Excelencia, cumplió dos años de su expulsión, ¿cómo
se encuentra?
En el fondo bien, pues me he liberado del veneno
que está envenenando toda la Fraternidad debajo de esta cúpula que quiere a
cualquier precio llegar a un acuerdo para someterse a los romanos apóstatas,
entonces me he liberado o Monseñor Fellay me ha liberado con mi expulsión de la
Fraternidad. Creo que fue providencial. Me encuentro bien pero un poco
decepcionado por la relativa falta de reacción por parte de muchos buenos
sacerdotes de la Fraternidad. También por parte de los laicos, pero la
decepción es menor en cuanto a los laicos que en cuanto a los sacerdotes.
Yo comprendo bastante bien, humanamente hablando,
que los sacerdotes prefieran quedarse dentro de la Fraternidad. Humanamente es
comprensible, pero desde el punto de vista de la fe, es una lástima que no vean
la necesidad de la fe y la necesidad de protegerse de este veneno universal que
ahora está en la Fraternidad y es terrible que los sacerdotes no vean esto.
Porque si no reaccionan van a caer poco a poco. Por ejemplo, escucho desde
Chicago, Estados Unidos, donde Monseñor Tissier está relativamente encarcelado,
no absolutamente pero sí relativamente encarcelado. Escucho que sus posiciones
están debilitándose. Es decir, es un hombre muy bueno, un obispo bueno, de
buena doctrina, pero si insiste en quedarse dentro de la Fraternidad y como
súbdito “leal” de Monseñor Fellay, estará más y más envenenado. Esto es lo que
observan los que están cerca de él.
¿El Capítulo del 2012 tuvo una gran influencia en
el declive de la Fraternidad?
Poco después del Capítulo 2012, el Padre Chazal
habló con Monseñor Tissier y éste dijo que el Capítulo fue un desastre. Cuando
el Padre Chazal publicó esto, por presiones de la cúpula Monseñor tuvo que
negar que lo dijo. De cualquier modo, es verdad, el Capítulo 2012 fue un
desastre. Porque al ingresar al Capítulo, hubo varios sacerdotes y obispos que
estaban resueltos a resistir esta traición de Mons. Fellay, el P. Nely, el P.
Pfluger, el P. Lorans, el P. Du Chalard, de toda la cúpula. Estaban resueltos a
resistir, pero al salir del mismo Capítulo, Mons. Fellay había logrado
envenenarlos, y al salir habían perdido su clarividencia, su valor, su voluntad
de resistir. Increíble. Este Capítulo fue una obra maestra de encantamiento por
parte de Mons. Fellay. Es un maestro de confusión, para confundir los espíritus
y hacerse seguir en su mala dirección tiene un poder increíble. Yo diría que
incluso demoníaco. No creo que sea agente consciente del diablo, pero agente inconsciente,
me parece evidente por sus frutos. Sus frutos son la destrucción de la obra de
Mons. Lefebvre. Pero hay que decir que no está solo, tiene colaboradores que
constituyen juntos una cúpula que está dominando y falsificando toda la obra de
Mons. Lefebvre. Es increíble.
Y la formación de los seminaristas es también una
clave para el éxito de la cúpula, ¿no es así?
Monseñor Lefebvre, después de las consagraciones
del '88 y antes de morir en el '91, leyó el libro del Padre Emmanuel Barbier,
un libro muy bueno, antiliberal, que estudia toda la historia de la lucha desde
el siglo XIX, entre los liberales y anti-liberales. Después de leerlo, Monseñor
Lefebvre dijo (tengo dos fuentes por las cuales sé que lo dijo): “Si yo hubiera
leído este libro antes, habría formado de otra manera mis seminaristas”.
Y es muy posible, pues dijo también en los ejercicios espirituales los dos
últimos años de su vida, que al leer el libro del Padre Barbier comprendió que
la lucha entre los liberales y anti-liberales del siglo XIX, era exactamente la
misma lucha de Ecône contra Roma. Es decir, los buenos papas antiliberales, Pío
IX, por ejemplo, del siglo XIX, que lucharon contra los liberales malditos de
ese mismo siglo, es la misma lucha, solo que en aquel siglo los buenos tenían
el poder y los malos eran echados fuera, en el siglo XX, después del Vaticano
II, los malos tienen el poder y los buenos fueron echados fuera. Por eso es muy
verosímil que haya dicho que hubiera formado mejor a sus seminaristas, es
decir, más fuertemente antiliberales, con más conocimiento sobre la Revolución
para saber y poder resistirla. Monseñor Lefebvre insistió siempre en la
santidad del sacerdote, lo que es excelente, inatacable, pero es una formación
un poco como los seminaristas de los años 30 o 50, es decir, una formación
clásica pero superada por el mal del Vaticano II. Todo esto sugiere que, tal
vez, Monseñor Lefebvre no había tomado bastante en consideración, no había
comprendido al principio toda la profundidad del mal del concilio. No lo sé.
Hacia el fin de su vida, Monseñor Lefebvre dijo que entre más se leen los
documentos del Vaticano II, más uno se da cuenta que se trata de una profunda
perversión del espíritu. No se trata solamente de errores particulares, como
libertad religiosa, ecumenismo, etc., aún cuando estos errores son inmensos; se
trata de algo más profundo y más universal: una perversión total del espíritu.
Es una cita muy interesante y muy justa de los últimos tiempos de vida del
Arzobispo, y yo creo que al final de su vida, cuando hizo las consagraciones
del 88 -acción justísima- comprendió que eran necesarias acciones más profundas
en los espíritus, en las almas, en la religión; en contra de este mal
profundísimo que es la perversión liberal cada vez más fuerte en los espíritus,
por el mundo moderno.
Reafirmó, además, al final de su vida, que no
podían acercarse a Roma hasta que ésta se hubiera convertido…
Sí, muy claramente, y tenemos esa cita
importantísima que dice que seré yo quien pondré las condiciones,
y mi condición será que ellos acepten Pascendi, Quanta Cura, Syllabus, los
grandes documentos antiliberales de los papas del siglo XIX y la primera mitad
del siglo XX. Monseñor se dio cuenta que no hubo manera de hablar con
los romanos. Si no hay fundamentos o principios compartidos por los que
discuten, la discusión es imposible. Y de hecho es así, y pobre Monseñor
Fellay, no tiene ni la mínima idea del mal que enfrenta cuando está en Roma. Es
tan ingenuo, está ciego, es completamente ignorante del problema. Entonces
busca la solución de un acuerdo con Roma que es completamente falso desde el
punto de vista de la fe. No ve nada, está ciego. Y lo decepcionante es que haya
tantos sacerdotes de la Fraternidad que no ven, o que viendo no actúan en
contra, porque el problema no puede ser más grave, es la perversión total del
hombre moderno, perversión en profundidad. Pudieran ser sinceros, pero
precisamente, la sinceridad es perfectamente compatible con esta perversión del
espíritu, la bondad subjetiva no cambia el mal objetivo de estar en el error,
de estar en la fantasía, y estos romanos y casi todo el mundo moderno está en
la fantasía, y creo que solo un castigo de Dios podrá corregir, poner fin a
esta fantasía. Los hombres prefieren la mentira de los hombres a la verdad de
Dios. Solo Dios podrá cambiar esto.
Y Monseñor Fellay afirmaba que ya no había
discusiones con Roma, mientras que Monseñor Pozzo dijo que jamás fueron
suspendidas.
Desde luego, y es que Monseñor Fellay está en la
ilusión, o diciéndolo de manera más rígida, diríamos que miente. ¿Está
consciente del grado en que está mintiendo? Constantemente miente. Es
increíble, absolutamente increíble. Pero es un hombre moderno, y para un hombre
moderno, la fantasía justifica todo. Se puede decir cualquier cosa, y si está
en armonía con la fantasía, está justificado. Esta es una mentalidad
inconcebible. Pero es la mentalidad que existe en las cabezas de la cúpula, la
cúpula está loca objetivamente, ¿subjetivamente? Podría haber buena voluntad
pero es difícil creerlo porque Dios da constantemente gracias para que salgan
de su fantasía y vuelvan a la realidad y Verdad de Él, para que guíen a las
almas para ir al Cielo real y evitar el infierno real. Pero rechazan esta ayuda
de Dios porque no actúan según la realidad de Dios. Siguen actuando según la
fantasía, las mentiras… es increíble.
¿Qué piensa de un “reconocimiento de tolerancia” o
“reconocernos" tal cual somos?
Es una trampa. Porque los romanos se han hecho
agentes del diablo, y Monseñor Fellay, por ejemplo en su respuesta a los tres
obispos de abril 2012, nos dijo “ustedes no son realistas, no tienen el
espíritu sobrenatural, es posible convertir Roma, no es imposible”. Querido
amigo, ¡es imposible! El Padre Vallet decía: “Un liberal no se convierte”. ¡No
se convierten! Excepto por una gracia excepcional de Dios. El liberalismo es un
sistema de pensamiento y de vida según el cual uno se encierra en la verdad de
su fantasía. Y no se puede salir porque es demasiado lindo y bello estar dentro
de la fantasía. Es casi imposible salir, pues casi el mundo entero es liberal,
y para ser liberal cuento con todos los amigos, para ser antiliberal, estoy en
el aislamiento, las dificultades, la oposición, la contrariedad. Por eso casi todos
los sacerdotes de la Fraternidad aparentemente están siguiendo la fantasía de
Monseñor Fellay, porque es más cómodo.
Un acuerdo con estos romanos así como son, es
imposible; así como es imposible reconciliar a Satanás y Cristo. Es ridículo.
He aquí el centro de la fantasía de Monseñor Fellay: Vamos a reconciliar el
concilio de Satanás con la Tradición de Cristo, que es lo mismo que querer
reconciliar a Satanás y Cristo. Es imposible. Es irreconciliable. No lo ve o
porque está ciego o porque no quiere verlo.
El Cardenal Ouellet dijo que había
que considerar a la Fraternidad con una mirada ecuménica
¡Eso es! Es ecumenismo. Los romanos no pueden
aceptar la Fraternidad de Monseñor Lefebvre porque es el verdadero catolicismo,
es la verdad de Dios, Verdad a la cual Monseñor Lefebvre permaneció fiel. Lo
esencial de Monseñor Lefebvre es que ha sido fiel hasta el fin: Tradidi
quod et accepi, he transmitido lo que recibí. Transmitir la verdad es
inaceptable para los agentes de la fantasía. Es la realidad de Dios contra la
fantasía de los hombres. Y los dos son inconciliables.
Lo que dice el Cardenal Ouellet es perverso, pues
dice con una mirada ecuménica, es decir, es bueno lo que hace la
Fraternidad, pero hay que incorporarla en el ecumenismo de la iglesia oficial.
Es decir, hay que conciliar la Tradición con el concilio. Imposible.
Monseñor Fellay probablemente está contento con
esta cita de Monseñor Ouellet porque es la misma posición de él. Los romanos
dicen hay que conciliar el concilio con la Tradición y
Monseñor Fellay dice hay que conciliar la Tradición con el concilio. Por
los dos lados llegan al mismo centro. Una mirada ecuménica significa que la
Fraternidad tiene que cambiar según los deseos de Roma. Es un error terrible.
Los romanos, encerrados en su sistema, son incapaces de comprender la
Tradición. No pueden comprender. Tienen sus espíritus tan falsificados, tienen
principios en la cabeza tan falsos, que no pueden comprender que hay un Dios
que tiene exigencias absolutas y que no puede ceder a la voluntad de los
hombres.
La afirmación de Monseñor Fellay en Lourdes hace unos
días de “replegarnos en nosotros mismos”, ¿no es un lenguaje modernista?
¡Por supuesto que es un lenguaje modernista! Porque
de lo que se trata es de la Doctrina de Dios que no se puede cambiar.
Replegarse, encerrarse en la Doctrina de Dios, es encerrarse en la Verdad de
Dios. La Verdad de Dios está infinitamente abierta pero a la realidad de Dios,
y esta apertura a la realidad de Dios excluye las mentiras y tonterías de
Monseñor Fellay y de los romanos y de todos los idiotas del mundo moderno.
Entonces nuestro encierro es en relación a lo que es malo y una apertura
infinita a lo que es bueno, pero esto Monseñor Fellay no lo comprende más. Es
la voluntad de los hombres contra la voluntad de Dios. Y él parece comprender
cada vez menos lo que es la voluntad de Dios. Y cada vez conduce peor a la
Fraternidad, envenena cada vez más los espíritus de los sacerdotes que no
tienen el coraje de apartarse de su mala conducta.
Después del blando comunicado sobre la supuesta
“beatificación” de Paulo VI, ¿cómo cree usted que hubiera actuado Monseñor
Lefebvre?
De manera completamente diferente a la de Monseñor
Fellay. Pobre Monseñor Lefebvre, sin duda está en el cielo, pero si se pudiera,
su cadáver estaría revolcándose en su sepulcro en Ecône. Es la traición de su
obra. Es la disolución de su obra.
Monseñor hizo todo lo que pudo en su tiempo. Ha
agradecido a Dios, Dios le ha agradecido a él lo que ha hecho y con el mundo de
hoy, era inevitable que la Fraternidad callara después de su muerte. Son así
las cosas. El mundo de hoy tiene tanta fuerza de corrupción, de presión, de
confusión, de mentiras, de engaño… Monseñor Lefebvre debe estar muy disgustado
con lo que sucede en su Fraternidad.
La Fraternidad cada vez más se parece a una
comunidad Ecclesia Dei. ¿No es así?
Sí, es el veneno. Es el veneno de Monseñor Fellay,
de Monseñor de Galarreta, del P. Pfluger, del P. Nely, del P. Du Chalard, del
P. Lorans, del P. Schmidberger, estos jefes liberales. Pero el conductor de la
banda es Monseñor Fellay y tiene una responsabilidad espantosa en esta caída de
la Fraternidad al pensamiento del mundo moderno. Algunos romanos estarán
gustosos pero no todos. Y lo que Monseñor Fellay no ve es que si logra conducir
a la Fraternidad dentro de la iglesia oficial, él no permanecerá por mucho
tiempo como jefe de ésta. Lo depondrán, como depusieron al Padre Bisig de la Fraternidad
San Pedro. Porque ¿quién tiene confianza en un traidor? Un traidor siempre
puede traicionar una segunda vez. Y al no tener confianza en él, pronto será
reemplazado por un pobre miembro de la Fraternidad que esté más engañado que
él. Pero no ve esto, no quiere ver. ¿Qué es lo que lo empuja en el fondo? ¿Cuál
es su motivo? Dios lo sabe, pero sea lo que fuere, está envenenado y está
envenenando. Transmite lo que recibe, es decir, veneno. Veneno del liberalismo,
de modernismo, de la disolución del pensamiento, de lo que es verdadero, bueno,
justo.
Sobre la Consagración de Rusia, ¿usted cree que en
Menzingen todavía crean en la necesidad de realizarla?
No lo sé. Muy probablemente creen cada vez menos.
Probablemente. Es muy posible que una vez hayan creído en la Consagración de
Rusia por el pedido que hizo la Santísima Virgen de Fátima. Pero cuando se toma
una posición en contra, hay un enfrentamiento, hay una tensión, y la tensión
tiene que resolverse en un sentido o en el otro. Y si la cúpula de la
Fraternidad insiste para seguir a Roma, Roma rechaza Fátima, es evidente
(Cardenal Ratzinger en el año 2000, etc.) Roma rechaza Fátima porque rechaza
la solución del Cielo, porque los masones en Roma evidentemente no quieren la
solución divina, no quieren a Dios, no quieren lo que es de Dios, no quieren a
la Santísima Virgen; fingen que sí pero de hecho no; entonces rechazan la
solución de NS de Fátima y los dementes quieren agradar a los romanos, quieren
gustarle a los romanos, entonces está el empuje de tomar cada vez menos en
consideración las medidas de la Virgen. Acabarán por no creer más en estas
medidas, en la solución de la Santísima Virgen. Y al dejar de creer en esta
solución, buscan soluciones falsas que no pueden ayudar. La Fraternidad está
acabada, efectivamente acabada. Si no ha muerto, está muriendo. Es muy triste.
Todavía hay buenos sacerdotes en la Fraternidad, pero esta bondad de estos
sacerdotes no basta. Esta crisis es muy exigente. Esta crisis no toma
prisioneros, o uno se salva o muere. No hay término medio. O uno guarda la fe y
se aparta de este Obispo peligrosísimo que es Monseñor Fellay, o uno se queda
bajo su terreno y se hace envenenar. Así pasa con estos buenos sacerdotes. Y
esta es la causa de muchos sacerdotes están cayendo, deslizándose poco a poco,
encabezándolos Monseñor Tissier, que es bueno. Monseñor de Galarreta se ha
deslizado hace dos años, en octubre de 2012 en su discurso de Villepreux, donde
anunció que él está del lado de la cúpula de la Fraternidad (tal vez quiere ser
parte de la cúpula). Bien, vaya con Dios, digo yo. Pero su utilidad para la
Tradición ha tomado fin. Ellos ya no pueden defender la Tradición. Porque no comprenden.
Porque desde el momento que uno dice: La Tradición es incompatible con los
masones de Roma, ellos dicen: La Tradición es compatible con estos romanos.
Estos últimos tienen otro concepto de la Tradición. Y un concepto disminuido de
la Tradición porque la conciben como siendo compatible con estos enemigos
objetivos de Dios que son los romanos.
¿Esto se debe a que la Cúpula ya no hace la
distinción entre Iglesia Católica e iglesia conciliar?
He aquí una manera de decir las cosas. Sí. Es decir
que fingen que estos hombres que objetivamente son agentes del demonio, son de
hecho agentes de Cristo. Es falso. Monseñor Lefebvre dijo cuántas veces que la
Iglesia Católica y la iglesia conciliar no son la misma.
¿Qué significa la iglesia conciliar? Significa muchos
hombres de iglesia que ocupan las sillas de la verdadera Iglesia. Ellos mismos
tienen la cabeza ocupada por ideas y principios ajenos a la verdad católica. Es
decir que ideas anti-católicas ocupan la autoridad católica de la Iglesia. La
autoridad existe siempre. No negamos la autoridad de las sedes ni lo falso de
las ideas de los que ocupan estas sedes. Esa es la fuerza de estos malditos,
que ocupan las sedes de Nuestro Señor Jesucristo. No tienen otra fuerza.
Manejan una autoridad que no tienen derecho a manejar. Ordenan en un sentido
completamente falso, entonces no son católicos, no son para nada católicos,
salvo que ocupan las sedes que son católicas. Misterio de Dios, pero también un
castigo para la humanidad que no quiere ya ir al Cielo, que ya no quiere la
verdad de Dios y que prefiere las mentiras del hombre. Ya no queda más que Dios
intervenga con un castigo espantoso, y esto es lo que hará, esto es lo que yo
creo.
La Consagración de Rusia llegará, pero tarde, dijo
Nuestro Señor a la hermana Lucía. Tendremos el castigo y solo después de éste
la humanidad será sana.
En medio de esta terrible situación, ¿Qué podemos
hacer los fieles?
Rezar el Rosario. El Rosario es el chaleco
salvavidas, Nuestro Señor lo ha dicho, con el Rosario y el Escapulario salvará
a los hombres. Los fieles por lo tanto deben llevar su Escapulario y deben
rezar el Rosario. Yo digo frecuentemente que recen 15 misterios cada día. Es
más fácil de lo que uno piensa. Parece mucho pero no lo es. Y es muy fuerte. Si
yo pienso todavía según la Verdad, lo atribuyo al Rosario. Dios me dio la
gracia de rezar un promedio de 15 misterios diarios desde hace decenas de años.
Llevo en mi agenda la cuenta de lo que he rezado, y esto es lo que recomiendo.
Es sencillo, práctico, no es muy exigente pero esto es lo que la Santísima
Virgen pide y si Ella lo pide, es lo que tendrá éxito. Sencillamente. Si Ella
lo pide es porque el Cielo lo quiere, y si lo quiere, es lo que compensará para
que lleguemos al Cielo. Inundaciones, bombas, ¿qué importancia tienen si llego
al Cielo? Si llego al Cielo no importa la manera de morir. Es el Cielo lo que
cuenta.
Entonces, el Rosario, los Sacramentos si es
posible, por supuesto, aunque puede ser que cada vez sean menos accesibles por
falta de sacerdotes. Ahora en la Fraternidad todavía hay muchos sacerdotes que
dan buena doctrina y los Sacramentos. Por eso yo no creo que se deba decir
todavía que hay que alejarse completamente de la Fraternidad, creo que todavía
hay medios sobrenaturales dados por los sacerdotes de la FSSPX para ayudar a
llegar al cielo, pero es seguro que hay un peligro en la Fraternidad, un
peligro cada vez más fuerte de envenenamiento. Entonces, sacramentos en cuanto
sea posible, la buena lectura, mantenerse al tanto para no dejarse engañar. Leer
para orientarse. Sin olvidar el deber de estado. Ocuparse correctamente de su
familia. Obedecer los diez mandamientos.
LEA LA ENTREVISTA EN INGLÉS.- READ THE INTERVIEW IN
ENGLISH:
Two years
have passed since you were expelled from the Society, how are things going?
For the most part fine, I
have been freed from the venom that is poisoning all of the Society under this
leadership that wants to obtain a deal at any price by submitting itself to the
Roman apostates, so I have freed myself or bishop Fellay has freed me with my
expulsion from the Society. I believe it was providential. I am
doing fine; just a little let down because of a relative lack of action on the
part of many good priests of the Society, also from the laity, but the
disappointment is less in respect to the laity than the priests.
I understand very well,
humanly speaking, that the priests prefer to remain in the Society. Humanly
it’s understandable, but from the point of view of the Faith, it’s a shame that
they don’t see the necessity of the Faith and the need to protect themselves
from this universal poison that is now in the Society. It’s terrible that
the priests don’t see this because if they don’t take action, little by little
they will fall. For example, in Chicago, Illinois where Bishop Tissier is
relatively incarcerated, not absolutely but indeed relatively incarcerated, I
hear that his position is growing weaker. That is to say, he is a very good
man, a good bishop with good doctrine, but if he insists on remaining within
the Society and being a loyal subject of Bishop Fellay, he will become more and
more poisoned. This is what those who are close to him have observed.
Did the
2012 General Chapter have a great influence on the decline of the Society?
A little after the 2012
General Chapter, Fr. Chazal spoke with Bishop Tissier, and Bishop Tissier
commented that the General chapter was a disaster. When Fr. Chazal made
this public, the bishop had to deny having said this because of pressure from
the leadership. Anyways, it’s true that the 2012 General Chapter was a
disaster. The reason being that entering into this Chapter, there were several
priests and bishops that were resolved to resist this treachery of Bishop
Fellay, Fr. Nely, Fr. Pfluger, Fr. Lorans, Fr. Du Chalard, and of all the
leadership. They were resolved to resist but leaving from the very same
Chapter, Bishop Fellay had succeeded in poisoning them, and in leaving they had
lost their clear-sightedness, their courage, their will to resist.
Incredible. This Chapter was a master stoke of enchantment by Bishop Fellay. He
is a master of confusion; he has an incredible ability to confuse their minds
and cause them to follow his wrong course. I would even say that it is
demonic. I don’t believe that he is a conscious agent of the devil, but
rather an unconscious agent; to me it seems evident due to his fruits. His
fruits are the destruction of the work of Archbishop Lefebvre.
Nevertheless, it must be said that he is not alone; he has collaborators that
together constitute a leadership that is dominating and falsifying all of
Archbishop Lefebvre’s work. It’s incredible.
And the
formation of the seminarians is also a key factor to the success of the
leadership, is it not?
After the consecrations of
’88 and before passing away in ’91, Archbishop Lefebvre read Fr. Emmanuel
Barbier’s book, a very good, anti-liberal book that studies the history of the
whole struggle between liberals and anti-liberals since the 19th century.
After having read it, Archbishop Lefebvre said: (I have two sources and that is
how I know he said this) “If I would have read this book before, I would have
formed my seminarians differently.” And it is very possible as he also
said in retreats during the last two years of his life that having read Fr. Barbier’s
book he understood that the struggle between liberals and anti-liberals of the
19th century was exactly the very same struggle of Ecône against Rome. In
other words, the good, anti-liberal popes from the 19th century, for example
Blessed Pius IX, who fought against the pernicious liberals of the same
century, it’s the same fight, only that in that century the good guys were in
power and the bad guys were thrown out. In the 20th century, after
Vatican II, the bad guys are in charge and the good guys are kicked out.
Therefore it is very likely that he may have said that he would have formed his
seminarians better, or in other words, stronger anti-liberals with more
knowledge of the Revolution in able to understand it and be able to resist it.
Archbishop Lefebvre always insisted on the sanctity of the priest, which
is excellent, indisputable, but it is a formation much like that of the
seminarians of the 30s or 50s, in other words, a classical formation that is
long gone due to the evil of Vatican II. All of this suggests that,
maybe, Archbishop Lefebvre had not taken enough precaution; he had not
understood from the beginning the substantial evil of the Council. I don’t
know. Towards the end of his life, Archbishop Lefebvre said, among other
things, that if you read the documents of Vatican II, the more you realize that
it deals with a profound perversion of the mind. It doesn’t only deal with
particular errors, like religious liberty, ecumenism, etc., although these
errors are immense; it deals with something more profound and more universal: a
total perversion of the mind. It is a very interesting and very fitting quote
for the last days of the life of the Archbishop, and I believe that near the
end of his life, when he performed the 1988 consecrations- a thoroughly
justified action- he understood that there were necessary actions that were to
be found deeper in the minds, in the spirit, in religion; in contrast to this
very profound evil that is the liberal perversion each time more powerful
in the minds due to the modern world.
He had
reaffirmed, moreover, near the end of his life, that they could not approach
Rome until it converts...
Yes, most clearly, and we
have this very important quote that says that it will be I who lays out
the conditions, and my condition is that they accept Pascendi, Quanta
Cura, Syllabus, and the great, anti-liberal documents of the 19th
century popes and the popes of the first half of the 20th century. The
Archbishop realized that there was no way of talking with the Romans. If
there are no fundamentals or principals shared among those who are discussing,
the discussion is impossible. And as a matter of fact, this is the case, and
poor Bishop Fellay doesn’t have the least bit of an idea of the evil that he is
confronting when he is in Rome. It is so ingenuous. He is
blind. He is completely ignorant to the problem. And so he seeks
the solution as a deal with Rome that is completely false from the point of
view of the Faith. He doesn’t see anything; he is blinded. And the
disappointing thing is that there may be many Society priests that do not see
it, or seeing it they do not take action against it, because the problem cannot
be more serious than it is. It is the complete perversion of modern man,
an in depth perversion. They may be sincere, but it is precisely this
sincerity that is perfectly compatible with this perversion of the mind. The
subjective goodness does not change the objective evil of being in error, of not
being in reality, and these Romans and nearly the entire modern world is in a
dream world. I believe that only a chastisement from God will be able to
correct or put an end to this fantasy. Mankind prefers the lies of men to
the Truth of God. Only God can change this.
And
Bishop Fellay claimed that there were no more discussions with Rome, while
Monsignor Pozzo says that they were never suspended.
Certainly, and it is
because Bishop Fellay is in an illusion, or strictly speaking we could say that
he is lying. Is he aware of the seriousness regarding what he is lying about?
He is constantly lying. It is incredible, absolutely incredible. But he
is a modern man and for the modern man the lack of reality justifies
everything. Anything can be said, and it is justified if it is in harmony
with this lack of reality. This is an inconceivable mentality, but it is
the mentality, and this is the mentality that exists in the minds of the
leadership. The leadership is objectively insane. Subjectively there could be a
good will, but it is difficult to believe because God constantly gives the
graces to come out of this fantasy world and return to reality and His Truth so
that they may guide souls to the actual Heaven and avoid the actual Hell. But
they reject this help from God because they do not act in accordance with the
reality of God. They continue acting in accordance with the fantasy
world, the lies... it is incredible.
What do
you think of a “recognition of tolerance” or “accepting us as we are”?
It is a trap. Because
the Romans have made themselves agents of the devil, and Bishop Fellay, for
example, said to us in his April 2012 response to the three bishops that
“you are not realists, you lack supernatural spirit, it is possible to convert
Rome, it is not impossible.” My dear friend, it is impossible! Fr.
Vallet said: “A liberal does not convert.” They do not convert unless it
is an exceptional grace from God! Liberalism is a system of thought and
way of life in their truth according to that fantasy world which
one encloses himself, and one cannot bring oneself out of it because it is too
beautiful and lovely being within this fantasy. It is nearly impossible
to come out of it. Well, nearly the entire world is liberal, and to be liberal
matters to everyone’s friends. Being anti-liberal, I am in seclusion, the
difficulties, the opposition, the conflict. Because of this nearly all of
the Society priests are apparently following the fantasy of Bishop Fellay
because it is more comfortable. A deal with the Romans as they are is
impossible; it is impossible to reconcile Satan and Christ. It is
ridiculous. Here lies the crux of the problem of the fantasy world of
Bishop Fellay: We will reconcile Satan and Christ. It is
impossible. They are irreconcilable. I do not understand the reason
why he is blinded, or why he doesn’t want to see it.
Cardinal
Ouellet said that it was necessary to consider the Society from an ecumenical
viewpoint.
That’s right! It is
ecumenical. The Romans cannot accept the Archbishop’s Society because it
is true Catholicism. It is God’s truth; that Truth which Archbishop Lefebvre
always remained faithful to. What is essential about Archbishop Lefebvre
is that he remained faithful until the end: Tradidi quod et accepi,
I have passed on what I have received. Passing on the Truth is
unacceptable for the agents of this fantasy world. It is God’s reality
versus man’s fantasy, and both are irreconcilable. What Cardinal Ouellet
says is perverse, well he says “from an ecumenical viewpoint”. In other
words, what the Society is doing is good, but it must be incorporated into the
ecumenism of the official church. That is, Tradition must be reconciled
with the Council. Impossible.
Bishop Fellay is probably
content with this quote from Cardinal Ouellet because it is his same
position. The Romans say that the “Council must be reconciled with
Tradition” and Bishop Fellay says that “Tradition must be reconciled with the
Council.” Both sides meet in the center. An ecumenical viewpoint
means that the Society must change according to the desires of Rome. It
is a terrible error. The Romans, trapped in their system, are incapable
of understanding Tradition. They cannot understand it. Their minds are so
counterfeit and bogus that they are endowed with very false principles which
cannot comprehend that there is a God that has absolute demands which cannot
give in to the will of men.
The
affirmation of Bishop Fellay several days ago in Lourdes where he stated “Fear
not!..But we do not have the right to let
ourselves be paralyzed, we must go forward- (in Spanish, not withdraw into
ourselves*)”, is this not Modernist language?
Of course
this is Modernist language! Because everything that deals with the
Doctrine of God is immutable; it cannot change. Withdraw into ourselves
with a defensive position, enclosing ourselves in the Doctrine of God; it is to
lock oneself into the Truth of God. God’s Truth is infinitely open but
only to God’s corresponding reality. This opening to God’s reality
excludes the lies and foolishness of Bishop Fellay and the Romans and all the
idiots in the modern world. Then our enclosure is in relation to what is
bad and our infinite opening is to all that is good, but this Bishop Fellay
doesn’t understand this anymore. It is the will of men against the will
of God, and he appears to understand what the will of God is each time less and
less. And each time he is worse and worse in his directing of the
Society. Each time he is poisoning more and more the spirits of the
priests who do not have the courage to leave from being under this poor conduct
of his.
After this weak communication about the supposed “beatification” of Paul
VI, how do you believe Archbishop Lefebvre would have reacted?
In a
completely different way than that of Bishop Fellay. Poor Archbishop
Lefebvre without a doubt is in heaven, but if it were possible, his body would
be rolling over in his tomb in Ecône. It is the betrayal of his
work. It is the dissolution of his work. The Archbishop did
everything he could in his days. He had pleased God, and God had been
pleased with him because of what he had done; with today’s world it was
inevitable that the Society would fall after his death. That’s the way
things are. Today’s world is so engulfed in corruption, coercions,
confusions, lies, and deceit… Archbishop Lefebvre must be very displeased with
what is happening in the Society.
The Society is appearing each day more and more like an Ecclesia
Deicommunity. Is this not the case?
Yes, it is
the poison. It is the poison of Bishop Fellay, Bishop De Galarreta, Fr.
Pfluger, Fr. Nely, Fr. Du Chalard, Fr. Lorans, and Fr. Schmidberger, these
liberal leaders. But the ringleader is Bishop Fellay, and he has a scary
responsibility for the fall of the Society into the thinking of the modern
world. Some Romans will be pleasing but not all of them. And what
Bishop Fellay fails to see is that if he is successful in leading the Society
into the official church, he will not remain for very long as its leader.
They will depose of him just like they deposed Fr. Basil from the Fraternity of
St. Peter. Why? Who will have confidence in a traitor? A
traitor can always betray a second time. And not having confidence
in him, soon he would be replaced by a poor member of the Society that is more
deceived than he is. But he doesn’t see this; he doesn’t want to see
it. Deep down what is the driving force? What is motivating him?
God only knows, but whatever it may be, it is poisoning and poisoning.
Pass on what you receive, in this case, poison: the poison of Liberalism, of
Modernism, and of the breaking down of thinking from what is true, good, and
just.
Concerning the Consecration of Russia, do you believe that in Menzingen
they might still believe in the need to do this?
I don’t
know. It is very probable that each time they believe this less and less.
Probably. It is very possible that at one time they did believe in the
Consecration of Russia because of the request that the Most Holy Virgin of
Fatima made. But when one takes a position against this, there is a
confrontation; there is conflict, and the conflict must be resolved in one way
or another. And if the leadership of the Society insists on following
Rome, Rome rejects Fatima; it is clear (Cardinal Ratzinger in 2000, etc).
Rome rejects Fatima because it rejects heaven’s divine solution. They don’t
love God. They don’t love what is of God. They don’t love the Most
Holy Virgin. They pretend that they do, but in fact they don’t, so they
reject the solution of Our Lady of Fatima, and these demented people want
nothing more than to please the Romans. So that is why there is this
pressure each time of taking less consideration of the solution of the Blessed
Virgin. They finally end up not believing in these means, in the solution
of the Most Holy Virgin. And when you stop believing in this solution,
you look for false solutions to no avail. The Society is coming to its
end, effectively it is being finished. If it has not died, it is dying.
It is very sad. There are still good priests in the Society, but this
goodness of these priests is not sufficient. This crisis is very
demanding. This crisis does not take prisoners; one either is saved or
damned. There is no middle ground. You either retain the Faith and
leave this very dangerous Bishop Fellay, or you remain on his playing field and
become poisoned. That is how it is happening with good priests. And
this is the cause of the fall of many priests; they are slipping little by little,
at the head of these is Bishop Tissier, who is good. Bishop De Galarreta
had fallen two years ago in October of 2012 with his Villepreux discourse,
where he announced that he was on the side of the leadership of the Society
(maybe he wants to be part of the leadership). Well, may the good Lord
bless him, I say. But his usefulness to Tradition has come to an
end. They can no longer defend Tradition because they do not understand
it. Because from the moment that you say: Tradition is incompatible with
the Freemasons in Rome, they say: Tradition is compatible with these
Romans. The latter have a different concept of Tradition. And it is
a diminished concept of Tradition because they conceive it as being compatible
with the objective enemies of God, which these Romans are.
Is it because of this leadership that there no longer is a distinction
between the Catholic Church and the official church?
About this
I have a way of saying things. Yes. That is that they pretend that these men
that are objectively agents of the devil are actually agents of Christ.
It is false. Archbishop Lefebvre said so many times that the Catholic
Church and the conciliar church are not the same.
What do we
mean when we say the conciliar church? It is used to describe the many churchmen
who occupy positions within the true Church. They themselves have their
minds occupied with ideas and principles that do not belong to Catholic Truth.
In other words, anti-Catholic ideas occupy the minds of the Catholic authority
of the Church. The authority always exists. We do not deny the
authority of the positions, nor that these ideas are false which are in the
minds occupying these positions. That is the strength of these pernicious
men that occupy the headquarters of Our Lord Jesus Christ. They do not have
other strengths. They manage an authority that they do not have a right
to manage. They command in a completely false sense, so they are not
Catholics, in no way are they Catholics, except in the sense that they occupy
Catholic positions. A mystery from God, but also a chastisement for the
human race which doesn’t want to go to heaven, which doesn’t want God’s Truth
and prefers the lies of men. Nothing is left except for God to intervene with a
frightening chastisement, and this is what he will do. This is what I believe.
Being caught in the middle of this terrible situation, what can the
faithful do?
Pray the
Rosary. The rosary is a life preserver. Our Lord has said that with the
Rosary and the Scapular many men will be saved. Therefore the faithful
must wear their Scapulars and pray the Rosary. I am constantly saying
that you should pray 15 mysteries every day. It is easier than one may
think. It may seem like a lot, but it is not. And it is very
powerful. If I still think in accordance to the Truth, I attribute this
to the Rosary. God gave me the grace dozens of years ago of praying on
average 15 mysteries every day. I carry with me the count of what I have
prayed in my daily planner, and this is what I recommend. It is simple,
practical and is not very demanding but is what the Most Holy Virgin
requests. Put simply, if She requests it, it will surely be
successful. If She requests it, it is because heaven wants it. If
Heaven wants it than it is what will compensate so that we will get to
Heaven. Floods, bombs, what does it matter if you get to Heaven? As long
as I go to Heaven I do not care how I die. It is Heaven that
matters. So then, the Rosary, the Sacraments if it is possible, of
course, even though it may be that they are less accessible due to a lack of
priests. Right now in the Society there are still many priests that teach
sound Doctrine and give the Sacraments. That’s why I don’t believe that
one should say that you must stay completely away from the Society. I
believe that there are supernatural means given to the priests of the SSPX in
order to help get to Heaven, but it is certain that there is a danger in the
Society as well, a danger each time stronger and more poisonous. So then,
Sacraments whenever it may be possible, good readings, keep yourself informed
so much so that you do not let yourself become deceived. Read in order to
be oriented without forgetting about your duty according to your state of
life. Keep yourself correctly involved in your family in the right ways.
Obey the Ten Commandments.