Número
CCCLXXXII (382)
08 de
noviembre de 2014
HISTORIA INTERNA – IV
Mons. Williamson
Los planes Romanos del Monseñor estaban bien
encaminados
Hasta que intervino la Providencia y fueron retenidos.
Hasta que intervino la Providencia y fueron retenidos.
Y así llegamos al clímax de la historia interna de
los eventos externos de las Cruzadas de Rosarios de la Fraternidad San Pío X
hace ocho años. ¿Elegiría Monseñor Fellay la solución del Cielo a la crisis de
la Iglesia y del Mundo, confiando en la promesa de Nuestra Señora en Fátima de
la conversión de Rusia y de ‘un período de paz’ solamente si Rusia es
consagrada a Su Corazón Inmaculado, o bien elegiría él la solución humana de
conversaciones con Roma para fabricar una síntesis de la Tradición (2+2=4) con
el Concilio (2+2=4 ó 5)? Podemos estar seguros que así no es como el Diablo le
presentó la opción al Monseñor, especialmente cuando en Junio del 2008 los
Romanos volvieron a escena.
En ese mes el Vaticano se enteró de la posible
Cruzada de Rosarios para la Consagración de Rusia, a través de una carta que la
misma mensajera de Nuestra Señora le había dirigido al Papa Benedicto XVI, invocando
su bendición sobre un emprendimiento tal. El Vaticano tomó la carta seriamente.
El Cardenal Darío Castrillón Hoyos le ordenó a Monseñor Fellay volver
directamente a Roma desde Hawai donde Su Excelencia había ido a administrar el
sacramento de la Confirmación. El 4 de Junio, el Cardenal Castrillón con un
grupo de varios prelados Romanos amenazaron a Monseñor Fellay con que si él iba
a llamar a una Cruzada de Rosarios para la Consagración de Rusia, Roma cerraría
la puerta a cualquier discusión futura, y Roma reviviría las durmientes
“excomuniones” que habían sido declaradas inoperantes por el momento. Allí fue
cuando también el Vaticano trató de imponer a Monseñor Fellay el “Ultimátum
Vaticano” o sea las cinco condiciones necesarias para cualquier discusión.
Así bajo esta presión Romana, Monseñor Fellay
todavía no había decidido al principio del otoño del 2008 hacer lo que Nuestra
Señora pedía, a pesar de Sus repetidas súplicas, y, de hecho, el 5 de Octubre
de 2008, a pesar de Sus directas advertencias, él eligió aplicar la Segunda
Cruzada de Rosarios programada desde el 1º de Noviembre hasta Navidad, a la
intención de que las “excomuniones” de 1988 sean levantadas. Ese mismo día
Nuestro Señor desplegó Su ira a la mensajera de Nuestra Señora mediante una visión
de Él haciendo bajar su mano para destruir la FSPX mientras que se refería a
ellos como “Fariseos e hipócritas”, y dijo, “No puedo soportarlos más a ellos”.
Pero en el momento mismo en que la mano de Nuestro Señor caía, la mensajera vio
a la Santísima Virgen María intercediendo en nombre de la Fraternidad,
implorando misericordia y diciendo “Recuerda la debilidad de los hombres”. La
mensajera vio entonces a la ira de Nuestro Señor dar lugar inmediatamente a Su
misericordia.
Pero la mente del Monseñor ya había tomado la
decisión. Tres semanas más tarde, el 26 de Octubre, en la Misa Pontifical
culminando la peregrinación de la Fraternidad a Lourdes para el Jubileo 150 mo de
las apariciones de Nuestra Señora en Lourdes, él siguió adelante anunciando que
la Segunda Cruzada de Rosarios sería dedicada al levantamiento de las
“excomuniones” de 1988. El 16 de Diciembre él escribió en privado al Papa, tal
como requerido por Benedicto XVI, la carta pidiendo al Papa el levantamiento de
las excomuniones de 1988. El 24 de Enero de 2009 éstas fueron parcialmente
levantadas por Roma. Monseñor Fellay atribuyó directamente esto a la
intervención de la Santísima Virgen María, y él debe haberse regocijado en este
aparente triunfo de su paciente diplomacia.
¡Ay! Cualquier triunfo fue de corta vida, porque a
los pocos días los enemigos de la Tradición católica dispararon en los medios
mundiales un torpedo perfectamente diseñado para dinamitar la amenazante
reunión del Papa católico con la Tradición católica. Cuando se hizo público el
video clip de seis minutos del 1º de Noviembre precedente de un Monseñor de la
FSPX emitiendo serias dudas sobre el ‘holocausto’ y las ‘cámaras de gas’ de la
Segunda Guerra Mundial, Benedicto XVI tuvo que correr a ponerse en cubierto de
la acusación mortal de asociarse con “anti-semitas”. El acuerdo FSPX-Roma
estaba bloqueado por al menos unos pocos años. (Concluirá).
Kyrie eleison.