos a aceptar un “reconocimiento
unilateral” que someterá necesariamente a la FSSPX al poder de la jerarquía
liberal. “El que aparta su oído para no oír la Ley, su misma oración es objeto de
maldición” (Prov. XXVIII, 9). ¿Y qué dice la Ley de Dios?
“Guárdate
de contraer jamás amistad con los habitantes de aquella tierra, lo que
ocasionaría tu ruina” (Éxodo 34,12).
“Nunca
he ido a sentarme en las reuniones de la gente vana, ni conversé jamás con los
que obran la iniquidad. Aborrezco la sociedad de los malvados y evitaré siempre
la comunicación con los impíos”.
(Salmo 25, 4-5)
“… He
aborrecido a los transgresores de la Ley. Conmigo no han tenido cabida hombres
de corazón depravado; ni he querido conocer al que con su proceder maligno se
desviaba de mí. No admitía en mi mesa hombres de ojos altaneros y de corazón
insaciable… No morará en mi casa el que obra con soberbia, ni hallará gracia en
mis ojos aquél que habla iniquidades” (Salmo 100, 3-7)
“No
te aficiones a los caminos de los impíos, ni te agrade la senda de los
malvados: húyela, no pongas el pie en ella; desvíate y abandónala”. (Proverbios 4, 14-15)
“Apártate
del hombre perverso, y estarás lejos de obrar el mal”. (Eclesiástico 7, 2).
“No
os juntéis bajo el yugo desigual con los que no creen. Pues ¿qué tienen de
común la justicia y la iniquidad? ¿O en qué coinciden la luz y las tinieblas?
¿Qué concordia entre Cristo y Belial? ¿O qué comunión puede tener el que cree
con el que no cree? ¿Y qué transacción entre el Templo de Dios y los
ídolos? Pues Templo del Dios vivo somos nosotros, según aquello que dijo Dios:
“Habitaré en ellos y andaré en medio de ellos; y yo seré su Dios y ellos serán
mi pueblo. Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartáos, dice el Señor, y
no toquéis lo inmundo; y Yo os acogeré”.
(Segunda Carta a los Corintios 6, 14-17)
“Os
mandamos, hermanos, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que os retiréis de
todo hermano que viva desordenadamente y no según las enseñanzas que recibió de
nosotros”. (Segunda Epístola
a los Tesalonicenses 3,6).
“Os exhorto, hermanos, que observéis a
los que están causando las disensiones y los escándalos, contrarios a la
enseñanza que habéis aprendido y que os apartéis de ellos”. (Romanos, 16, 17)
“Sabiendo ante todo que en los últimos
días vendrán impostores burlones que, mientras viven según sus propias
concupiscencias, dirán: ¿Dónde está la promesa de su Parusía? Pues desde que
los padres se durmieron todo permanece lo mismo que desde el principio de la
creación… A vosotros, empero, carísimos, no se os escape una cosa, a saber, que
para el Señor un día es como mil años y mil años son como un día… Pero el día
del Señor vendrá como ladrón… Vosotros, pues, carísimos, que lo sabéis de
antemano, estad en guardia, no sea que aquellos impíos os arrastren consigo por
sus errores y caigáis del sólido fundamento en que estáis…” (2 Pedro 3; 3, 4, 8, 10)
“Si
viene alguno a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis.
Porque quien le saluda participa en sus malas obras”. (2 Juan, 1; 10-11)
De igual modo
puede decirse que tal Cruzada no puede ser bendecida mientras la FSSPX se
aparta de lo enseñado y legado por su fundador Monseñor Lefebvre:
“Muchos de los que nos han abandonado
para unirse a Roma (conciliar) no comprendieron justamente lo que es el
liberalismo y cómo las autoridades romanas, desde el concilio Vaticano II,
están infestadas de estos errores. Si lo hubieran comprendido, hubieran huido,
la hubieran evitado, se hubieran quedado con nosotros. Pero ellos no quieren
creer en estos errores ¡Es grave! Porque al acercarse a estas autoridades,
uno se contamina forzosamente. Estas autoridades están imbuidas (…) de los
principios del liberalismo: necesariamente, ellas actúan de conformidad con su
manera de pensar. Por consiguiente, cuando ellas comienzan a tener
relaciones con nosotros, ellas imponen estas ideas, puesto que son las
autoridades. Son las autoridades, nosotros somos los inferiores, entonces ellas
nos impondrán sus ideas. Mientras ellas no se deshagan de estos errores, del
liberalismo y del modernismo, no habrá medio de entenderse con ellas.” (Conferencia a sus seminaristas en septiembre de 1988).
“No puedo hablar mucho del futuro, ya
que el mío está detrás de mí. Pero si vivo un poco aún y suponiendo que de aquí
a un determinado tiempo Roma haga un llamado, que quiera volver a vernos,
reanudar el diálogo, en ese momento sería yo quien impondría las condiciones.
No aceptaré más estar en la situación en la que nos encontramos durante los
coloquios. Esto se terminó. Plantearía la cuestión a nivel doctrinal: “¿Están
de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los papas que los precedieron?
¿Están de acuerdo con Quanta Cura de Pío IX, Immortale Dei, Libertas de León
XIII, Pascendi de Pío X, Quas Primas de Pío XI, Humani Generis de Pío XII?
¿Están en plena comunión con estos papas y con sus afirmaciones? ¿Aceptan aún
el juramento antimodernista? ¿Están a favor del reinado social de Nuestro Señor
Jesucristo?”. Si no aceptan la doctrina de sus antecesores, es inútil
hablar. Mientras no hayan aceptado reformar el Concilio considerando la
doctrina de estos papas que los precedieron, no hay diálogo posible. Es
inútil.” (Entrevista concedida a la revista Fideliter Nº 66, 1988).
*Bulimia y anorexia parece ser un tema importantísimo
para la FSSPX, al punto de merecer ser tema de portada de la última edición de
la revista
del Distrito Sudamérica. ¿Quizás en prevención del trastorno del “bullying” que
deberán colocar en la portada, una vez producido el acuerdo con los modernistas?