Esto
es lo que Monseñor Lefebvre pensaba de Roma en 1987:
Pienso
que cuanto más se avanza, es más abominable. Siempre he rezado mucho para que
Nuestro Señor nos muestre el retorno de Roma a la Tradición o, por el
contrario, que se agrave el alejamiento de Roma de la Tradición a fin de que
esto sea claro.
Así
pues actualmente, es de más en más evidente –y esto mucho más que hace un año o
dos- que la Jerarquía se aleja de manera ostensible de la Iglesia.
Pienso
que podemos hablar de descristianización y que estas personas que
ocupan Roma hoy son anticristos. He dicho
anticristos, como lo describe San Juan en su primera Carta: “Ya el Anticristo
hace estragos en nuestro tiempo”. El Anticristo, los anticristos, ellos lo son,
es absolutamente cierto.
Yo
le dije al Cardenal Ratzinger: “Nosotros estamos en todo por Cristo y ellos
están contra Cristo. ¿Cómo quiere que podamos entendernos?”
Cuando
recordaba este tema con un Cardenal en Roma, -buscando un poco cuál es el
leitmotiv que tiene toda esa gente- él me dijo: “Monseñor, es esto…”, haciendo
el gesto tan conocido para designar el dinero. Podemos entonces imaginar todo
lo que puede suceder. He tenido la ocasión de decirlo a algunos que aún tienen
dudas sobre Roma. Estoy íntimamente persuadido de que nosotros no sabemos la
mitad de lo que sucede en Roma: y si ya estamos escandalizados por la mitad que
conocemos, es necesario pensar en la otra mitad. Si conociéramos todo,
estaríamos espantados. Verdaderamente nosotros tenemos tratos con una
increíble mafia, ligada ciertamente con la masonería.
Por
el momento ellos están en ruptura con sus predecesores. No aceptan más las
Encíclicas desde Mirari Vos, hasta Humani Generis del Papa Pio XII. No quieren
tomar en consideración estas Encíclicas. No quieren tenerlas en cuenta. Ellos
no están ya dentro de la Iglesia Católica.
Extractos
de la conferencia en el retiro sacerdotal en Ecône, el 14 de septiembre de
1987.