Según las
informaciones oficiales, en 1999 se descubren los textos originales de los
mensajes que recibieron de la Sma. Virgen los dos videntes de La Salette,
Melania y Maximino. Estos documentos fueron entregados al Papa Pío IX en 1851 y
estuvieron perdidos por más de un siglo en los archivos vaticanos. Al poco
tiempo, el descubridor de los manuscritos, P. Corteville, escribe un libro
en defensa de la autenticidad de estas revelaciones, titulado La buena
nueva de los pastores de la Salette. En 2002 los Padres Laurentin
y Corteville, publican, por su parte, el libro Descubrimiento
del Secreto de La Salette (que en realidad debería llamarse
Descubrimiento de los Secretos de La Salette), obra a la que se refiere, en el
artículo que en esta entrada reproducimos, el P. Dominique Bourmaud,
muy conocido por su libro Cien Años de Modernismo, miembro de
la FSSPX y ex profesor en el seminario de La Reja, Buenos Aires.
FUENTE
1) CRÍTICA DEL LIBRO
FUENTE
1) CRÍTICA DEL LIBRO
Por el Padre Dominique Bourmaud.
Las publicaciones
Fayard (Francia) publicaron recientemente (en abril de 2002) un libro titulado Descubrimiento
del Secreto de La Salette, por los Padres René Laurentin y Michel
Corteville, dirigido al público en general, acerca de un tema tabú para los
católicos modernos. Se refiere nada menos que a la elucidación de la
autenticidad del Secreto de La Salette, conocido especialmente en su última versión,
la más larga, la de 1879, la cual recibió el
imprimatur de Monseñor Zola, obispo de Lecce, Italia. La razón de este libro es
la de resumir y promover otro libro impreso en el año 2000, una enorme tesis de
más de mil páginas, del Padre Michel Corteville, La buena nueva de los
pastores de la Salette (la segunda parte, concerniente a la Orden de
la Madre de Dios, no ha sido publicada). Es el mismo que, en octubre de 1999,
descubrió el original de los Secretos entregados al Papa Pio IX en 1851,
enterrados por más de un siglo en los archivos vaticanos. Esta tesis fue
escrita para defender la divina autenticidad de los Secretos.
El Padre Laurentin
es un teólogo de vanguardia, muy involucrado en el carismatismo ecuménico, como
el de Medjugorje, entre otros. Ovbiamente, su firma en el libro no es
tranquilizadora. Es verdad que el libro huele a escepticismo respecto al orden
sobrenatural. Por un lado, Laurentin está en lo correcto al poner el Secreto de
La Salette cercano al de Fátima, pero por el otro, su interpretación sigue la
versión oficial Vaticana del Cardenal Sodano. Sin embargo, para hacerlo, debe
desnaturalizar los detalles precisos de Fátima (pág. 149 y 158), y saca la
conclusión de que el Secreto de La Salette es propenso a la misma elástica
interpretación. Esto es porque, según él, las profecías son necesariamente
ambiguas. Para el P. Corteville, son confusas porque implican una teología
simbólica y apocalíptica. Laurentin califica con comentarios melodramáticos los
libros del Padre Combe (Diario de los últimos días de Melania; el Secreto de
Melania y la Crisis Presente).
Con estas
reservas, no hace falta decir que el imprimatur episcopal del libro, por parte
de un conocido teólogo mariano que defiende a La Salette y su Secreto, dará un
duro golpe a los modernistas, como el padre Delehaye y Stern (pág. 37), al
episcopado francés en general, y particularmente a los sacerdotes de la Salette
que no soportan el auténtico Secreto.
Después de contar
la historia de la aparición del 19 de septiembre de 1846, este libro presenta
al público en general el reciente descubrimiento de los Secretos de Melania y
Maximino escritos para Pio IX en Julio de 1851. Luego presenta los ocho
escritos del Secreto (tres por Maximino, cinco por Melania) explicando por qué
tuvieron que ser desarrollados gradualmente. Entre ellos, el único escrito que
no ha podido ser encontrado, es el de Melania, escrito en 1861, pero es una
pequeña pérdida pues tenemos el Secreto final de Melania publicado en Lecce en
1879.
Un capítulo completo
está dedicado a mostrar el balance psicológico y sobrenatural de los videntes,
y particularmente de Melania, cuya reputación fue tan dañada, que llegó a ser
rechazada por los eclesiásticos franceses. ¿Fue Melania una
masoquista? ¿egocéntrica? ¿antisemita? 21
testimonios sucesivos lanzan toda la luz requerida respecto a la amargamente
discutida cuestión de los estigmas de Melania.
En otra parte, se
hace hablar a famosos defensores de La Salette –Veuillot, Verlaine, Bloy,
Maritain, Massignon, Claudel, Don Bosco, San Juan María Vianney, San Pedro
Julián Eymard, Papas Pio IX a Benedicto XV.
El capítulo final habla de la Regla de la Orden de
la Madre de Dios. Pero de todos los capítulos, el más cautivador, si no el más
importante, es el que ofrece una interpretación de los Secretos, y plantea la
discutida cuestión de la coincidencia del Anticristo con el fin del mundo.
Muchos documentos aportan apoyo a este trabajo con una rica cronología de los
hechos, lo que hace posible navegar fácilmente en la historia de La Salette.
2) LOS PRIMEROS
DOS ESCRITOS DEL SECRETO DE LA SALETTE PARA EL PAPA PÍO IX
(3-6 de julio, 1851)
Los dos escritos
de Julio de 1851 concuerdan en lo esencial, pero difieren en su desarrollo e
incluso su tonalidad: El Secreto de Maximino es más corto, más simple, menos
serio. Melania se preocupa de ser entendida por el destinatario y no quiere
“causarle demasiada pena”, como ella dijo, pero esto no previno las lágrimas
del obispo de Bruillard.
1. Secreto de Maximino, 3 de Julio de 1851.
Maximino escribió su Secreto en el palacio del
Obispo, frente a la gente del Obispo de Bruillard, sin ninguna preocupación, el
3 de julio por la tarde. Se le pidió escribirlo de nuevo por tener manchas de
tinta. El sucio autógrafo fue quemado. Finalmente, el señor Dausse le entregó
el Secreto al Obispo de Bruillard para que estampara su sello en él y luego ser
enviado al Papa. El sobre sellado fue firmado por dos testigos a las 7:00 PM.
Secreto original
de Maximino
En la tesis (del
Padre Corteville), los Secretos son publicados de manera rigurosamente exacta,
línea a línea, con la puntuación y errores gramaticales de los jóvenes
pastores, para quienes la escritura en francés era una proeza. En el libro que
está destinado a más lectores, se presenta la edición literal pero con la
gramática, la puntuación y la composición que los hace más legibles.
Como todas las profecías, esta es un llamado a la
vigilancia. Advierte sobre el futuro sin saciar la curiosidad. Los videntes
interpretan como pueden los términos pintorescos que ellos no conocen. Ellos
extrapolan, confunden el plano temporal y el lógico (como San Pablo en la
Epístola a los Tesalonicences).
Le 19 septembre 1846, nous avons vu une belle Dame. Nous n'avons
jamais dit que cette dame fut la Sainte Vierge mais nous avons toujours dit
que c'était une belle Dame.
Je ne sais pas si c'est la Sainte Vierge ou une autre personne. Moi,
je crois aujourd'hui que c'est la sainte Vierge.
Voilà ce que cette Dame m'a dit:
"Si mon peuple continue, ce que je vais vous dire arrivera plus
tôt, s'il change un peu, ce sera un peu plus tard.
La France a corrompu l'univers, un jour elle sera punie. La foi
s'éteindra dans la France: trois parties de la France ne pratiqueront plus de
religion, ou presque plus, 1'autre la pratiquera sans bien la pratiquer.
Puis, après [cela], les nations se convertiront, la foi se rallumera partout.
Une grande contrée dans le nord de l'Europe, aujourd 'hui protestante,
se convertira: par l'appui de cette contrée toutes les autres contrées du
monde se convertiront.
Avant que tout cela arrive, de grands troubles arriveront, dans
l'Eglise, et partout. Puis, après [cela], notre Saint-Père le pape sera
persecuté. Son successeur sera un pontife que personne [n'] attend.
Puis après [cela], une grande paix arrivera, mais elle ne durera pas
longtemps. Un monstre viendra la troubler.
Tout ce que je vous dis là arrivera dans l'autre siècle, [au] plus tard
aux deux millle ans."
Maximin Giraud
(Elle [m'] a dit de le dire
quelque temps avant).
Mon très Saint Père, votre sainte bénédiction à
une de vos brebis, Grenoble, le 3 juillet 1851.
|
El 19 de septiembre de 1846, vimos a una bella Dama. Nunca hemos
dicho que esta Señora fuera la Virgen, sino que siempre dijimos que era una
bella Dama.
No sé si es la Virgen María u otra persona. Yo ahora creo que era la
Santísima Virgen.
Esto es lo que esta Señora me dijo:
Si mi pueblo continúa, lo que lo que os voy a decir llegará más
pronto, si cambia un poco, llegará un poco más tarde
Francia ha corrompido el universo, un día ella será castigada.
La Fe se extinguirá en Francia: tres partes de Francia ya no
practicarán la religión, o casi, la otra parte la practicará, sin
practicarla bien.
Poco después de esto, las naciones se convertirán, la fe se reavivará en todas partes.
Un gran país del norte de Europa, ahora protestante, se
convertirá: con el apoyo de este país, todos los otros países del mundo
se convertirán.
Antes de que todo esto suceda, grandes trastornos llegarán, en la Iglesia y en todas partes. Poco después de esto, nuestro Santo Padre el Papa, será perseguido. Su sucesor será un pontífice que nadie esperará.
Poco después de esto, vendrá una gran paz, pero no durará mucho
tiempo. Un monstruo vendrá a perturbarla.
Todo lo que digo llegará en el siglo siguiente o a más tardar a los
dos mil años.”
Maximino Giraud
(Ella me dijo que lo dijera poco tiempo antes).
Padre Santo, su bendición a una de sus ovejas,
Grenoble, 3 de julio de 1851. |
Secreto original
de Melania
2. Secreto de
Melania, 6 de julio de 1851
Ella escribió el
Secreto por primera vez, el 3 de Julio, en Corenc, con las Hermanas de la
Providencia. Lo selló a las 10:00 AM, y fue llevado a la Casa del Obispo. Al
día siguiente, ella dijo que no se había expresado bien respecto a los
infortunios que caerían sobre dos ciudades (París y Marsella): éstos parecieron
como simultáneos, siendo que fueron sucesivos. El Canónigo Rousselot la hizo
reescribir el Secreto el 6 de julio, luego el ingeniero Dausse la llevó a la
Casa del Obispo, donde el Obispo de Bruillard leyó el documento antes de
sellarlo.
J.M.J.
Secret que m'a donné la Sainte Vierge sur la Montagne de la Salette le
19 septembre 1846
Secr[e]t
Mélanie, je vais vous dire quelque chose que vous ne direz à personne:
Le temps de la colère de Dieu est arrivé!
Si, lorsque vous aurez dit aux peuples ce que je vous ai dit tout à
1'heure, et ce que je vous dirai de dire encore, si, après cela, ils ne se
convertissent pas, (si on ne fait pas pénitence, et si on ne cesse de
travailler le dimanche, et si on continue de blasphémer le Saint Nom de
Dieu), en un mot, si la face de la terre ne change pas, Dieu va se venger
contre le peuple ingrat et esclave du démon.
Mon Fils va faire éclater sa puissance! Paris, cette ville souillée de
toutes sortes de crimes, périra infailliblement. Marseille sera détruite en
peu de temps. Lorsque ces choses arriveront, le désordre sera complet sur la
terre. Le monde s'abandonnera à ses passions impies.
Le pape sera persecuté de toutes parts: on lui tirera dessus, on
voudra le mettre à mort, mais on ne lui pourra rien, le Vicaire de Dieu
triomphera encore cette fois[-là].
Les prêtres et les religieuses, et les vrais serviteurs de mon Fils
seront persécutés, et plusieurs mourront pour la foi de Jésus-Christ.
Une famine règnera en même temps.
Après que toutes ces choses seront arrivées, beaucoup de personnes
reconnaîtront la main de Dieu sur elles, se convertiront, et feront pénitence
de leur péchés.
Un grand roi montera sur le trône, et règnera pendant quelques années.
La religion refleurira et s'étendra par toute la terre et la fertilité sera
grande, le monde content de ne manquer de rien recommencera ses désordres,
abandonnera Dieu, et se livrera à ses passions criminelles.
[Parmi] les ministres de Dieu, et les Epouses de Jésus-Christ, il y en
a qui se livreront au désordre, et c'est ce qu’il y aura de [plus] terrible.
Enfin, un enfer règnera sur la terre. Ce sera alors que l’Antéchrist
naîtra d'une religieuse: mais malheur à elle! Beaucoup de personnes croiront
à lui, parce qu'il se dira venu du ciel, malheur à ceux qui le croiront!
Le temps n'est pas éloigné, il ne se passera pas deux fois 50 ans.
Mon enfant, vous ne direz pas ce que je viens de vous dire. (Vous ne
le direz à personne, vous ne direz pas si vous devez le dire un jour, vous ne
direz pas ce que cela regarde), enfin vous ne direz plus rien jusqu’à ce que
je vous dise de le dire!
Je prie Notre Saint Père le Pape de me donner sa sainte bénédiction.
Mélanie Mathieu, bergère de La Salette
Grenoble 6 juillet 1851
J.M.J.+
|
JMJ
Secreto que me dio la Santísima Virgen en la Montaña de La Salette el
19 de septiembre 1846
Secreto:
“Melania, te diré algo que no le dirás a nadie:
¡El tiempo de la ira de Dios ha llegado!
Si, cuando le hayas dicho a la gente lo que te he dicho y lo que te
diré aún, si, después de eso, no se convierten, (si no hacen
penitencia, si continúan trabajando el domingo, si continúan
blasfemando el Santo Nombre de Dios), en una palabra, si la faz de la
tierra no cambia, Dios tomará venganza contra el pueblo ingrato y esclavo del
demonio.
¡Mi Hijo manifestará su poder! París, esta ciudad manchada con toda clase de crímenes perecerá infaliblemente. Marsella será destruida en breve tiempo. Cuando sucedan estas cosas, el desorden será completo sobre la tierra. El mundo se abandonará a sus pasiones impías.
El Papa será perseguido de todas partes, le
dispararán, querrán matarlo, pero no podrán nada contra él, el Vicario de
Dios triunfará aún esta vez.
Los sacerdotes y las religiosas, y los verdaderos
servidores de mi Hijo serán perseguidos, y muchos morirán por la fe de
Jesucristo.
Una hambruna reinará simultáneamente.
Después que todas estas cosas hayan sucedido,
muchas personas reconocerán la mano de Dios sobre ellas, se convertirán y
harán penitencia de sus pecados.
Un gran rey ascenderá al trono, y reinará durante
algunos años. La religión florecerá y se extenderá por toda la Tierra y la
fertilidad será grande, el mundo, contento de no carecer de nada, recomenzará
sus desórdenes, abandonará a Dios y se entregará a sus pasiones criminales.
Entre los ministros de Dios y las Esposas de
Jesucristo, hay quienes se entregarán al desorden, y esto será lo más
terrible.
Finalmente, un infierno reinará sobre la Tierra.
Será entonces cuando nazca el Anticristo de una religiosa: ¡Desgracia a ella!
Muchas personas creerán en él, porque se dirá venido del cielo, ¡desgracia a
aquellos que le crean!
El tiempo no es lejano, no pasarán dos veces 50
años.
Hija mía, no dirás lo que acabo de decirte (no se
lo dirás a nadie, no dirás que debes decirlo un día, no dirás nada que
concierna a esto), finalmente, ¡no dirás nada hasta que yo te diga que lo
digas!
Ruego a nuestro Santo Padre el Papa que me dé su
santa bendición.
Melanie Mathieu, pastora de La Salette
Grenoble, 6 de julio de 1851
JMJ +
|
(Tomado de Découverte du secret de La Salette, R. Laurentin y M. Corteville, Fayard, 2002, pgs. 46-49)
NOTA DE NON
POSSUMUS
Sin entrar en la
polémica relativa a la versión extensa del Secreto de Melania (de 1879),
cumplimos hacer ciertas advertencias a los lectores acerca de la frase "Roma
perderá le fe y se convertirá en la sede del Anticristo", que los
sedevacantistas, interpretándola del peor modo posible, veneran como si se
tratase de una profecía irrefutable y de una verdad ciertamente revelada por el
Cielo:
a) Ante todo,
tengamos en cuenta que esa frase no está en la redacción original de 1851. Esto
no implica que haya que tenerla por falsa, pero sí permite tenerla como dudosa.
b) Aunque la frase
sea verdadera, la interpretación que hacen de ella los sedevacantistas (y
muchos tradicionalistas no sedevacantistas) dista de ser la única concebible.
La versión del secreto que contiene dicha frase también menciona otras dos
ciudades: París y Marsella: "París será quemada y Marsella será
engullida". Y todos están de acuerdo en que París significa la ciudad,
no el gobierno de Francia, ni el Arzobispo de París, ni su curia, ni la
diócesis, etc.; y todos concuerdan en que Marsella significa la ciudad, no el
Obispo de Marsella, ni su curia, ni la diócesis, ni el gobierno civil de esa
ciudad. Entonces, congruentemente, la palabra Roma también debe ser entendida
en un sentido más bien literal, como en los otros dos casos, significando no la
Santa Sede, sino la población de la ciudad cuando dice "perderá la
fe", y Roma como lugar físico cuando dice "y se
convertirá en la sede del Anticristo". Así, el sentido más probable de
la frase sería que los habitantes de Roma perderán la fe y que en esta ciudad
tendrá su asiento el más importante órgano directivo de la acción anticatólica,
como pudiera ser un comando mundial de la Masonería. Parece muy razonable esta
interpretación, pues el demonio, queriendo imitar las obras de Dios, pondría la
sede de su vicario, que es el Anticristo, junto a la sede del Vicario de
Cristo.
c) Esa frase, según los sedevacantistas, significa que la Santa Sede perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo, y profetiza, entonces, el presente estado de la iglesia, la que, por causa del modernismo imperante, actualmente se encontraría sin Papa y sin o casi sin Obispos, y con el número de sus fieles tan mermado, que no pasaría de unos pocos miles; lo cual equivale a decir esto otro: que las puertas del infierno prevalecieron contra ella, porque, en rigor y entre otras razones, ni la Santa Sede puede desviarse tanto como para que llegue a ser la sede del Anticristo, ni la Iglesia Católica puede quedar reducida a un ínfimo remanente de fieles católicos dispersos por el mundo, sin Papa y sin Obispos (*).
c) Esa frase, según los sedevacantistas, significa que la Santa Sede perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo, y profetiza, entonces, el presente estado de la iglesia, la que, por causa del modernismo imperante, actualmente se encontraría sin Papa y sin o casi sin Obispos, y con el número de sus fieles tan mermado, que no pasaría de unos pocos miles; lo cual equivale a decir esto otro: que las puertas del infierno prevalecieron contra ella, porque, en rigor y entre otras razones, ni la Santa Sede puede desviarse tanto como para que llegue a ser la sede del Anticristo, ni la Iglesia Católica puede quedar reducida a un ínfimo remanente de fieles católicos dispersos por el mundo, sin Papa y sin Obispos (*).
____________________
(*): "Doctrina
de la Iglesia.
1) La perennidad
del Primado está definida explícita y directamente en el Concilio Vaticano (D
1824s). [D 1825 Canon. Si alguno, pues, dijere que no es de institución de
Cristo mismo, es decir, de derecho divino, que el bienaventurado Pedro tenga
perpetuos sucesores en el primado sobre la Iglesia universal... sea anatema.
NdB].
2) La perennidad
de la Iglesia está definida explícita, pero indirectamente, en el mismo
Concilio (D 1821 1824s).
3) La perennidad
de la Jerarquía la definió implícitamente el Concilio Vaticano I. En efecto,
definió explícitamente la perennidad del Primado (D 1824s). Es así que también
definió que es propio del Primado el tener subordinados a él y el gobernar a
los Pastores u Obispos de la Iglesia universal (D 1827-1831); luego siempre
habrá Pastores u Obispos subordinados al Primado. Esto mismo se enseña
explícitamente en la introducción a la Constitución de la Iglesia (D
1821)."
Cita de Sacrae
Theologiae Summa, por los Padres de la Compañía de Jesús, 4.ª ed., Madrid,
B.A.C., 1962, trat. III, "De la Iglesia de Jesucristo", por el P. J.
Salaverri S.J., n° 294.