viernes, 29 de julio de 2016

EL VIERNES SANTO DE LA IGLESIA CONCILIAR



Al igual que sus antecesores en Roma, Francisco acaba de rendir pleitesía al dogma principal del Nuevo Orden Mundial, en un show “autorreferencial” que busca la lágrima de los sentimentales. El “Papa de los gestos” ha cumplido con quienes lo han escogido.


Compungido, ensimismado, desolado, cariacontecido, al borde del llanto, Jorge Mario Bergoglio ofrece en este telefilm una extraordinaria actuación cinematográfica, digna de postularse a los premios Oscar de Hollywood. Como un nuevo Gassman, un Mastroianni, un Arata o un Sandrini, Bergoglio protagoniza un drama absoluto que no dejará indiferentes a los más selectos públicos. Con una magnífica puesta de cámaras que desde los ángulos más adecuados resalta el dolor lacerante de Bergoglio ante los “santos y mártires vivientes” de Auschwitz, este video conmoverá a los públicos más reacios a las emociones fuertes, mientras un locutor femenil se encarga de enseñarnos que “no hay guerra de religiones”. Luego de secarnos las lágrimas, tras haber visionado este impactante telefilm, debemos avergonzarnos y no ser cómplices de la muerte, apostando todo a la bergogliana “cultura del encuentro”.
Calificación: 5 lágrimas. ATP.