El Card. Bergoglio durante un acto sacrílego en la Catedral de Buenos Aires.
“No hay verdadera fraternidad fuera de la
caridad cristiana, que por amor a Dios y a su Hijo Jesucristo, nuestro
Salvador, abraza a todos los hombres, para ayudarlos a todos y para llevarlos a
todos a la misma fe y a la misma felicidad del cielo. Al separar la fraternidad
de la caridad cristiana así entendida, la democracia, lejos de ser un progreso,
constituiría un retroceso desastroso para la civilización. Porque, si se quiere
llegar, y Nos lo deseamos con toda nuestra alma, a la mayor suma de bienestar
posible para la sociedad y para cada uno de sus miembros por medio de la
fraternidad, o como también se dice, por medio de la solidaridad universal, es
necesaria la unión de los corazones en el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo.
Esta unión no es realizable más que por medio de la caridad católica, la cual
es, por consiguiente, la única que puede conducir a los pueblos en la marcha
del progreso hacia el ideal de la civilización”.
San Pío X,
carta “Notre Charge Apostolique”.