Número
CCCLXXXI (381)
1
de noviembre de 2014
HISTORIA INTERNA – III
Mons.
Williamson
El mundo moderno y el
Vaticano II son malos.
Y, ¿un cierto Obispo?
Todo el tiempo errado.
Para continuar con
la historia de los mensajes de Nuestra Señora al Superior General de la
Fraternidad San Pío X (FSPX) desde ocho años atrás, se precisan algunos
antecedentes. El Vaticano II (1962–1965) arrancó a la Iglesia Católica fuera de
curso para reconciliarla con el mundo moderno sin Dios. Monseñor Lefebvre
(1905–1991) fundó la FSPX en 1970 para ayudar a los Católicos a quedarse en
curso, y por 21 años él la mantuvo dentro del curso. Pero, tan pronto como él
murió, sus sucesores más jóvenes erróneamente convencidos (o auto-engañados,
Dios lo sabe) que lo estaban aún siguiendo a él, soñaban de hecho con una
reconciliación con Roma Conciliar.
En el 2000, los
líderes Conciliares se sentaron y tomaron nota de la FSPX cuando ella hizo un
peregrinaje de Jubileo altamente exitoso a las Basílicas de Roma. Contactos
públicos (en oposición a privados) fueron re-abiertos entre la FSPX y los
Romanos, quienes ahora emprendieron el propósito de tragar esa FSPX que ellos
habían estado incapacitados de escupir. “Hablemos”, dijeron. Los líderes de la
FSPX parecían estar cautos: “Ustedes deben mostrarnos su buena voluntad,
liberando la Misa Tridentina y levantando las excomuniones impuestas en los
obispos de la FSPX consagrados el 30 de Junio de 1988”. Poco pasó en ese
entonces, al menos en público, porque por ambos lados la idea de reconciliación
necesitaba madurar, pero en el 2006, Monseñor Fellay, cabecilla de la FSPX por
la reconciliación, fue re-elegido Superior General. Como hemos visto, esto fue
poco después que Nuestra Señora comenzó a intervenir con los mensajes cuya
historia estamos contando.
En
el 2006, Su deseo para una Cruzada de Rosarios para la Consagración de Rusia
fue adoptada por Monseñor Fellay, pero re-dirigida por él hacia la primer
pre-condición de las conversaciones con Roma, la liberación de la Misa. En el
2007, Benedicto XVI satisfizo parcialmente la pre-condición con su Motu Proprio. Regocijándose como si fuera una completa
satisfacción, Monseñor Fellay siguió adelante con la segunda pre-condición, el
levantamiento de las excomuniones, mientras que Nuestra Señora, inmediatamente
después del Motu Proprio, comenzó una serie de
mensajes en Agosto del 2007 pidiendo insistentemente que cualquier segunda
Cruzada de Rosarios sea dedicada a la Consagración de Rusia. Pero Monseñor
Fellay no se comprometería a sí mismo porque él sabía que esta Consagración no
atraía a los Romanos. Ellos querían conversaciones, y así quiso él, para
reconciliar lo irreconciliable, el Vaticano II y la Tradición Católica. Ahora
podemos continuar con nuestra historia.
Al
comienzo del 2008, Nuestra Señora, observando como Monseñor Fellay estaba todavía
dudando, le dijo bien firmemente a través de la mensajera que él “no debía usar la (segunda)
Cruzada con la intención de levantar las excomuniones”, y que si él
lo hacía, “iba a ser fatal para la
Fraternidad San Pío X”. Ella agregó que Ella no bendeciría ningún
tal esfuerzo, pero que en su lugar usaría los rosarios rezados por los fieles
para otros propósitos. Y, el 22 de Marzo, Sábado Santo, Ella dijo bien
específicamente, “Dile a Monseñor Fellay que él no puede acercarse más a Roma de lo
que él ya está, al margen de cuan bien intencionado el Santo Padre pueda estar”.
Y Ella repitió, “Recuerda, al margen de cuan bien intencionado el Santo Padre
pueda estar”.
Dejemos que la
historia nuevamente se interrumpa para señalar cuan pertinente este mensaje era
para la defensa de la Fe, y cuan perfectamente esta historia interna se
corresponde con los hechos externos. A la cabeza del último bastión mundial de
la verdadera Fe, Monseñor Fellay está siendo tentado de ponerla de vuelta bajo
los Romanos Conciliares, terribles enemigos de esa Fe. Porque como él no
entiende el mundo moderno, él cree que la Iglesia Conciliar es la Iglesia
Católica y él confía en las buenas intenciones de sus autoridades (por el
contrario, Monseñor Lefebvre, luego de años de negociaciones con las
autoridades romanas, las describía – en privado – como “una serpiente”).
Entonces, si esta historia interna es cierta, y si Monseñor Fellay toma la
decisión equivocada, la FSPX está condenada. ¿Qué pasó? (Continuará)
Kyrie eleison.