NOTA SYLLABUS:
De ningún modo puede decirse, como hace “Adelante la fe”, que con la entrevista
siguiente puede comprenderse “todo” del papa Francisco, puesto que no se hace
referencia al modernismo, a la masonería y no se comprende asimismo la profundidad de la
perversión del espíritu, que ha conducido también los pontificados anteriores al
de Francisco (se habla por allí del intento de conciliar o tender un puente
entre “lo nuevo y la tradición” cuando a la vez perseguían a Mons. Lefebvre y
los tradicionalistas, o no rompían con los principios modernistas derivados del
concilio. Pero sí se ve bien al político Bergoglio y las posibles consecuencias
desastrosas que se avecinan de continuar así. En la política argentina hemos
vivido las trágicas consecuencias de ese modo de hacer política. Y está muy
bien que alguien de “peso” en Italia salga a hablar de estas cosas. Sobre todo
cuando algunos de los que deberían hablar e incluso encabezar a todo nivel la
resistencia y el combate contra esta calamidad y amenaza de catástrofe
absoluta, el que antes fuera llamado “baluarte” de la Tradición, la FSSPX, se
ha guardado sus protestas en un cajón (como dijo el mismo Mons. Fellay) y ha
bajado casi todas sus banderas, en busca de la paz, cuando el enemigo le ha
declarado la guerra a Dios y su única Iglesia.
[Las negritas son nuestras].
Entrevista
fundamental para comprender todo del Papa Francisco
Marcello Pera, político italiano y amigo
cercano de Ratzinger
Marcello Pera es un influyente
intelectual en Italia. Fue presidente del Senado y es un buen amigo de
Benedicto XVI, incluso escribió conjuntamente con él un libro de discursos
sobre la decadencia de occidente (Sin Raíces: Europa, Relativismo,
Cristianismo, Islam)
En una entrevista concedida al periódico
de Nápoles, Il Mattino, publicada el 9 de julio de 2017, Marcello
Pera presentó lo que podría llamarse una visión general del papa Francisco
desde el gran espectro moderado de italianos y europeos de todas las clases.
***
“A Bergoglio solo le interesa hacer
política, no le interesa en absoluto el Evangelio.”
Pera: “La entrada indiscriminada [de
inmigrantes] aviva tensiones explosivas”
Il Mattino
Nápoles, 9 de julio, 2017
Entrevista por Corrado Ocone
En una nueva y exclusiva entrevista
otorgada a Eugenio Scalfari para el periódico “Repubblica”, el papa Francisco
interviene en el debate político con opiniones fuertes y explosivas que, al
mismo tiempo, podrían ser consideradas “de izquierda”. Esta vez, el pontífice
habló de los poderosos de la tierra reunidos en Hamburgo para el G20,
oponiéndose por cuestión de principios a toda política que intente controlar y
limitar la migración masiva a Europa desde naciones pobres. Para entender mejor
las ideas, y por sobre todo las acciones políticas y mediáticas del Papa en
relación a las de su predecesor, planteamos algunas preguntas al ex
presidente del Senado, Marcello Pera. Es sabido que él, un [típico] liberal
católico, compartió muchas ideas con el papa emérito Benedicto XVI (incluso
escribiendo a cuatro manos con él un libro: Sin
Raíces: Europa, Relativismo, Cristianismo, Islam, Mondadori, 2004).
Sr. Presidente, ¿A qué opinión ha
llegado respecto a las llamadas constantes del papa Bergoglio al recibimiento
de inmigrantes? ¿Un recibimiento indiscriminado, incondicional, total?
“Francamente, no entiendo a este Papa,
todo lo que dice está más allá de toda comprensión racional. Es evidente para
todos que un recibimiento indiscriminado no es posible: hay un punto crítico
que no puede alcanzarse. Si el Papa no hace referencias a este punto crítico,
si insiste en un recibimiento masivo y total, me pregunto a mí mismo: ¿por qué
lo dice? ¿Cuál es el fin último de sus palabras? ¿Por qué le falta un mínimo de
realismo, ese mínimo que se le pide a cualquiera? La respuesta que me doy a mí
mismo es una sola: el Papa lo hace porque odia a occidente, aspira a
destruirlo, y hace todo lo posible por lograr ese fin. Él aspira a destruir la
tradición cristiana, el cristianismo tal como se desarrolló históricamente.”
“Si tomamos en consideración el límite
crítico sobre el cual nuestras sociedades ya no pueden recibir a nadie más ni
asegurar la dignidad mínima que corresponde a cada ser humano, veremos pronto
una verdadera invasión que nos sumergirá a todos y que pondrá en riesgo
nuestras costumbres, nuestra libertad, y al mismo cristianismo. Habrá una
reacción, y una guerra. ¿Cómo el Papa no lo comprende? ¿De qué lado estará
cuando se desate esta guerra civil?”
¿No cree que el Evangelio está
relacionado con esto, la predicación de Cristo? ¿La ética del Papa no será
quizás una convicción absoluta, abstracta, que no toma en consideración las consecuencias?
“No, en absoluto. Así como no hay
motivos racionales para ello, tampoco hay motivos evangélicos para explicar lo
que el Papa dice. Después de todo, este
es un Papa que desde el día de su elección solo hace política. Él busca el
aplauso fácil, haciendo algunas veces el papel del Secretario General de la
ONU, otras del Jefe de Gobierno, otras de un líder sindical interviniendo en
acuerdos contractuales de una corporación como Mediaset. Y su visión es la
sudamericana del Justicialismo peronista, que no tiene nada que ver
con la tradición europea de libertad política de origen cristiano. El
cristianismo del Papa es de una naturaleza diferente. Y es un cristianismo
político, íntegramente.”
Sin embargo, esto no parece provocar el
levantamiento de los secularistas, que estaban en guardia permanente y efectiva
durante los pontificados anteriores.
“En Italia, el conformismo es total.
Este es un Papa apreciado por la opinión pública informada, responde a ciertas
urgencias básicas que tienen, y están listos para aplaudirlo incluso hasta
cuando dice tonterías.”
En un pasaje de la entrevista de
Scalfari, después de haber hecho un llamamiento a Europa, teme “alianzas muy
peligrosas” contra los inmigrantes por parte de los “poderes que tienen una
visión distorsionada del mundo: Estados Unidos y Rusia, China y Corea del
Norte.” ¿No es al menos extraño agrupar a una vieja democracia como la de
Estados Unidos con países fuertemente autoritarios e incluso directamente
totalitarios?
“Lo es, pero no me sorprende, a la luz
de lo que dije antes. El Papa refleja todos los prejuicios de Sudamérica
respecto de Norteamérica, los mercados, la libertad, y el capitalismo. Lo
habría hecho incluso si Obama hubiera seguido siendo presidente norteamericano,
pero no hay duda de que estas ideas del Papa están fuertemente asociadas, en
una combinación peligrosa, con el sentimiento anti-Trump extendido por toda
Europa.”
Sr. Presidente, insistiré un poco sobre
esto de “hacer política” del Papa. ¿Es en verdad una novedad respecto al pasado?
“Sin dudas. Bergoglio está poco o nada
interesado en el cristianismo como doctrina, en el aspecto teológico. Y esto es
una novedad, sin dudas. Este Papa tomó las riendas del cristianismo y lo
convirtió en política. Sus afirmaciones
parecen basarse en las escrituras, pero en realidad son fuertemente
secularistas. A Bergoglio no le interesa la salvación de las almas sino el
bienestar y la seguridad social. Y este es un hecho preliminar. Si luego
nos dirigimos a atender las cosas que dice, no podemos dejar de ver con
preocupación que sus afirmaciones pueden
desencadenar una crisis política y una crisis religiosa incontrolables.
Desde el primer punto de vista [político], él sugiere que nuestros Estados se
suiciden, invita a Europa a dejar de ser ella misma. Desde el segundo punto de
vista [religioso], no puedo dejar de observar que en el mundo católico se está
desarrollando a escondidas un cisma, que es buscado por Bergoglio con
obstinación y determinación, y por sus aliados, incluso hasta con maldad.”
¿Por qué está sucediendo esto? ¿No es
completamente irracional?
“No, no lo es. Diría incluso que el Concilio Vaticano II explotó finalmente en toda su
radicalidad revolucionaria y subversiva. Son ideas que conducen al suicidio de
la Iglesia Católica, ideas que ya estaban respaldadas y justificadas en aquel
momento y ocasión. Nos olvidamos que el Concilio precedió en tiempo a la
revolución estudiantil, a la sexual, a la de costumbres y modos de vida. Se
anticipó a ellos y, en alguna medida, los provocó. En aquel entonces,
el aggiornamento del cristianismo secularizó fuertemente a la
Iglesia, disparó un cambio tan profundo que, amenazando con un cisma, fue
controlado y mantenido a raya los años subsiguientes. Pablo VI lo respaldó [al
Concilio], pero al final terminó siendo su víctima. Los dos grandísimos Papas
que lo sucedieron [Juan Pablo II y Benedicto XVI] estaban plenamente
conscientes de las consecuencias que se habían desatado, pero intentaron
controlarlas y gobernarlas. Asumieron una visión trágica de la realidad,
resistieron, e intentaron tender un puente entre lo nuevo y la tradición. Lo
hicieron de manera sublime. Habían revertido el curso; pero ahora las riendas
se desataron: la sociedad en lugar de la salvación, la ciudad terrenal de San
Agustín en lugar de la divina, parecen ser el punto de referencia de la
jerarquía eclesiástica gobernante. Los
derechos del hombre, todos sin exclusiones, se volvieron el ideal y la brújula
de la Iglesia, mientras que casi no queda lugar para los derechos de Dios y la
tradición. Al menos en apariencia. Bergoglio se siente y vive completamente
emancipado de esto último.”
¿Por qué dice “en apariencia”?
“Porque, detrás de la pantalla y los
aplausos, no todo lo que brilla es oro. El aplauso en la Plaza de San Pedro no
lo es todo. Yo, que vivo en el campo, me doy cuenta que una parte del clero,
especialmente y por sorpresa los más jóvenes, permanecen estupefactos y
confundidos ante ciertas afirmaciones del Papa. Sin mencionar a tantas personas
que ya hoy viven con problemas de seguridad que generan los inmigrantes en las
afueras y se irritan cuando oyen hablar de recibimiento incondicional. El clero
en edad madura está más del lado de Bergoglio: ya sea por conformismo u
oportunismo, o por convicción (habiendo crecido también en el mismo clima
cultural de los setentas, que es el origen de ciertas elecciones). Precisamente
debido a esto hablo de un cisma profundo y latente. El cual no parece preocupar
al Papa.”
¿Qué piensa en líneas generales sobre el
control de las olas migratorias y la insensibilidad de Europa hacia Italia?
“Nuestro país está solo, dramáticamente
solo. Es peligroso. Me preocupa. Estamos solos porque otros países buscan sus
intereses nacionales por sobre todo. Detrás de las bellas palabras de la
fachada, no se preocupan mucho por nosotros. Y estamos solos porque la Iglesia
nos invita a abrir de par en par las puertas, y parece incluso disfrutar
nuestra debilidad. Temo una reacción brutal. Temo que la protesta de la gente
cuaje y alcance un resultado no deseable. En este caso no es cuestión de
derecha o izquierda. Además, pienso que
las contradicciones del Papa se verán pronto en plena luz del día: él ya no
está en sintonía con los fieles. Es altamente probable una alianza entre los
católicos conservadores y las fuerzas nacionales, por así decirlo.”
…[*]
¿Cómo salir de esta crisis? ¿Qué es lo
que usted espera?
“Espero que el Papa tome en sus manos la
cruz de occidente, de sus valores. Que no sueñe con un occidente empobrecido. Y
en Italia, espero una clase política y una opinión pública que vuelva a poner
en el centro de su discurso público los asuntos de identidad, sentimiento
nacional, y tradición. Sin embargo, siempre soy más pesimista. Y tomo cada vez
más pastillas para conseguir la calma.”
_________
* Es una pregunta y respuesta no relacionadas con la Iglesia sino con el Primer Ministro Renzi.
* Es una pregunta y respuesta no relacionadas con la Iglesia sino con el Primer Ministro Renzi.