Momento
en que el blasfemo Francisco ofende a la Sma. Virgen, colocando a la imagen de
la Virgen de Copacabana las condecoraciones recibidas (con el símbolo comunista) gustosamente por parte del
marxista Evo Morales.
Oración
de Francisco al hacer esta entrega (el texto entre paréntesis es nuestro):
“El
Señor Presidente de la Nación en un gesto de calidez ha tenido la delicadeza (sic) de ofrecerme dos condecoraciones
en nombre del pueblo boliviano. Agradezco el cariño del pueblo boliviano y
agradezco esta fineza (sic), esta
delicadeza (sic) del Señor Presidente
y quisiera dejar estas dos condecoraciones a la Patrona de Bolivia, a la Madre
de esta noble Nación para que Ella se acuerde siempre de su pueblo y también
desde Bolivia, desde su Santuario, donde quisiera que estuvieran, se acuerde
del Sucesor de Pedro y de toda la Iglesia, y desde Bolivia la cuide.
Madre
del Salvador y Madre nuestra, tu, Reina de Bolivia, desde la altura de tu
Santuario en Copacabana, atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus
hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges.
Recibe
como obsequio del corazón de Bolivia y de mi afecto filial los símbolos del
cariño (¡sic! La hoz y el martillo son un
símbolo de odio) y de la cercanía que –en nombre del Pueblo boliviano– me
ha entregado con afecto cordial (sic)
y generoso el Señor Presidente Evo
Morales Ayma, en ocasión de este Viaje Apostólico, que he confiado a tu
solicita intercesión.
Te
ruego que estos reconocimientos, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que
recuerdan la nobleza del vuelo del Condor en los cielos de los Andes y el
conmemorado sacrificio (¡sic! Fue un
marxista que alentó la guerrilla: “Quien ama el peligro, perecerá en él”) del
Padre Luis Espinal, S.I., sean emblemas del amor perenne y de la perseverante
gratitud del Pueblo boliviano a tu solicita y fuerte ternura (¡una burla! ¿Cómo se relacionan el odio
comunista y ateo con “solicita y fuerte ternura” de la Virgen?).
En
este momento pongo en tu corazón mis oraciones por todas las peticiones de tus
hijos, que he recibido en estos días (¡renuncia!
¡hazte “papa emérito”! ¡vuélvete al lugar de donde saliste! ¡conviértete!): te suplico que
les escuches; concede a ellos tu aliento y tu protección, y manifiesta a toda
Bolivia tu ternura de mujer y Madre de Dios, que vive y reina por los siglos de
los siglos. Amén.