El comunicado de Mons. Fellay del 28 de junio parece tener algo (o mucho) de... mesiánico.
Da la impresión de que el Superior General creyera
que el Cielo ha destinado a la Fraternidad para una misión totalmente singular
y extraordinaria en la historia de la Iglesia: la FSSPX sería nada
menos que el instrumento elegido por Dios para restaurar la Iglesia.
Aunque parezca increíble que la cabeza de la FSSPX
pudiera caer en tamaña ilusión y adherir a una idea así de grotescamente
pretenciosa, hay motivos fundados para pensar que lamentablemente eso es lo que
sucede.
Veamos:
Dice Monseñor Fellay en el comunicado interno del
28 de junio:
"Para remediar este desorden universal, Dios suscitó a un hombre,
un cristiano, un sacerdote, un obispo. ¿Qué hizo? Fundó una Sociedad –sociedad
jerárquica– cuyo principio y fin son precisamente el antídoto al desorden
universal: el sacramento del Orden. El fin de la Fraternidad San Pío X
sigue siendo no sólo el remedio actual a la crisis, sino también, y por la
misma razón, la salvación de todos los que cooperan para este mismo fin. (...) ¿Ha
llegado realmente el momento de la restauración general de la Iglesia? (...)
un signo incontestable de esta restauración será la voluntad manifestada
por el Sumo Pontífice de proporcionar los medios para restablecer el orden del
sacerdocio, de la fe y de la Tradición" (...).
Y ese "signo incontestable", según
Monseñor, sería, evidentemente, la regularización de la FSSPX.
Pero cabe preguntarse: ¿de dónde le viene a Mons.
Fellay esa absoluta certeza? ¿No huele esto de los "signos
incontestables" a supuestos carismas sobrenaturales y a pretendidas
revelaciones?
Recordemos que, a fines de los ‘90, Mons. Fellay se
dejó envolver por una falsa vidente suiza conocida como "Madame
Rossiniere" (señora Cornaz), y hasta tal grado estaba convencido el Obispo
de la veracidad de esos "mensajes del cielo", ¡que los mandó publicar
en el "Cor Unum"! (boletín interno oficial de la FSSPX).
¿Y qué decía Madame Rossiniere? Pues entre otras
cosas, lo siguiente (¡atento, lector!):
“La Fraternidad ha sido designada para ser el
instrumento de la restauración de la Tradición” (Mensaje del 1° de mayo de
1998, Cor Unum 60, supl. pág. 55). El Cielo habría dicho a la vidente que al
interior de la Fraternidad debía haber una asociación denominada
“Sacerdotes-Amigos”. Este grupo haría que la FSSPX fuera “el
instrumento que va a salvar la Iglesia de aquellos que la combaten actualmente”. En
síntesis: la FSSPX sería “el instrumento querido por el Salvador
para regenerar la vida de la Iglesia” (ibid., págs. 52-53). La
sola existencia de esos "Sacerdotes-Amigos" haría que los
Sacerdotes de fuera de la Fraternidad se adhieran a la Tradición: “Los
sacerdotes vendrán de fuera de la Fraternidad… sacerdotes incapaces de
decidirse a cambiar sin esta gracia escondida en el corazón de los
“Amigos”. “Como en un campo de trigo en primavera, la Iglesia verá germinar una
nueva VIDA en el mundo… el momento está cercano cuando todo comenzará a
fructificar” (Mensaje del 16 de abril de 1998, ibid., pág. 54) ¿No
les recuerda esto último a los recurrentes "brotes primaverales" de
Mons. Fellay?
Ahora vean cómo en ese mismo Cor Unum 60 de 1998,
Mons. Fellay presentó los "mensajes divinos" de Madame Rossiniere con
estos términos llenos de convencimiento y entusiasmo:
“La obra que se presenta aquí, aunque está dentro del rango de la
revelación privada, encaja a la perfección con nuestros estatutos, así como con
la lucha actual. Ella se presenta como un hueso. Hay algo poco atractivo
en la superficie, pero por poco tiempo que nos demos en raspar un poco, brota
un tesoro de gracia, nosotros somos testigos. Revestida en varias de sus partes
con el sello de la Iglesia, esta obra nos parece investida de suficiente
autenticidad para que nosotros no dudemos, en cuanto Superior General, en
aceptar con gratitud el regalo que se nos ofrece y a entregarles aquí una
degustación de este tesoro”.
Así que todo indica que Mons. Fellay seguiría
estando persuadido, durante todos estos años, de la autenticidad de las
visiones de Madame Rossiniere, y que -peor todavía- guiaría su actuar por esos
“mensajes”.
Eso explicaría muchas cosas... o, mejor dicho,
todas en esta crisis de la FSSPX: ¿a qué se debe que Monseñor Fellay, teniendo
a la vista los desastrosos precedentes de Le Barroux, San Pedro, Campos,
etc.; esté dispuesto a dejar "normalizar" la FSSPX por la secta
conciliar, sometiendo la Fraternidad al poder de una Jerarquía de anticristos
(Mons. Lefebvre dixit) encabezada por un gran apóstata y hereje como Francisco;
sino a que está totalmente convencido de que Dios quiere esa regularización y
de que en ese proceso la FSSPX gozará de una inexpugnable protección divina?
¿Pero cómo puede él estar absolutamente seguro de eso? ¿Acaso porque le fue
revelado por medio de Madame Rossiniere?
Otro dato que reafirma esta posibilidad: hace pocos
días, el P. Couture (actual Superior del Distrito de Canadá, a quien se señala
como posible sucesor de Mons. Fellay) ha escrito una carta en la que parece dar
a entender que la FSSPX se identifica con esa profetizada congregación de
santos que al final de los tiempos restaurará la Iglesia:
"Permítanme ser un poco más extenso este mes, con el fin de
presentar algunos de los anuncios proféticos de la Virgen sobre la
crisis del sacerdocio y sobre la sociedad sacerdotal que
vendrá al rescate de la Iglesia en sus horas más oscuras." ("Allow me to be a
little longer this month in order to present some of Our Lady’s prophetic
announcements about the crisis of the priesthood and the priestly society that
will come to the rescue of the Church in its darkest hours". Ver acá).
¿Mons. Fellay, el P. Couture y los demás
acuerdistas connotados de la FSSPX son o fueron parte de la asociación de
“Sacerdotes-Amigos”? ¿Mons Fellay sigue creyendo a Madame Rossiniere? ¿La FSSPX
camina hacia el suicidio por causa de una ilusión diabólica?
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