Las « reservas » de la Casa general de la
FSSPX
El 17 de octubre
apareció un “comunicado de la Casa general de la FSSPX respecto a la
beatificación del papa Paulo VI”. He aquí algunas reflexiones que nos sugiere
este documento:
·
« La
Fraternidad Sacerdotal San Pío X quiere expresar sus más serias reservas sobre
las beatificaciones y canonizaciones de los últimos Papas»
Encontramos aquí
el mismo lenguaje que en los (rarísimos) textos oficiales concernientes a las
“canonizaciones” del pasado 27 de abril: Se expresan interrogaciones, dudas,
reservas, perplejidad… Monseñor Fellay no habló de seudo canonizaciones, ni
pone entre comillas la palabra canonizaciones. No dijo claramente si
estas canonizaciones fueron verdaderas o falsas, válidas o no, solamente que
ellas no fueron “serias” o bien que ellas “planteaban un problema”.
Aquí pasa lo
mismo: ¿La FSSPX solamente expresa “reservas” –por más “serias” que sean- en la
vigilia de la “beatificación” del papa de la nueva misa? La casa general,
¿piensa que el acto que se prepara a hacer Francisco este 19 de octubre será
válido? Si no, ¿por qué no utilizar comillas, por qué no declarar francamente
que no habrá “beato Paulo VI” como lo hicimos nosotros en nuestro comunicado
del día 13?
La FSSPX expresa
« reservas »: no manifiesta su indignación y no denuncia el escándalo
como tal.
Notemos además que
el comunicado, proviniendo de la Casa general, no compromete a Monseñor Fellay
en lo personal. ¿No tenía el deber, tanto como superior general de la obra
fundada por Monseñor Lefebvre para el combate de la fe, y como obispo católico,
de tomar personal y claramente posición en estas circunstancias tan graves?
·
“Pablo VI
es, por cierto, el Papa de la Encíclica Humanae Vitae, que aportó luz y
reconfortó a las familias católicas cuando los principios fundamentales del matrimonio
eran fuertemente atacados…”
Los
« principios fundamentales del matrimonio » han sido “fuertemente
atacados” por el concilio Vaticano II, más precisamente por la constitución Gaudium
et spes, promulgada por… Paulo VI el 7 de diciembre de 1965. Esta
constitución cambió la definición de matrimonio y abrió el camino a la
inversión de los fines del matrimonio en el nuevo “código”. Tres años después
de Gaudium et spes, la encíclica Humanae vitae no
restableció los “principios fundamentales del matrimonio”, de allí la debilidad
y las contradicciones internas de este documento que condenó la contracepción.
Hay que leer el estudio sobre Humanae vitae publicado por Le
Sel de la Terre 75, para comprender que esta encíclica no aportó a las
familias católicas toda la “luz” ni las “reconfortó” cuando tanta necesidad
tenían de ello.
«…igual que lo
han sido — de manera escandalosa — por algunos miembros del Sínodo que está por
acabar”. ¿Y el papa?
Sabemos el apoyo que les ha dado al cardenal Kasper y a los otros
revolucionarios.
Se apreciarán los
eufemismos del párrafo siguiente, respecto al Concilio: “liberalismo
doctrinal” (¿eso es todo?), “trastorno” (¿la
Revolución francesa, con la cual se ha comparado al Vaticano II, fue un simple
trastorno?)
El párrafo sobre
la nueva misa es igualmente bastante tímido. Citan dos expresiones de Monseñor
Lefebvre, pero se guardan de escoger las más enérgicas.
El párrafo
siguiente, hábilmente formulado, da a entender –sin afirmarlo- que el Motu
proprio de 2007 sería el feliz resultado del combate de Monseñor
Lefebvre. Del resto, es falso afirmar sin más precisiones que por este Motu
proprio “fue reconocido el hecho que la misa tridentina jamás fue abrogada”.
En su último
párrafo, “siguiendo los pasos de su fundador, la Fraternidad Sacerdotal
San Pío X renueva su adhesión a la Tradición bimilenaria de la Iglesia”.
Pero omite renovar, “siguiendo los pasos de su fundador”, su rechazo a “seguir
a la Roma de tendencia neo-modernista y neo-protestante” (Declaración del 21 de
noviembre de 1974). Desgraciadamente, no es la primera vez que lo constatamos.
El odio al error, ¿no es la piedra angular del amor de la verdad?
Esperamos que
algunos padres de la FSSPX, este domingo 19 de octubre, no se contenten con
expresar “las más serias reservas”, sino que denuncien vigorosamente el
gravísimo escándalo que constituye la “beatificación”, por el papa Francisco,
de su predecesor de triste memoria.
Padre Bruno