Estimado Cofrade,
Usted no parece
prestarse a la demonización en curso respecto a nosotros, y siendo el demonio
lo que es, es tiempo de estrechar mi contacto como usted, no para darle
discursos de moral ni para condenarlo; al contrario, le escribo porque le tengo
una gran estima y porque los dos estamos de acuerdo en un mismo hecho: Monseñor
Fellay es un modernista.
La siguiente
cuestión es: ¿Qué hacer? ¿Resistir en su sitio o sumergirse en lo
desconocido, con los cow-boys?
Tenga la
seguridad, amigo mío, yo no tengo la más alta opinión de la Resistencia. No
somos más que un remanente, una mescolanza dispersa, partículas en suspensión
(pienso particularmente en el querido Padre Pinaud)
Nuestra Norma está
en Corintios, Capítulo I, versículo 28: "Et contemptibilia elegit Deus,
et ea quae non sunt, ut ea quae sunt destrueret". (Nota: Y Dios
escogió las cosas viles del mundo y las despreciadas, las que no son, para
anular las que son). ¿Cómo podríamos cansarnos de San Pablo? Todo está allí.
Por el momento
contamos con:
-Monseñor
Williamson, Padres Abraham, Bufe, Kramer, Pinaud, Rioult, Salenave, Koller, de
Merode, de Ste Marie, Fuchs, Trauner, Sauer, Ribas, Abrahamowicz, Padres Avril,
Raffali, Bruno osb, Pierre-Marie OP y los otros diez dominicos. (Europa 29)
-Padres Ringrose,
Ortiz, Voigt, Iglesias, Pfeiffer, Hewko, Monseñor Perez y los otros tres
sacerdotes en Los Angeles, Monseñor Fulham, Padres O’Connor, Da Damio, Maurel,
Trinchard, Dardis, Girouard, Gruner, Padre Dominic Mary of the Pilar OP (América
del Norte 19)
-Padres Faure,
Cardozo, Trincado, Altamira, Ruiz, Vargas, Makarios, Lashing, Dom Tomás de
Aquino OSB, Dom Jahir, Dom Joaquim, dom Rafael. (América del Sur 12).
- Padres Nariai,
Suelo, Chazal, Valan, Pancras, Hartley, Padre Elijah ofm (Asia-Australia 7)
- Padres Picot y
N'Dong en África (2)
Otros sacerdotes
están a punto de unirse a nosotros pero prefiero ser discreto, y tenemos dos
ermitaños que no quieren ser perturbados.
Nos gustaría
contar a los Padres Grosso, Ceriani, Méramo, Turco, Maessen, Weinzel, Riedl…
que Dios los guarde, a quienes ama y protege, pero creo que son
sedevacantistas, amargos algunos, ferozmente anti-Williamsonistas otros.
Con la llegada de
Avrillé, el número de religiosos no sacerdotes llega a 60 o 70; y si se
resuelven los problemas de visa de nuestros 4 brasileños, llegarían a unos 20
seminaristas en nuestros micro seminarios.
Por el lado de los
fieles, 110 grupos aproximadamente, yendo de 700 fieles con Monseñor Pérez a un
fiel y medio en Delhi, India…
Pero repito, somos
una pequeña cosa, pero la humanidad está en la perdición. Incluso si
desvalijáramos a Menzingen, no estaríamos más que al comienzo.
Mientras tanto, lo
esencial es que comprendamos que el sacerdote es un hombre público. Para él,
hablar en privado es igual a callarse. Pero para no molestarlo más, reconozco
que el problema va más allá para ustedes pues ustedes comparten la noción de
que el sacerdote es otro Cristo, venido al mundo para dar testimonio de la
verdad, y muerto en la cruz por haber confirmado esta misma verdad ante Caifás.
Su problema es de
orden práctico.
Primera
constatación: Nadie
reacciona a su lado. Todos están paralizados, comenzando por su jefe, el Padre
de Cacqueray, que comienza a poner agua al vino de su doctrina (aprobando la
declaración del 27 de junio por ejemplo).
-Segunda
constatación: Si usted
reacciona, es un hecho, su apostolado, todo su apostolado, lo que ha construido
tan pacientemente, se termina y como el Padre Pinaud, será enviado lo más lejos
posible para ser condenado enseguida.
- Tercera
constatación: Las almas
confiadas a usted serán confiadas a otro, tal vez menos competente, tal
vez completamente liberal. Sería favorecer la Revolución al dejarles una
tribuna suplementaria. Usted de facto abandonaría el terreno al enemigo bajo
pretextos heroicos.
-Cuarta
constatación: El enemigo
es lo que espera para depurar todo lo que resiste a la nueva posición de la
Fraternidad oficial, mientras que los sacerdotes de la resistencia interior se
están organizando entre ellos, estrechan sus lazos, obtienen resultados
tácticos como la salida del Padre Berthe y su reemplazo por el padre Portrail
en Flavigny.
Última y más
importante constatación: No
podemos abandonar la Fraternidad de un día para otro. Hay que dejar a esta obra
inmensa la oportunidad de ser reconquistada. Honor a los que lo hicieron en
2012, pero en lo que concierne al interior, la batalla está lejos de estar
terminada. La Fraternidad ha conocido graves crisis en el pasado y siempre
salió más fuerte. En vez de precipitarnos, veamos primero si el mal es
incurable. Incluso si Dios decide que comencemos de nuevo, hace falta tiempo
para preparar a los fieles.
****
Espero que estas
constataciones le hagan justicia a sus pensamientos; lo que piensan todos
aquellos que están de acuerdo con nosotros pero que permanecen paralizados en
cuanto al deber de levantarse públicamente.
El otro punto que
complica todavía más las cosas, es que los errores que se extienden en la
Fraternidad parecen minúsculos comparados a los que golpearon a la Iglesia hace
cuarenta años. No se les pide celebrar la nueva misa… y si quieren, o si el
Padre Pfluger no está enterado, ustedes pueden hablar en contra del Vaticano
II; lo que les permite desahogarse, tranquilizarse, y esta es la línea interna,
permitida, de la Fraternidad.
Me imagino estando
en su lugar, rodeado de cofrades y amigos paralizados… ¿saltaría yo a lo
desconocido? No lo sé.
Lo que sí se de
manera absoluta, es que toda esta montaña de razones se desvanece ante la Fe.
Cuando la Fe católica es atacada, no hay más remedio que confesarla, y si nos
callamos públicamente como sacerdotes, el Buen Dios es capaz de mandar
jovencitas como Santa Catalina de Alejandría para reemplazarnos.
Creo que el Buen
Dios quiere avergonzarnos, un poco como los vendeanos de la batalla de Torfou.
No puedo aceptar
que creamos que Dios es incapaz de ocuparse del resto si hacemos nuestro deber
que es el de confesar la Fe.
El apoyo con el
que nos ha beneficiado desde el 2012 confirma perfectamente lo que digo. ¿Dios
dejará de ser bueno porque nosotros somos miserables?
¡No! Estamos
llenos de consolaciones; los fieles se nos acercan, uno, dos o tres cofrades se
nos unen todos los meses; el mes de enero totaliza 25 sacerdotes
suplementarios… Incluso Menzingen quiere enviarnos cofrades para purificarse.
Aquí, el Padre Couture ha sido notable.
****
Quisiera que
reflexionáramos un poco más sobre la naturaleza de
-La Iglesia.
-La Autoridad.
-El bien común.
1.- Estamos
haciéndonos una falsa concepción de la Iglesia, como si la Iglesia fuera antes que nada un
conjunto de obras diversas y variadas, siendo que la Iglesia es sobre todo la
Fe. Las obras no sirven más que para eso, para confesar y transmitir la Fe.
Ustedes me dirán, usted está en contra de las obras, de los medios de
transmitir la fe… a lo que respondo que si estamos silenciosos mientras que la Fe
es atacada, para defender los medios de hablar sobre la fe, entramos en
contradicción. Todo esto es como esos sacerdotes que me han dicho que es
absolutamente necesario organizarse, pero no hacen nada, o los que dicen que
hay que apoyar a los obispos que se callan.
¿Cuántas veces
hemos visto en la Historia de la Iglesia, esta necesidad de abandonar estos
medios colosales, estas instituciones gigantescas, obispos, monasterios,
escuelas, etc. para preservar la Fe ciertamente, pero a veces también para preservar
la disciplina eclesiástica o monástica (San Bernardo, San Norberto, San Juan
Capistrano).
Si para preservar
una cosa que es menos que la Fe ha sido necesario a veces se ha tenido que
pasar por encima de ciertos establecimientos; con mayor razón hay que saber
desprenderse de cosas muy preciosas (y Dios sabe hasta qué punto, sobre todo en
nuestra época, las obras de la Fraternidad son preciosas) para confesar la Fe.
La Declaración del
15 de abril de 2012 prueba el modernismo de la autoridad, y éstas dejan al
liberalismo entrar por todas partes y podrir todo gracias a la aplanadora de
las instituciones y gracias al miedo de perder estos instrumentos de los cuales
nos hemos servido hasta hoy.
Esto es lo que
sucedió en los años 70, y nuestro fundador nos advirtió de la trampa en la cual
podemos caer ahora. Él se lamentó también de todos estos religiosos que cayeron
en la trampa, desde el monasterio de Dom Gérard, como por el monasterio que
controlaba, le Barroux.
Por el contrario,
reforzamos la fe y damos sangre nueva a la Iglesia cuando sabemos, en el debido
tiempo, pisotear las construcciones institucionales, para que la Iglesia se
arraigue más profundamente en la Fe de Pedro.
Dios nos ayudará a
recomenzar; empezaremos otro ciclo, espero que un poco más largo que 20 años.
Los puntos de vista de Monseñor Williamson son tal vez ligeramente pesimistas…
No, la Iglesia no
es una empresa, una compañía, Ella trasciende todas las oficinas, por más
grandes que sean.
2.- Además, con
los años nos hemos encaminado hacia una noción distorsionada de la autoridad, como lo demuestra un reciente sermón del
Padre Pfluger en Brisbane, o una reciente carta del Padre le Roux a sus
benefactores.
Para ellos, es de
facto imposible que las autoridades de la Fraternidad puedan poner obstáculo a
la verdad. Los papas pueden equivocarse (¡Y Benedicto XVI un poco menos que los
otros!), pero Menzingen no puede equivocarse, ni perder prestigio. Allí está la
unidad de la Tradición. Poner a Menzingen delante de sus errores doctrinales,
ponerle la Declaración doctrinal bajo la nariz pidiéndole condenar el texto, es
la rebelión.
Es muy sintomático
que Monseñor Fellay haya declarado en Lille el 7 de mayo de 2013 que no
podíamos pedir a las autoridades romanas el condenar el concilio y la nueva
misa, porque no podemos pedir a las autoridades que pierdan prestigio.
Yo creo que al
contrario, cuando una autoridad reconoce sus errores, ella recupera el
prestigio que perdió al empecinarse en sus errores.
Toda autoridad lo
es a causa de su proximidad con la sabiduría o la Verdad. Ponemos a alguien en
el poder, y sobre todo Dios pone a alguien en el poder en virtud de una
sabiduría percibida o real. Un jefe indica un camino a seguir en virtud de un
conocimiento mejor que tiene respecto a los otros. Su autoridad sigue
creciendo, al igual que la de un gran general, a medida que los subordinados se
dan cuenta de que él sabe lo que está haciendo.
En lugar de eso se
nos presenta una noción ciega de la autoridad; tanto en los jefes como en los
fieles que deben dejar de buscar informarse sobre el comportamiento de sus
autoridades y sobre las razones doctrinales que llevan a tomar tal o cual
decisión.
Si leemos uno por
uno los pasajes que tratan sobre San Pedro en el Evangelio, vemos que el San
Pedro escogido por Jesús no era un « Monseñor yo sé todo » que jamás
pierde su dignidad (incluso después de Pentecostés: Quo Vadis, Epístola a los
Gálatas…).
En este nivel, San
Pedro es tranquilizador. Él decide, él conduce la Iglesia con mano fuerte, pero
por momentos se merece ser reprendido porque es culpable.
La catástrofe del
Vaticano II no hubiera sido tal si hubiéramos tenido en esa época una noción
menos moderna y voluntarista de la autoridad. La masonería utiliza esta noción
en todas partes.
Para nosotros que
lo escuchamos en sus COSPECs (Conferencias de Monseñor en Ecône) y por ustedes
que lo escucharon directamente, Monseñor Lefebvre nos formó sobre este punto.
¿Cómo podemos estancarnos ahora? ¿Qué nos pasa?
3.- Una de las
razones es que Menzingen se presenta como el Bien Común mismo. Toda crítica hacia Menzingen es una
maquinación contra el Bien Común de la Fraternidad que siempre debe estrecharse
en torno de su Superior General para consolidar su unidad.
La unidad y el
bien de la Fraternidad ya no es la integridad de los canales de la Gracia.
Ahora lo que
llamamos “Bien Común” ya no es un bien o una perfección de la naturaleza
racional, sino la tranquilidad del funcionamiento de una organización.
Lo siento mucho,
pero el Bien Común es una perfección racional social, y para que haya
perfección, es necesario que haya verdad y bien verdadero, no mentiras,
contra-verdades, malversaciones y faltas repetidas a la palabra dada.
****
Cuál es el
verdadero Bien Común que debe reemplazar al bien común de una aparente unidad
doctrinal que ya no existe, (…ni siquiera en el papel! cf. Declaraciones del 14
de julio de 2012 y del 27 de junio de 2013).
Es ciertamente la
continuación de lo que hemos hecho desde el principio; el hecho de reconstruir
el edificio fuera de la influencia de la iglesia oficial que es mucho peor
ahora que hace cuarenta años. Como una serpiente, la iglesia oficial engulle a
su presa. Acepta a su presa “tal como somos”.
Este razonamiento
es falso, nos dice el señor du Cray, portavoz de Menzingen. Monseñor Fellay y
el Padre Pfluger lo confirman. En otros tiempos, el libro del padre Pivert
hubiera sido un fracaso por su banalidad.
La nueva línea
oficial que nos hizo correr al precipicio todavía se mantiene tenazmente. Los
que se oponen son mordidos mientras que los que están en contra se hacen poner
en la despensa.
Anteriormente,
jamás habíamos excluido que el mal pudiera introducirse en nuestros círculos.
La Fraternidad es un bastión, pero no es la fortificación completa. Vauban
previó los bastiones avanzados, y podríamos decir que estos bastiones avanzados
tienen por misión terminar por caer después de algún tiempo.
Antes del 2012, la
Fraternidad se sostuvo por más de 40 años. Bravo. Ahora hay que reagruparse en
la línea siguiente.
La Fraternidad no
es el último bastión, muy al contrario, ella es también una fortificación con
varios bastiones que se vuelven a formar si es necesario… esto es lo que
hacemos nosotros.
Nosotros nos
volvemos a formar, nos reagrupamos…
El bastión
avanzado está casi demolido y ya no se le puede mantener en pie; entre más nos
tardemos, más nos exponemos a los golpes del enemigo que logró minarla.
Tardarse solo puede provocar la pérdida de valiosos soldados. Conservemos la
integridad doctrinal de las tropas.
Noten que frente
al Dragón, la Mujer del Apocalipsis huyó. Ustedes no pueden mantener el bastión
tanto tiempo cuando los buenos sacerdotes han comenzado a evacuar; por prueba,
el número espectacular de defecciones en enero… a tal punto que esperaríamos la
centena de sacerdotes dentro de poco.
En cuanto a su
trabajo, son las almas. Su campo, es el alma del que se confía a su Sacerdocio.
La obra física es un accesorio, renunciar en tiempo oportuno vale más que mil
sermones sobre el desprendimiento, incluso si todavía no derramamos nuestra
sangre.
Yo me planteo
frecuentemente la pregunta: ¿por qué tenemos tan pocos mártires en la
Tradición, siendo que tantos cristianos son martirizados en otras partes? Si
Dios nos ofrece una oportunidad de renovar nuestro fervor, aunque la ocasión
sea muy triste, aprovechémosla.
En cuanto quedarse
en su sitio para evitar que un liberal los reemplace, hay que constatar que la
operación de reemplazo se lleva a cabo desde hace años en numerosos puestos. En
los países anglosajones, ha sido toda una generación que ha saltado: todos los
Black, Violette, Scott, Novak… gentilmente, pero igualmente largados. El tiempo
cambia inexorablemente a bordo del Titanic.
Las
investigaciones que hacemos sobre la estructura jurídica y económica de la
Fraternidad, muestran que las personas morales que detentan los bienes de la
Fraternidad están completamente en las manos de los liberales (Monseñor Fellay,
Padres Pfluger, Wuilloud, Weber, Baudot, Max Krah, etc… todos tienen firma, y
se los reconozco: son burócratas eficaces).
Ustedes me dirán:
“Monseñor de Galarreta todavía tiene la firma”… a lo que les respondo que el
Padre Pfluger indicó claramente que había retirado su firma de la carta de los
tres obispos en 2012. Yo no tengo ninguna esperanza en él.
El argumento del
padre de Cacqueray (« Resistan conmigo en el interior… detendremos a
Menzingen si estamos unidos ») se sostiene cada vez menos, pues ni él, ni
Monseñor Tissier han logrado cambiar nada en la política general, ni se han
opuesto públicamente a los errores que condenaron varias veces en privado. Han
tenido todo el tiempo que han necesitado. Pero Monseñor Tissier no dice gran
cosa de especial en sus viajes de Confirmaciones. Todavía tengo
esperanzas en él, pero no podemos esperar indefinidamente.
En cuanto al
argumento de Monseñor Tissier de Mallerais (Cállese, deje actuar a los
capitanes), qué decepción. Desde el 14 de julio de 2012 es el silencio público
total, pero reconozco dos cosas:
Por una parte el
Padre de Cacqueray ataca el novus ordo enérgicamente, con la esperanza de
demostrar que nada ha cambiado, o que los fieles podrán constatar que su
discurso es muy diferente al del Padre Pfluger, y por ende al de Monseñor
Fellay… sin necesidad de juzgar públicamente, pero alineándose a cada vez más
posiciones de Menzingen. Ha habido un cambio gradual de su parte, comprendiendo
su posición sobre la Declaración del 15 de abril, constatable en su conferencia
de Mantes-la-Jolie.
Por otra parte,
como el padre de Jorna en el Capítulo, o Monseñor Tissier varias veces, han
superado su temor de decir lo que piensan en privado. En mi caso, Monseñor
Tissier hizo una retirada, pero él lamentó haber firmado la turbia declaración
de junio de 2013.
¿Podemos esperar
gran cosa de estas técnicas… podemos estar orgullosos de estos modos de
proceder?
Yo creo que
quienes los utilizan pierden poco a poco el sentido de la confesión de la Fe
porque:
1.- Ellos están
señalados de todos modos : y
la conferencia de Flavigny es perfectamente elocuente. A pesar de sus esfuerzos
de colaborar con Menzingen, el padre Pfluger no duda en atacarlos, a Monseñor
Tissier, a Suresnes, pero también a Monseñor de Galarreta. No, no sirve de nada
esconderse. Si ustedes se callan públicamente, la Montaña, los Jacobinos, el
comité de salud pública los dejarán tranquilos un cierto tiempo; porque tienen
otros problemas que arreglar por el momento; pero el padre Pfluger es muy
claro: Si no son sus personas de las cuales se van a deshacer por una gracia
purificadora, ciertamente serán sus ideas las que irán al closet.
2.- Ellos están
obligados a cooperar; a etiquetar
a sus cofrades expulsados como rebeldes siendo que saben muy bien que si la
orientación de la Fraternidad no hubiera cambiado, estos cofrades estarían
trabajando a su lado. Y además, 75 sacerdotes “rebeldes”, empieza a ser una
proporción en el mundo de la Tradición. Muchos de estos “rebeldes” han sido
pacientes durante muchos años, han dado a conocer sus inquietudes con toda
discreción, pero hay que constatar que la discreción no hizo sino empeorar las
cosas al dar más arrogancia al clan liberal quien ha continuado, año tras año,
su operación de purificación interna. No, el enemigo no ha sido detenido por
los capitanes.
3.- La
colaboración del silencio jamás es recompensada por la Revolución, que exige
que usted esté de acuerdo con ella.
No será cuando
estén atados a la guillotina que los “jefes” podrán hacer cualquier cosa.
Habrán perdido lo que les quedaba de libertad de movimiento. El Padre Ward ha
comenzado a filtrar las llamadas telefónicas destinadas a Monseñor Tissier en
residencia, misteriosamente, en el priorato de Chicago. El Padre Pfluger
condena las posiciones de Monseñor, aunque se calle públicamente; y ahora que
los Dominicos se nos han unido, ¿qué le queda a Monseñor en Francia para hablar
públicamente? Comprendemos mejor por qué Monseñor Williamson se apegó a sus
Comentarios Eleison. Tantos buenos superiores, tantos buenos profesores de
seminario que han sido separados en los años anteriores, no puedo ver otra cosa
que una purga ideológica. Ciertos cofrades están desanimados, desamparados. No
tienen la energía de hacer gran cosa por la neo-FSSPX, ni la energía de unirse
a la resistencia exterior: y esto son puntos a favor de la Revolución.
Es mejor morir con
la cabeza en alto, más que la Revolución, en lugar de sufrir su silenciamiento,
sufrir por el contrario la exposición que se merecen los que la resisten cara a
cara. Si es verdad que la Revolución mata a sus propios hijos, con mayor razón
¿tendrá ella piedad de aquellos que no reconoce?
*****
Entonces es
necesario reagruparnos, y como dijo el Padre Pfeiffer, la mejor manera de
reagruparnos, es el de decidir individualmente pelear. Por el momento, somos un
poco como paracaidistas dispersados, pero podemos ver que se está tejiendo una
tela mundial. Pronto seremos ocho en Australia-Asia.
El terremoto de
enero en Francia muestra también que el reagrupamiento se está realizando fuera
de la estructura oficial. ¿Cómo puede ser de otra manera cuando Monseñor Fellay
amenaza con expulsión a los miembros de la Resistencia interior, en su último Cor
Unum?
Sin embargo, el
progreso de nuestro movimiento es tal que en algunos lugares la urgente
necesidad de sacerdotes para los fieles de la resistencia, no es tan aguda como
hace seis meses... En la medida en que ustedes decidan terminar con los
hipócritas, y hagan frente común con otros cofrades (como lo hicieron los del
14 de enero) y que ustedes piensen que un mayor número de sacerdotes, de
fieles, de obras físicas podrían ser salvadas, yo respeto su prudencia… a
condición que tengan el firme propósito de declarar la guerra abierta en su
lugar a este omnipresente partido liberal.
A posteriori, la
estrategia del Padre Pinaud trajo muchos frutos. Ella demostró hasta qué punto
Menzingen se burla del Derecho. Yo creo que algunos cofrades podrían repetir el
ejercicio, pero solo algunos, pues es necesario que conozcan el terreno porque
Menzingen no está dispuesto a volver a hacer otro “proceso Pinaud”.
Para los otros, lo
mejor es no perder tiempo. Los 75 sacerdotes que han sido puestos fuera, han
cambiado de manera significativa el equilibrio de poder dentro de la
Fraternidad a favor de la orientación acuerdista. Diríamos también que
Menzingen no ha terminado de hacer su limpia, el mismo padre Simoulin nos pide prepararnos
santamente para otras separaciones.
Le pido a la
Santísima Virgen que una separación perfecta se produzca. No podemos trabajar
con estos liberales. Cuando vemos la indulgencia del Padre Pfluger (de Monseñor
Fellay y otros) hacia el papa Francisco y por los grupos Ecclesia Dei, la
cuestión se plantea: ¿Por qué no está en la Fraternidad San Pedro o Cristo Rey?
Respuesta: Porque incluso en esos medios se escandalizan por las declaraciones
del papa sobre los gays, en lugar de decir “¿Quién soy yo para juzgar al Papa?”.
Monseñor Rifan se
ha despeñado completamente; su pensamiento en 2004, sobre todo sobre la noción
del magisterio actual, es casi el pensamiento reinante en la neo-fsspx. Los
casos de los padres Lamerand y de Chambord son ejemplos de caídas mucho más
brutales. Cuando un fiel de Post-Falls le preguntó al padre Vassal la
diferencia entre la Fraternidad San Pedro y la de San Pio X, no supo que
responder…
Los sacerdotes
liberales que se unen a las diócesis (como los padres Thuilier, Cecchin,
Prouteau…) no compensan suficientemente la hemorragia por el lado de derecha.
Lo más inquietante es que ellos salieron de nuestros seminarios. ¿Cómo es
posible que el padre Berthe que no fue ordenado en Wigratzbad (Seminario de la
FSSP), ¿cómo pudo ser nombrado profesor de seminario tan rápidamente? Veo allí
más el trabajo de un padre Nelly (sobre Ecône), que de un padre Pfluger.
Porque no a todos
nuestros adversarios los podemos pintar como revolucionarios furiosos. Hay
liberales simpáticos, dotados de cierto sentido del humor, inteligentes, de
buenas maneras y de una cierta piedad. (Monseñor Fellay es muy inteligente).
Pero ellos facilitan la entrada del nuevo pensamiento a causa de su influencia
y de su lado respetable y aceptable.
Otra razón que me
lleva a pedirles que se unan a nosotros, es que Monseñor Williamson anunció su
intención de consagrar en términos generales. Nada está hecho por el momento,
pero creo que cuando el futuro de la Resistencia esté completamente asegurado,
tal vez será demasiado tarde para tomar la decisión de servir solamente a la
Verdad (verdadera columna vertebral de la Iglesia Católica).
Es ahora que los
corazones se manifiestan; aprovechémonos de esto, en la medida que el asunto
está concluido, pues los síntomas de liberalismo muestran que el deslizamiento
de la Fraternidad ya no es para demostrarse.
Tenemos todos el
sentimiento de cumplir nuestro Sacerdocio sacrificando nuestro confort y
nuestra reputación, y todos hemos sentido una gran alegría.
La ironía es que
las órdenes mendicantes que se nos unen (o las órdenes que tienen el voto de
pobreza) siguen en sus castillos mientras nosotros empezamos en la paja. El
ejercicio refrescará a la Tradición.
Lo que es
absolutamente seguro, es que los fieles nos ayudan mucho. Aquí, por ejemplo,
tenemos un micro seminario en una gran propiedad de cuatro hectáreas, y podemos
hacerle frente a todos los gastos de transporte, los pesados gastos médicos del
Padre Suelo, la reconstrucción de un pueblo devastado y varios proyectos a la
vez. Monseñor Williamson encontró los recursos necesarios para comprar la casa
de Kent, sin tener que pedir prestado a los que él llama los “Banksters”.
Dios es bueno y
provee todo. Lo que más nos preocupa es nuestra manera de organizarnos para no
repetir los errores del pasado y esta centralización fatal de la Fraternidad.
Más nos lanzamos
con entusiasmo, más los resultados sobrepasan nuestras expectativas.
Yo no creo que
esta carta un poco larga los persuadirá en esta decisión tan importante de o no
hacer nada, de hacer como si nada pasara o hacer todo para salvar el mensaje de
Monseñor Lefebvre que es el mismo de Cristo Rey. Vaticano II rechaza los derechos
que se le deben a Cristo como Dios, es una revuelta, y los que quieren
reconciliarse con una revuelta tan profunda que es esta iglesia conciliar, son
ellos mismos rebeldes. Lo que digan de nosotros no hace ninguna diferencia.
Estimado Cofrade,
quisiera simplemente acompañarlo con mis pensamientos, votos y sobre todo
oraciones.
Tuus,
In Iesu et Maria,
Francois Chazal+