Número DXLII (542)
02
de diciembre de 2017
Liberalismo = Religión
Mons. Williamson
”Dios
o Mammon – hay que elegir”, Nuestro Señor afirmó.
El
Vaticano, al elegir a Mammon, enfermó.
No
solo el liberalismo es un pecado y un pecado grave que afecta al honor de
Nuestro Señor Jesucristo, sino que el liberalismo es una religión. Nos estamos muriendo del liberalismo y sus
consecuencias. Hace ya dos siglos que este liberalismo se ha extendido por
todas partes, en nuestras sociedades, en nuestras escuelas. Este veneno
destruye los mandamientos de Dios, destruye todo lo que constituye la belleza,
la grandeza de la civilización cristiana. Como dijo el papa León XIII a
propósito de la masonería en su encíclica Humanum Genus: “Hay
que arrancarles su máscara y mostrarlos tal y como son para que así los
evitemos y evitemos sus errores”. Creo que el liberalismo, que es
un fruto de la masonería, necesita también ser desenmascarado y ser
presentado tal cual es, de forma que se comprenda su peligro.
El
liberalismo tiene su diosa. Es
la libertad. Recordarán ustedes la adoración, las adoraciones hechas durante la
Revolución francesa en la catedral de Nuestra Señora de París a la diosa razón,
es decir, a la libertad, a la libertad del hombre. Y es a esta libertad, que
tiene su estatua a la entrada de Nueva York, a la que han festejado de una
manera increíble hace pocos meses. El hombre libre. El hombre liberado, por
fin, de toda ley y principalmente de la Ley de Dios. Esta es la diosa de la
religión del liberalismo.
El
liberalismo tiene su sacerdocio,
su sacerdocio son los masones. Sacerdocio secreto, sacerdocio organizado,
sacerdocio extremadamente eficaz. Masones hay miles y miles. La secta masónica
de los B’nai B’rith, que hace sus entradas a Roma con mucha frecuencia y que
estaba presente en la reunión de ayer en Asís, ella sola consta de ciento
sesenta mil miembros en el mundo. El Gran Oriente también está extendido por
todo el mundo.
El
liberalismo tiene sus dogmas. Estos dogmas son la Declaración de los
Derechos del Hombre. Los papas nos han instruido que estos derechos del
liberalismo son el instrumento inventado por la masonería contra Dios,
precisamente para liberar al hombre de la ley de Dios. De ahora en adelante, el
hombre es libre de pecar, puede desobedecer a Dios… por ejemplo, libertad de
prensa… estas son las famosas libertades que han sido escritas en la
Declaración de los Derechos Humanos y que han sido condenadas por los papas
durante siglo y medio.
El
liberalismo tiene su moral, que
es un contra-Decálogo, su moral es sencillamente la inmoralidad. Por veinte
años los liberales han logrado introducir en la legislación de casi todos los
Estados todos los principios que van en contra de la moral católica, como el
aborto, unión libre, etc. – vivir en pecado es favorecido por las leyes
impositivas.
El
liberalismo tiene su política, la política de la democracia, la política del
número. Según la “democracia” es el pueblo que aparentemente gobierna. Pero es
para mejor avasallarlo, para mejor dominarlo y desposeerlo por medio de un
estado omnipotente, de un socialismo totalitario que poco a poco arruina el
derecho de propiedad, que hace trabajar a los ciudadanos para el Estado casi
una tercera parte del año. Y así, ya tenemos a los ciudadanos prácticamente
esclavos del estado totalitario. Esta es la política del liberalismo, a la que
llaman libertad.
El
liberalismo tiene su enseñanza y
quiere que su enseñanza sea atea, laica y universal para todo el mundo. En
Francia, no fueron los obispos quienes defendieron la libertad de una educación
no gubernamental, sino las familias. Si no hubieran ido dos millones de
familias a Paris para rechazar la ley de educación socialista, hoy solamente
habría en Francia la educación gubernamental, y la educación privada habría
desaparecido.
El
liberalismo tiene su economía,
dirigida por las finanzas internacionales. Según apliquen los países la moral
liberal, la economía liberal, la enseñanza liberal, las leyes liberales, así
interviene el Fondo Monetario Internacional al lado del gobierno para
sostenerlo, aunque tenga enormes deudas. Por el contrario, los Estados que
resisten el liberalismo son socavados financieramente y arruinados
económicamente, si es posible. El mismo Vaticano ha sido arruinado por la
economía internacional. Los masones infiltraron las finanzas pontificias, y
transfirieron la fortuna del Vaticano a Canadá, donde desapareció.
Inmediatamente los masones y la Finanza Internacional intervinieron para
ofrecer el apoyo financiero que necesitaba. Naturalmente esto explica las presiones
que se ejercitan cerca del Vaticano en el nombramiento de los obispos y
cardenales, y también para conseguir que se haga cuanto el papa hace, quien
prácticamente está ahora al servicio de la masonería. Hay que decir las cosas
como son.
Esto
dijo Mons. Lefebvre en Barcelona en 1986. ¿Es necesario cambiar una sola
palabra?
Kyrie eleison.