Un amigo nos ha anoticiado de que
un blog llamado “Infocaótica” (su nombre lo caracteriza bastante bien) nos acusa
de “ridiculez” y “jansenismo”, a raíz de
nuestra entrada titulada IRREVERENCIA
DE LA NEO-FSSPX. Queremos decír que intuíamos que tal cosa habría de
acontecer. Por supuesto que liberales moderados (miopes por definición) como
los del blog citado, no ven la falta de respeto. Para ellos, la conciencia
delicada es dureza jansenista. ¿Se puede esperar otra cosa de los “conservadores”?
Y hasta algún comentador del mismo blog se atreve a mentar –con toda incongruencia-
a los musulmanes, al afirmar: “A fin de
cuentas, somos católicos y no musulmanes. No veo donde está el problema que los
fieles, inclusive los de vida consagrada, disfruten de un buen vino con
moderación. Jesús mismo transformó água en el mejor vino en las bodas de Caná”,
en lo que se ve que no ha entendido en absoluto el artículo nuestro del que
se habla, como si hubiéramos propuesto, cual nueva “cruzada” de Eliot Ness, la
restauración de la “ley seca”.
Pero el tema es muy otro.
Ni jansenismo, ni hurañez, ni hosquedad,
ni rigorismo puritano, ni celo amargo, pero sí gravedad de costumbres es lo que siempre se le exigió al sacerdote,
y no ese sentido del humor mundano que vemos extenderse cada día más en la
neo-iglesia o iglesia conciliar, y ahora en la neo-FSSPX, como la botellita de
vino, el carrito de golf de Mons. Fellay o la nariz de payaso de Francisco, y
las millones de payasadas clericales que vemos a diario en sacerdotes y
religiosos, insertos en la maquinaria publicitaria y en ambientes relajados que
llevan al cristiano moderno a sentirse “obligado profesionalmente a mostrarse jovial y jocoso, a exhibir los dientes en
benévola sonrisa, a profesar cordialidad babosa, para probarle al incrédulo que
el cristianismo no es religión "sombría", doctrina
"pesimista", moral "ascética"”, como escribió Nicolás Gómez
Dávila.
Dice el Catecismo de Trento (entre
cientos de otros lugares):
...les
llaman presbíteros (palabra que en su etimología griega equivale a
"anciano"), no sólo por la necesaria madurez de los años, sino mucho
más por la gravedad de costumbres...(acá)
"Grave" (RAE):
4. adj. Circunspecto, serio, que causa respeto y veneración.
San Pablo advierte contra las
bufonerías en Ef. 5,4:
También se refiere a las costumbres
de los diáconos en la primera Epístola a Timoteo 3, 8 ss.:
Y no
decimos con esto de ningún modo que estos sacerdotes sean dados a mucho vino
(sí parecería ocurrir esto en el Vaticano), pero el colocar una botella en el
centro de una foto oficial publicada en
sitos oficiales de la congregación, no resulta muy congruente que digamos ni
con el deber de vivir en espíritu de verdadera moderación o gravedad, ni
con el deber de dar ejemplo de eso.
Lo que subyace en todo esto de las
bufonerías es la idea de que el cura es "uno más del montón", un
hombre como todos pero con un trabajo distinto, un igual, un
"cercano". Nada de curas mortificados, nada de hombres
"separados" del resto (santos), nada de héroes, nada de hombres crucificados.
Eso es lo que hay en el fondo de todas estas payasadas, y hacia eso se desliza
gradualmente la FSSPX (como puede verse, por ej., acá).
Preguntémonos: ¿alguien imagina a
un santo sacerdote como el Santo Cura de Ars, San Ignacio de Loyola, San Agustín,
o San Pío X siendo retratados o fotografiados (en este último caso) con una
botella de vino colocada a sus pies? Es más: si Cristo hubiera estado en la
foto, ¿habría puesto la botella? Claro que no. Entonces, ¿Los sacerdotes están
autorizados a tener una vida doble?
Hemos perdido de vista esos hombres
santos y ese ideal cristiano y nos dejamos contaminar por el mundo moderno. Esa
es la pura verdad. Pero algunos no quieren admitir que esto esté ocurriendo no
solamente en la iglesia conciliar, sino también en las filas de la Tradición
católica. Como dice Santa Teresa en las Fundaciones: “Gran pena tendrá quien
comenzare alguna relajación”.