“Rezad, vuelvo a insistir, rezad el Santo Rosario, y rezadlo
siempre y rezadlo bien. Rezadlo, si andáis afligidos, para consolaros; si
tentados, para resistir; si desalentados, para cobrar bríos; si con fortuna
próspera, para equilibraros en la debida moderación y templanza. Colgad junto a
vuestro lecho esta insignia de piedad, para que se vea que allí se ha echado a
reposar un cristiano bajo los pliegues de su bandera: izadla en el lugar más
visible del doméstico hogar, allí donde en hermoso grupo se reúne cada noche la
familia, a fin de que sea como una señal para todo el mundo de que en aquella
casa reina y es servido Cristo Dios. ¡Qué os acompañe siempre en vida y los
oigáis murmurar por vuestros amigos a vuestro oído en la hora de la muerte, y
os sea recomendación y eficacísimo empeño en el divino tribunal!”.
R. P. Felix Sardá y Salvany