"Fraternidad
Sacerdotal San Pio X
Nota
interna confidencial de la Casa General
Difusión:
sacerdotes miembros
2 de
octubre de 2014.
El martes
23 de septiembre de 2014, Monseñor Bernard Fellay, Superior general de la
Fraternidad San Pio X, se encontró con el cardenal Gerhard Ludwig Müller,
Prefecto de la congregación para la doctrina de la fe. Él estaba acompañado por
los dos Asistentes generales de la Fraternidad. El cardenal Müller estuvo
rodeado por Monseñor Ladaria, secretario de la CDF, Monseñor Joseph Augustin di
Noïa o.p., secretario adjunto, y de Monseñor de Pozzo, secretario de la
Comisión pontificalEcclesia Dei y de Monseñor Descourtieux, de la
misma comisión. El encuentro tuvo lugar de 11 h. a 13 h.
-La
impresión general que deja esta reunión es que no hay nada de nuevo (Cf. Comunicado
de 2005, luego de la audiencia con el papa Benedicto XVI retomado literalmente
en el del 2014)
-Como en
el pasado, Monseñor Fellay y sus Asistentes han sido recibidos cordialmente.
-Notamos
que el Papa y la Congregación para la doctrina de la fe quieren mantener las
discusiones y los contactos. No quieren cortarlos.
-No hay
amenaza de sanción, sino una insistencia sobre la obediencia y una insistencia
para que regularicemos la situación rápidamente, aceptando la declaración
doctrinal de 2012 (y la prelatura), a lo que nos rehusamos de nuevo debido a
las ambigüedades de este documento.
-Se nos
pide aceptar el magisterio de la Iglesia como norma de la fe, lo que por
principio no es un problema para un católico, pero es la aplicación de esta
aceptación a la enseñanza conciliar y postconciliar la que plantea un grave
problema, en razón de la ruptura con el magisterio anterior.
-Ellos no
comprenden, o no admiten, que el mismo concilio pueda ser el responsable, y por
lo tanto no pueden remontar a las causas de la crisis.
-Es
difícil de hacer pasar nuestra posición, ellos no comprenden o no quieren
comprender. Nosotros no hablamos el mismo lenguaje.
-Nuestras
observaciones y oposiciones son vistas como secundarias o incluso ilusorias
respecto a los problemas que deben encarar en la Iglesia (próximo Sínodo sobre
la familia, etc.)
-Las
diferencias doctrinales permanecen (ecumenismo, libertad religiosa y
colegialidad, como los problemas planteados por la nueva misa).
-Roma
pide, en el marco de estas discusiones, encuentros entre los miembros de la
Fraternidad y los obispos, las cuales tendrán lugar de manera informal: la
elección de los lugares e interlocutores se deja a nuestra iniciativa.
Nuestras
intenciones:
-Mantener
el contacto, sobre todo cuando la iniciativa venga de Roma, es el espíritu y la
práctica de Monseñor Lefebvre.
-Se trata
de utilizar estos encuentros para exponer, explicar nuestra posición sobre las
causas de la crisis de la Iglesia. Es el espíritu misionero en la Iglesia que
debemos conservar.
Hay que
ser firme sobre el fondo, la doctrina; paciente y caritativo en la forma."
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Comentario:
Para comprender la política de Menzingen
sobre las relaciones con Roma, es suficiente releer al Padre Pfluger en
Flavigny:
"Estamos en un momento decisivo para la Tradición y la Fraternidad.
Crisis viene del griego crisis que se aplica en medicina en el caso de un
paciente al cual le llegó el momento de decidir sobre su destino. ¿Se podrá
curarlo de su enfermedad? Nosotros estamos en ese punto donde hay que
decidir sobre el futuro respecto al papa, a la Iglesia. Entonces, ¿cómo actuar?
Hay que mirar cómo la Iglesia ha actuado en el pasado. Actualmente,
Suresnes, Monseñor Tissier, nos presionan, meten una cierta presión para que
nosotros hagamos una declaración clara, pura y dura, una profesión de fe, que
ponga los puntos sobre las íes. Ellos (ellos o algunos…) piden que no
discutamos con Roma pero que propongamos pequeños textos basados en la
doctrina. ¡Pero cuidado! (no es tan simple). En el Credo, ¡no profesamos que
renunciamos al Vaticano II y a la libertad religiosa! Hemos consultado a
algunos cofrades sobre la oportunidad de la publicación de estas declaraciones
con ocasión del 25 aniversario de las consagraciones; un cofrade francés nos
escribió sobre la utilidad de este texto inaudible para los clérigos modernos
(dos declaraciones firmes [final del Capítulo 2012, luego la declaración de los
obispos en 2013], recuerdan nuestra posición).
Nuestras
declaraciones permanecen inaudibles para el clero moderno, incluso para aquellos que nos estiman, porque falta
una filosofía seria para comprendernos. 1er problema: sobre un mismo texto, cada quien ve a su manera
y los modernos no ven lo que nosotros vemos. Ejemplo: con ocasión de la
manifestación interreligiosa en Buenos Aires, en memorial al ataque contra los
judíos, nadie comprendió nuestra lucha contra la libertad religiosa, pensaron
que nosotros luchábamos en contra de los judíos porque tenemos fieles muy
inteligentes (que no penetraron el contexto y hablaron en este sentido a la
TV). 2do problema: ellos
desconocen el magisterio pre-conciliar (porque ellos/ y ellos) están sumergidos
por preocupaciones pastorales. Sus preocupaciones son totalmente diferentes de
las nuestras que nos enfocamos en el Vaticano II y la colegialidad… (Publicando
tal declaración) nosotros nos (complacemos/ complaceríamos) a nosotros mismos y
no (hacemos/haríamos) avanzar las cosas.
La reforma consiste en trabajar, en hacer circular « in capite
et in membris » simultáneamente. In capite, es respecto al Papa, a
Roma y esto ha consistido en las discusiones doctrinales y nuestros esfuerzos
no fueron coronados por el momento. In membris, es respecto a los fieles, a las
parroquias, al clero conservador. Hay que intensificar el contacto in
membris ahora. Remontándonos más lejos en la historia, constatamos
que la reforma carolingia consistió en la multiplicación de iniciativas
privadas que se elaboraron fuera del poder romano sin afrontarlo y éste terminó
por aprobarlo y legislarlo. El Papa no lanza la iniciativa, sino que es
la base quien la lanza, iniciativas que se propagan hasta que la
cabeza las toma por su cuenta para oficializarlas. Para esto es necesario una
disposición suficiente de los inferiores para dejarse conducir, si no la cabeza
no puede tomar por su cuenta la reforma. El Motu Proprio es una etapa, el papa
no puede ir más rápido ni más lejos por el momento. Monseñor dijo bien que son las
cifras que hablarán. “De la historia no aprendemos nada”, dijo? La
gente siempre comete las mismas tonterías. El cambio vendrá de la
multiplicación de estas iniciativas, su encuentro y su unión".
Con todo lo que se ha sido dicho
previamente, ¡no podremos decir que nos sorprenden!
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Actualización 15-10-14: Texto de la nota en francés,
tal y como la hemos recibido:
Ci-joint la note interne confidentielle de Menzingen suite à l'entrevue romaine
Fraternité Sacerdotale Saint-Pie X
Note interne confidentielle de la Maison générale
Diffusion : membres prêtres
Le 2 octobre 2014
Le mardi 23 septembre 2014, Mgr Bernard Fellay, Supérieur général de la Fraternité Saint-Pie X, a rencontré le cardinal Gerhard Ludwig Müller, Préfet de la congrégation pour la doctrine de la foi. Il était accompagné des deux Assistants généraux de la Fraternité. Le cardinal Müller était entouré de Mgr Ladaria, secrétaire de la CDF, de Mgr Joseph Augustin di Noïa o.p., secrétaire-adjoint, et de Mgr di Pozzo, secrétaire de la Commission pontificale Ecclesia Dei et Mgr Descourtieux, de la même commission. La rencontre a eu lieu de 11 h. à 13h.
— L’impression générale que laisse cette réunion est qu’il n’y a rien de nouveau (Cf. Communiqué de 2005 après l’audience au pape Benoît XVI repris littéralement dans celui de 2014):
— Comme précédemment, Mgr Fellay et ses Assistants ont été cordialement reçus.
— On note que le Pape et la Congrégation pour la doctrine de la foi veulent maintenir les discussions et les contacts. Ils ne veulent pas couper.
— Il n’y a pas de menace de sanction, mais une insistance sur l’obéissance et une insistance pour que nous régularisions la situation rapidement, en acceptant la déclaration doctrinale de 2012 (et la prélature), ce que nous avons à nouveau refusé en raison des ambiguïtés de ce document.
— On nous demande d’accepter le magistère de l’Église comme norme de la foi, ce qui par principe n’est pas un problème pour un catholique, mais c’est l’application de cette acceptation à l’enseignement conciliaire et postconciliaire qui pose un grave problème, en raison de la rupture avec le magistère antérieur.
— Ils ne comprennent pas, ou n’admettent pas, que le Concile lui-même puisse être pris en défaut, et donc ils ne peuvent pas remonter aux causes de la crise.
— Il est difficile de faire passer notre position, ils ne comprennent pas ou ne veulent pas comprendre. Nous ne parlons pas le même langage.
— Nos observations et oppositions sont vues comme secondaires ou même illusoires par rapport aux problèmes auxquels ils doivent faire face dans l’Église (prochain Synode sur la famille, etc.).
— Les différences doctrinales demeurent (œcuménisme, liberté religieuse et collégialité, comme les problèmes posés par la nouvelle messe).
— Rome demande, dans le cadre de ces discussions, des rencontres entre des membres de la Fraternité et des évêques, qui auront lieu de façon informelle : le choix des lieux et interlocuteurs étant laissé à notre initiative.
Nos intentions :
— Maintenir le contact surtout lorsque l’initiative vient de Rome, c’est l’esprit et la pratique de Mgr Lefebvre.
— Il s’agit d’utiliser ces rencontres pour exposer, expliquer notre position sur les causes de la crise de l’Église. C’est l’esprit missionnaire dans l’Église qu’il nous faut conserver.
— Il faut être ferme sur le fond, la doctrine ; patient et charitable sur la forme.