NO ESTUVIERON DISPUESTOS A SOPORTAR POR MÁS TIEMPO EL MATONAJE Y LOS ABUSOS DE LA NEO-FSSPX
Declaración del 22°
Capítulo General
Fiesta de Santa Ana, 26 de Julio de 2015.
La
Orden y la Fraternidad San Pio X
Durante un par de años atrás, los superiores
de la FSSPX han tratado sin éxito que nuestra Orden se adhiera a la nueva
política Romana subrayada en la Declaración Doctrinal del 15 de Abril de 2012,
y a la Declaración del Capítulo General del 14 de julio de 2012. Esta última
contempla una “normalización canónica” bajo seis condiciones, sin esperar un
acuerdo doctrinal o a la conversión de Roma, lo cual Monseñor Lefebvre
consideró como un pre-requisito: “Es pues un deber estricto para todo
sacerdote que quiere permanecer católico, el separarse de esta Iglesia
Conciliar, mientras ella no reencuentre la Tradición del Magisterio de la
Iglesia y de la Fe católica”. (Itinerario Espiritual)
Nuestra Regla declara que el Caballero “sirve
a la Fe hasta sus últimas consecuencias, y sus aplicaciones más rigurosas”, y
que él “defiende a la Santa Iglesia hasta la muerte”, mientras que nuestras
Constituciones añaden: “esperando, con santa esperanza, ese bendito día cuando
[la Orden] podrá someterse completamente […] a Roma finalmente libre de la
perniciosa influencia de las herejías modernistas”, como en su Declaración de
1974, Monseñor Lefebvre insistió: “Esto haremos hasta el tiempo en que la verdadera
luz de la Tradición disipe las tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma
Eterna”.
Más aún, ninguna de las condiciones
establecidas por el Capítulo de 2012 excluye específicamente el Juramento &
Profesión de Fe del Cardenal Ratzinger, el cual fue aceptado implícitamente por
el Superior General en una nota de su Declaración Doctrinal, el cual, por los
últimos quince años, el Vaticano ha exigido como una condición no negociable
para cualquier reconocimiento canónico. Ahora, los Caballeros de Nuestra Señora,
que han prometido la Profesión de Fe Tridentina y el Juramento Antimodernista
ante el Santo Altar, junto con Monseñor Lefebvre[1], estiman que para ellos es moralmente imposible aceptar este
juramento posconciliar, y por consecuencia, atarse a clérigos que consideran
prometerlo.
Nuestra fidelidad a los principios ha
molestado a algunos, y varios intentos de chantaje y sanciones han sido
llevados a cabo para lograr que nos rindamos. El 13 de Octubre, luego el 29 de
noviembre de 2012, se nos pidió cambiar nuestras Constituciones, las cuales
respaldan completamente la Declaración de Monseñor Lefebvre de 1974 ya que, se nos
dijo, ya no habría necesidad de esperar a la conversión de Roma.
Luego, el 15 de Julio de 2013, los
representantes del Superior General nos informaron, en la Casa de Distrito de
Francia, que en lugar de tener un Obispo Protector -cargo que aceptó Mons. de
Galarreta desde 1996- tendríamos un Superior Eclesiástico, que podría anular
las decisiones tomadas por la jerarquía de la Orden. Esto es totalmente opuesto
a aquello en lo que Mons. Lefebvre insistía, esto es, que los obispos que
consagró no tenían jurisdicción directa, y que era facultad de los laicos
llamar a sacerdotes fieles en caso de necesidad[2]. Nosotros amablemente declinamos su proposición.
El 2 de septiembre de 2013, el Prior de Manila
propuso a nuestro Visitador para Filipinas no obedecer al Jefe de la Orden, y
reportar directamente al Distrito de Asia. El visitador valientemente respondió
que no sería él quien introdujera la división en la Orden. Después que nos
negamos a tomarlo como nuestro “superior eclesiástico” local, y escuchando las
acusaciones de Menzingen, el Superior de Distrito de Asia nos pidió que ya no
nos reuniéramos en sus prioratos y capillas[3].
Finalmente, el 18 de septiembre de 2014, el
Superior de Distrito de Francia, el P. Christian Bouchacourt, escribió al
Maestro: “Dada las posiciones públicas que usted ha tomado como Maestro de la
Orden de los Caballeros de Nuestra Señora, apoyando a esos sacerdotes
disidentes de la Fraternidad que han seguido a Monseñor Williamson, la Casa
General, con mucha razón, me pide informarles que ningún Caballero tendrá
permitido participar en esta peregrinación con uniforme”. Se refería a la
peregrinación de Lourdes, a la cual nuestros Caballeros habían sido invitados
oficialmente para servir durante dieciséis años. En cuanto a las supuestas
“posiciones públicas” tomadas “como Maestro de la Orden de los Caballeros de
Nuestra Señora”, ni el Superior de Distrito de Francia, ni el Superior General
en su correspondencia subsecuente, fueron capaces de corroborar.
Durante otra junta en la Casa de Distrito de
Francia el 13 de enero de 2015, propusimos que un sacerdote estuviera a cargo
de los contactos con nuestra Orden dentro del Distrito de Francia, pero no
fuimos escuchados, y el Superior de Distrito nos informó: “Les enviaré una
Declaración -que será mi texto- y ustedes firmarán”.
Por esta Declaración, nos comprometeríamos a nunca criticar las nuevas
orientaciones de Menzingen en nuestras juntas y correspondencia, y jamás
asistir, ni siquiera en privado, a las Misas celebradas por sacerdotes que él
no hubiera aprobado. Estos dos compromisos equivalen a modificar nuestras
Constituciones, las cuales, con la aprobación de la Comisión Canónica de la
FSSPX el 22 de septiembre de 1995, nos da el deber de esperar la conversión de
Roma y nos da la libertad de llamar a los “miembros fieles del Clero”.
Ya que nos negamos a ceder ante este abuso de
poder, el P. Bouchacourt nos notificó, por una carta del 26 de mayo de 2015,
que suspendía “el apoyo del Distrito de Francia a los Caballeros de la Orden de
Nuestra Señora”, y anunció que había “pedido que algunos laicos se organizaran
para formar una nueva estructura”, lo que permitiría “seguir el mismo ideal” a
aquellos Caballeros que no estuvieran de acuerdo con sus superiores. El 4 de
junio confirmó su doble decisión en un fax a los prioratos de Francia y algunas
comunidades religiosas.
Siguiendo a San Pio X, los Caballeros de
Nuestra Señora saben que los peores enemigos de la Iglesia están escondidos en
su propio seno[4]. Por lo tanto, permanecerán fieles a sus Constituciones y a la
Declaración de 1974 de Mons. Lefebvre, así como también a la Profesión de Fe
Tridentina y al Juramento Antimodernista, poniéndose del lado únicamente de la
Tradición Católica, continuando el buen combate de la Fe, oportuno, inoportuno,
tal como han luchado en los pasados 17 años, y con el apoyo de Mons. Lefebvre
desde 1969. Además, desean expresar su gratitud a los muchos buenos sacerdotes
que continúan apoyándolos, y renuevan su determinación de permanecer a su
servicio.
La junta de los
Caballeros de Nuestra Señora en Salérans, en el 22° Capítulo General y en el
70° aniversario de la fundación de su Orden.
[1] Cf.
Fideliter, n° 70, p.13; n° 73, p.120; n° 76, p.11; n° 79, p.4-5; n° 222,
[2] Pág.
92. Durante los últimos años, muchos entre ustedes han recurrido a Mons.
Lefebvre como autoridad supletoria. Es un hecho que él era más un Padre,
consejero y amigo que una autoridad en el sentido legal del término […] Es en
este mismo espíritu de servicio que Mons. Fellay se hará cargo, no como un
miembro de la FSSPX, sino como un Obispo Católico. Todas y cada una de sus
comunidades son libres de llamarlo o no. Ni él, ni la Fraternidad tienen
intención de meter sus manos en las otras comunidades de ningún modo” (P.
Schmidberger, entonces Superior General, a los monasterios y conventos
tradicionales en una circular de fecha 27 de mayo de 1991, solo dos meses
después de la muerte de Mons. Lefebvre.
[3] De
allí que una investidura solemne el 18 de octubre de 2014 se llevó a cabo en el
Santuario Nacional de Nuestra Señora la Naval de Manila, erigida en recuerdo
del “Lepanto” Filipino-Español contra los protestantes alemanes en 1646. De
hecho, la investidura de caballero del Hermano Antonio Malaya Jr. fue negada en
la capilla de la FSSPX, donde ocho armadas solemnes ya habían tenido lugar en
2010. Sin embargo, una investidura como caballero fue la que trajo de regreso a
Mons. Lazo a la Tradición (quien después fue prelado de nuestra Orden) y obtuvo
la consagración pública de todas las Provincias y Administraciones e incluso la
Oficina de la Primera Dama de Filipinas por la misma Primera Dama en esa
iglesia de Nuestra Señora de las Victorias de Manila.
[4] Lo
que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio, es que hoy
no es menester ya ir a buscar los fabricadores de errores entre los enemigos
declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el
seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales
cuanto lo son menos declarados.
***
¿Quiénes son los Caballeros
de Nuestra Señora?
La Orden de los Caballeros
de Nuestra Señora, o Militia Sanctae Mariae fue fundada en 1945. Por fidelidad
a la Misa y al Magisterio infalible de la Iglesia, un grupo de Caballeros se
separó de la Orden para formar en 1970 una Fraternidad Caballeresca y en 1989
una rama tradicional de la Orden, llamada de Observancia de los Sagrados
Corazones de Jesús y de María. La Orden fue erigida canónicamente en Chartres
en 1965, luego en Alemania, en Suiza, en Portugal y en España. Los
Caballeros fieles a la Tradición fueron alentados por Mons. Lefebvre,
Mons. Tissier de Mallerais dio la aprobación canónica a las Constituciones de
su Observancia.
Le texte de la Declaration en Francais: