“La verdad
no puede tratar con la herejía, como un soberano con otro soberano, y la verdad
es la sola soberana y la herejía no es sino una rebelde. La verdad no puede
pactar con el error; la verdad contradice, combate, excluye el error, y dejaría
de creer en sí misma, si reconociera en el error el derecho de ocupar un sitio
al lado de ella”.
Mons. Ezequiel Moreno Díaz, Carta
pastoral, 30 de abril de 1904.