Número
CCCLX (360)
7
de Junio de 2014
¿“IGLESIA CONCILIAR”?
Mons.
Williamson
La
expresión “iglesia Conciliar” evidentemente expresa una realidad, algo real, a
saber la masa de personas y de instituciones que afirman ser Católicos pero que
de hecho están deslizándose en la práctica de la nueva religión humanista del
Concilio Vaticano II. “Deslizándose” porque el Conciliarismo o neo-modernismo
está precisamente programado para dar la posibilidad a los Católicos de
mantener las apariencias de la Fe mientras ellos vacían su sustancia. Los
Católicos en lo concreto pueden realizar este proceso tan rápidamente o
tan lentamente como ellos lo deseen, aún sin que sea necesario que lo lleven
por todas las etapas hasta su conclusión, pero el Conciliarismo en lo abstracto
es totalmente opuesto al Catolicismo y, llevado a su conclusión, destruye a la
vez la Fe y la Iglesia, tal como se esperaba que lo haga.
El
proceso no es difícil de observar ni de entender, pero los liberales que se
encuentran a la cabeza de la Fraternidad San Pío X, en su esfuerzo de
reconciliarse con los Conciliaristas de Roma, han hecho lo mejor que pudieron
para confundir la cuestión de la iglesia Conciliar y de la Iglesia católica.
Por ejemplo, la Iglesia católica es visible, dirán ellos, y la iglesia
Conciliar es la iglesia visible, luego la iglesia Conciliar es la Iglesia católica,
argumento que fue descartado hace años por Monseñor Lefebvre como siendo
“infantil” (numerosas son las iglesias visibles y no por eso son católicas).
Igualmente infantil es el argumento según el cual no existe más que una única
Iglesia, de tal manera que la iglesia Conciliar y la Iglesia católica deben ser
una y la misma (hay millares de falsas iglesias).
La
verdad no es demasiado complicada. La Iglesia católica es un organismo
viviente, a la vez divina y humana como su Fundador, Jesucristo. En cuanto
divina, siendo Su Esposa Inmaculada, no puede ser corrupta ni puede ser
corrompida, pero en cuanto está hecha de seres humanos pecadores, ella puede
estar parcialmente podrida tanto como cualquier otro organismo viviente. Así,
una manera útil de entender como la iglesia Conciliar se relaciona con la
Iglesia católica es pensar en una manzana podrida.
Por
un lado, la parte podrida pertenece a la manzana. Todo lo podrido fue
alguna vez manzana. La podredumbre es una corrupción de la manzana, un parásito
sobre la manzana, no podría existir sin la manzana y se mantiene firmemente
adherida a la manzana a menos que y hasta que la parte podrida caiga. De la
misma manera, el Conciliarismo pertenece a la Iglesia católica en tanto que
todo lo Conciliar fue alguna vez católico, se trata de una corrupción de la
Iglesia católica, un parásito sobre la Iglesia católica, no podría existir sin
la Iglesia católica y permanece firmemente adherido a alguna parte de la
Iglesia católica a menos que y hasta que ella destruye esta parte, tal como
ella fue diseñada para hacerlo.
Por
otro lado, la podredumbre no pertenece a la manzana. Ninguna manzana fue
creada con el fin de ser una manzana podrida. Todo lo podrido es una
transformación de alguna manzana, una corrupción y un parásito de la manzana,
transformándola para peor, cuyo resultado es algo muy diferente de la manzana,
algo que nadie en sus cabales soñaría comer o decir que no es diferente de la
manzana. De la misma manera, el Conciliarismo no pertenece a la Iglesia católica,
es una corrupción de algo católico y es una parásito sobre sea lo que fuere es
católico. El Conciliarismo transforma (una parte humana de) la Iglesia católica
para peor, cuyo resultado es algo esencialmente no católico que ningún Católico
en sus cabales llamaría católico o con lo cual quisiera asociarse, bajo pena de
perder su Fe.
Breve,
el Conciliarismo es podredumbre, y la “iglesia Conciliar” es la única Iglesia
divino-humana que está siendo podrida en uno u otro de sus aspectos humanos.
Por supuesto la Iglesia católica durará hasta el fin del mundo (Mt.XXVIII, 20)
mientras que la “iglesia Conciliar” es simplemente una en medio de una larga
lista de iglesias parásitas a lo largo de las edades, viviendo de lo que ellas
pudren y pudriendo lo del cual viven. ¡Una plaga sobre todos los liberales
confundidos y que confunden!
Kyrie
eleison.
La
Iglesia es en parte de Dios y en parte del hombre.
La
parte humana puede ser podrida, no la divina.