Sin dudas tenemos que
usar la palabra “tonto” para referirnos a uno de estos “bloggeros” que han
salido a atacarnos muy tontamente.
Y decimos que usamos esa
palabra – por chocante que pueda resultar- porque la persona que intenta
afrentarnos desde un blog llamado “Hacia
la verdadera Cristiandad” suele usar esa palabra y calificar de “tonto y retonto” a muchos, sin darse
cuenta de lo que hace. Por eso conviene aplicarle de la misma medicina que
suele usar. ¿Y por qué?
Porque no se da cuenta que,
habiendo inventado su espacio para dar la
contra a la famosa “Radio Cristiandad”
–de ahí el nombre de su blog- termina usando los mismos métodos, confirmando lo
que suele decir Mons. Williamson, esto es, que los liberales y los
sedevacantistas no están tan lejos como creen.
¿De qué método o proceder
se habla aquí? Muy fácil: de atribuir mala voluntad a todo aquel que piensa
diferente o que resulta crítico de aquello a lo que aquel ha adherido. En esto –y
no es la primera vez que puede aplicársele- coincide plenamente con sus tan “odiados”
enemigos de la “discordia”. De allí que hable sobre una entrada nuestra de “mala
entraña”, o calificarnos insultantemente como “desertores”. El que no está
pronto para argüir, lo está para difamar.
Trataremos de que
entienda algo, ayudados con la palabra del Padre Castellani: “Cristo respondió
muchas veces irónicamente. La ironía es estilo
indirecto; y además es estilo pregnante,
que está preñado de sentido y dice varias cosas a la vez y en forma más eficaz
que el estilo directo. (…) Pero el amor herido produce celo, el celo produce
indignación y la indignación produce estilo
indirecto, ironía. Y así Cristo, en vez de responder larga y directamente,
respondió breve e incisivamente: “Hablo
así para que se cumpla lo que dijo Iéyada el Profeta: para que viendo no veáis
–porque vosotros os dáis de muy videntes y sois ciegos- y oyendo no oigáis;
porque este pueblo me tiene mucho en la boca y poco en el corazón; y de ese
modo no entiendan, y yo no los sane, y tropiecen y se pierdan…Para eso hablo en
parábolas”.
“Esto se llama una profecía conminatoria, esas profecías
que se hacen para que no se cumplan; y cuanto más atroces, son más piadosas;
como cuando uno le dice a su hijo: “Vos vas a acabar en la cárcel”·. Prever lo
que va a pasar no siempre es desearlo; y decirlo de antemano con gran fuerza a
fin de ponerle óbices, eso es amor y no es odio. Así pasó en Nínive con el
Profeta Jonás”.
(El Evangelio de Jesucristo, “Domingo de Sexagésima”)
De tal manera que ahora
tenemos que explicarle a nuestro detractor la viñeta que ha provocado su
sofocón: así como a partir de las herejías y la claudicación del Vaticano II,
la Iglesia ha ido perdiendo de año en año más fieles –los cuales han huido a
diversas sectas amparadas en la “libertad religiosa” querida por el Concilio,
pero ese es otro tema-, así también si la Fraternidad se empeña en dejarse ganar
por las ideas y métodos liberales de sus conductores, a las mismas causas
vendrán los mismos efectos, como de hecho ya está ocurriendo ahora, en que un
obispo y muchos sacerdotes, y además muchos fieles se han ido o han sido
expulsados, habiendo además muchísimos fieles de la Fraternidad molestos o
disconformes con el actual estado de situación que las autoridades se niegan a
ver o admitir.
De dónde se agarra el
susodicho fan de la Fraternidad para
encontrar mala voluntad en nuestra entrada comentada, o en el resto de nuestro
blog, es imposible de decir. Más bien parece provenir de que, aquel que sólo
quiere escuchar las cosas como son de su gusto, se altera y se despacha contra el
que pueda cuestionar sus más íntimas expectativas.
En todo caso, deseamos
aprovechar este espacio para aclarar lo siguiente:
DESERTOR es aquel que
abandona el buen combate por la Fe y la Verdad que nos enseñó entre otros Monseñor
Lefebvre, para pretender acordar con el enemigo, al que sin fundamento se llama
“restaurador” o “amigo”, siendo que éste tiene principios opuestos a los de la
Tradición. Pactar con el enemigo es bobería o traición. En ambos casos,
deserción.
DESERCIÓN es abandonar el
deber de informar la verdad, así ésta contraríe las propias simpatías
personales o pueda defraudar a las autoridades. Deserción es convertirse en el
Szpolski o Sokolowicz de Monseñor Fellay (esto desde un blogcito, claro está),
para, como aquellos ante el gobierno kirchnerista, escribirle a los Superiores sólo
las buenas noticias y ocultarle las malas o dudosas, atacando en cambio a todo el
que no comulgue con la propia facción. Por eso desde ese espacio no se dice
nada sobre tantísimas cosas malas o contradictorias o por lo menos llamativas que
pasan, algunas muy significativas como la famosa casulla del neo sacerdote
Lundi o, como acabamos de enterarnos, que esté en venta en la librería del
Priorato de Buenos Aires de la Fraternidad un libro del Cardenal Ratzinger, que
como sabemos no ha dejado nunca de enseñar herejías (alguno podrá decir que tal
vez ese libro tenga cosas buenas, pero su lenguaje en sí sabemos que está
resabiado de modernismo, es un lenguaje que San Pío X condenó en la Pascendi).
El blog que mencionamos
omite las verdades inconvenientes al partido liberal de la Fraternidad. Si,
como dice, quiere y defiende a la Fraternidad, ¿no tendría que advertir de todo lo malo que ocurre para que las autoridades tomen cartas en el asunto a fin de
solucionar los inconvenientes? Pero eso es olvidar lo que dijimos al principio,
y no puede pedírsele a los liberales que no sean contradictorios o
ambivalentes.
Por el contrario, como
nosotros amamos de veras a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, y la reconocemos
por todo lo que nos ha dado, nos duele que ya no camine con firmeza por el
camino de la Verdad, y como la Fraternidad es un medio y no un fin en sí mismo
(como parece serlo para esos blogs liberales), entonces damos la voz de alarma
porque no queremos apartarnos de la Verdad. Para que, "quien tenga oídos para oír,
que oiga".
En cambio, como dice el
Padre de la Cloriviere, “los que siguen
ciegamente a los guías ciegos, caen junto con ellos. Cuando alguna autoridad
abraza o defiende cosas que tienen la huella del mal o de la mentira, sucede que
el ejemplo de la mayoría, el temor a ser señalado, todo lleva a hacerse
ilusiones. Comienzan por dudar, lo que parecía una verdad cierta ahora parece
problemática y se termina por adoptar lo que al principio daba horror”.
Para mantener esas
ilusiones existen blogs como el que ocupa nuestro comentario. Nosotros, por
nuestra parte, no nos hacemos ilusiones ni con ser entendidos ni con respecto a
la futura sanidad del mismo. El liberal es renuente…tal vez hasta que la Realidad
toma su ilusión y la deja hecha pedazos.