Sí,
seguramente el mismo Monseñor Lefebvre sería hoy acusado de tal “aparicionismo”
por los enemigos de su obra y su legado, por los imprudentes y los fanáticos
sin discernimiento que juzgan temerariamente a los demás.
Y afirmó en abril de 1974 Mons. Lefebvre:
“Y si por su gracia,
por su bondad, Nuestro Señor quiere decirnos por medio de su Santa Madre,
mensajes que Él desea sean comunicados al mundo, recibámosles si tenemos la
convicción que son verdaderos, recibámosles con agradecimiento, con acción de
gracias. Pero esto no debe disminuir la devoción en los medios normales que
Dios nos ha dado”.
Finalmente
nos parece conveniente retener estas palabras del P. Juan Bautista Scaramelli,
en su obra "Discernimiento de los Espíritus":
“... es necesario tener
siempre delante de los ojos aquel célebre dicho: Nequid nimis; que
todo exceso es vicioso. El ser demasiado fácil dado a creer en gracias
extraordinarias es vicio; pero también es vicio el ser demasiado difícil.
Muchas almas se hallan que están ilusionadas por el demonio o por su fantasía;
pero se encuentran también otras que son regaladas de Dios. En nuestros días non
est abbreviata manus Domini. Y por eso es menester ir por el camino del
medio: no ser ni crédulo ni incrédulo, de otra suerte caeremos nosotros en las
ilusiones que tememos en los demás (Ndb: porque en esta
materia iluso es no sólo el que cree lo falso, sino también el que no cree lo
verdadero, como cuando los Apóstoles tuvieron por ilusas a las mujeres que
vieron a Cristo resucitado, siendo ellos los ilusos). El camino del medio es, a mi ver, examinar bien las cosas, y decidir
sobre el fundamento de razones buenas y sólidas. Si bien convengo también yo
que en tales cosas extraordinarias es menester andar siempre un paso más atrás,
pero que sea un paso, y no mil.”