Hemos recibido esta carta de un fiel de la
Resistencia de Polonia. Es una carta escrita por Monseñor Fellay “aclarando”
las acusaciones en su contra. Nuestros comentarios en rojo.
TRADUCCIÓN Y COMENTARIOS.-
Muchas gracias por su carta que he
leído cuidadosamente después de regresar de un viaje apostólico por el mundo.
Mi respuesta a su pregunta es muy
simple: no haga caso a estas escandalosas acusaciones contra
la Fraternidad San Pío X y sus Superiores. Contra todo pronóstico, seguimos
la línea que nuestro venerado fundador, el Arzobispo Lefebvre, nos dio. Si
bien reconocemos las autoridades legítimas de la Iglesia, no las seguimos
cuando su enseñanza está en contradicción con la Tradición.
Excelencia, estas “escandalosas
acusaciones” no es otra cosa que la pura verdad. Escandalosas son sus mentiras,
su secretismo, su protección a sacerdotes que han demostrado ser subversivos
(Por ejemplo el Padre Célier),
su silencio respecto a lasescandalosas declaraciones del
Padre Pfluger, su persecución
hacia los Dominicos de Avrillé y la fundación de
la “nueva rama” de dominicos bajo su jurisdicción, etc., etc.
En cuanto a que usted sigue la línea de
Monseñor Lefebvre, esa es otra mentira más.Monseñor Lefebvre le
dijo a usted y a los otros tres obispos antes de las Consagraciones: Se
acabó, ya no más conversaciones. Entre más reflexionamos, más nos damos cuenta
que las intenciones de Roma no son buenas… En Roma, siguen siendo lo que son;
no podemos ponernos en las manos de esa gente… Roma quiere destruir la
Tradición…Es por eso que nosotros salvamos a la Fraternidad y a la Tradición al
alejarnos prudentemente.
Por supuesto, los otros dos obispos
de la Fraternidad y yo estamos totalmente de acuerdo. No hay ninguna intención
en absoluto de mi parte, y nunca ha habido ninguna intención, de «vender» la
Fraternidad a la Roma modernista. Pero es cierto que la situación de nuestra
Fraternidad en la Iglesia no es normal. Somos católicos y debemos ser
reconocidos como tales, por las autoridades de la Iglesia. Siguiendo el ejemplo
de Monseñor Lefebvre, nunca cortaremos todos los lazos con Roma. De lo
contrario, simplemente dejaríamos de ser católicos.
¿Acaso el no ser “normales” en la iglesia
conciliar nos hace dudar de nuestra condición de católicos? ¿Nuestra
"irregularidad" ante las leyes hechas para tiempos normales, afecta
nuestra condición de católicos de algún modo? Por el contrario: ¿no es verdad
que esa "irregularidad" más bien confirma que seguimos siendo
enteramente católicos y es un título de honor? ¿Importa algo lo que piensen los
liberales y modernistas? ¿Estamos en falta delante de Dios? Acá Monseñor delata
su gran problema: él quiere que los liberales y modernistas romanos nos
reconozcan como católicos. Es su gran aspiración. Se siente incómodo
estando "fuera" a los ojos de los destructores de la
Iglesia. Usted ha renunciado al principio en
que se cimentaba la Fraternidad de “no al acuerdo práctico sin acuerdo
doctrinal previo”. Usted es un traidor.
Al mismo tiempo, desde el 13 de
junio de 2012, nuestras relaciones con Roma están de algún modo bloqueadas. De
hecho, Roma quería tanto obligarnos a considerar el Vaticano II
como una parte integral de la Tradición como a aceptar la licitud de la
nueva Misa. Por supuesto, no podíamos estar de acuerdo con estos dos
requisitos.
Mentira. Usted estuvo y está de acuerdo.
Leemos en su Declaración Doctrinal: Las afirmaciones del Concilio
Vaticano II y del Magisterio Pontifical posterior relativos a la relación entre
la Iglesia católica y las confesiones cristianas no-católicas, así como el
deber social de religión y al derecho a la libertad religiosa, cuya formulación
es difícilmente conciliable con las afirmaciones doctrinales precedentes del
Magisterio,deben ser comprendidos a la luz de la Tradición entera e
ininterrumpida, de manera coherente con las verdades enseñadas
precedentemente por el Magisterio de la Iglesia, sin aceptar ninguna
interpretación de estas afirmaciones que pueda llevar a exponer la doctrina
católica en oposición o en ruptura con la Tradición y con este Magisterio.-
Y: Nosotros declaramos reconocer la validez del sacrificio de la
Misa y de los Sacramentos celebrados con la intención de hacer lo que hace la
Iglesia según los ritos indicados en las ediciones típicas del Misal romano y
de los Rituales de los Sacramentos legítimamente promulgados por los papas
Paulo VI y Juan Pablo II.
Acerca de Su Excelencia Monseñor
Williamson y los sacerdotes de la llamada «resistencia», la razón de su
expulsión se debió a repetidos actos de desobediencia y rebelión contra las
autoridades de nuestra Fraternidad sacerdotal. Es triste y lamentable pero estos
ex miembros son las únicas personas culpables aquí.
El Padre Petrucci dijo en
octubre de 2013: Como superior de la FSSPX Distrito de Italia, tengo
que precisar que tanto Monseñor Williamson como el padre Floriano
Abrahamowicz han sido expulsados de nuestra fraternidad precisamente
en razón de ciertas de sus posiciones que son incompatibles con la vocación de
la Fraternidad. Sus afirmaciones no representan de ninguna manera
la forma de pensar oficial de la FSSPX (es decir, la “negación” del
holocuento). Por otra parte, el Padre Pinaud fue juzgado y suspendido a divinis
por corregir las faltas de ortografía de la “carta de los 37”. Usted y solo
usted es culpable, Monseñor Fellay, y Dios le pedirá cuentas, téngalo por
seguro.
Espero que estas respuestas le
ayudarán a entender mejor nuestra posición y asegurarle nuestra fidelidad a la
Iglesia y a la línea de Monseñor Lefebvre.
Con mi bendición,
+Bernard Fellay