NOTA:
EN LA ANTERIORES ENTRADAS HEMOS DESTACADO EN COLOR ROJO LO MÁS GRAVE DE LO
DICHO POR EL P. PFLUGER. CON ESE CRITERIO, TODA ESTA CONFERENCIA DEL N° 2 DE LA
NEO-FSSPX DEBERÍA ESTAR EN ROJO.
LO
QUE VAN A LEER AHORA TIENEN UN CALIFICATIVO: H O R R O R O S O.
FORO CHRISTUS VINCIT
SÉPTIMA CONFERENCIA (bajo
la forma de conferencia interactiva, 20 :30-22 :30 hrs) [Nota del blog : en el documento, no hay
conferencia 6. O fue saltada o lo más probable es que ésta fuera la sexta].
Para comprender el contexto histórico de nuestras relaciones con Roma,
hay que ver una primera fase de extensión de la Fraternidad, después fueron las
consagraciones, luego viene la
fase de contactos con Roma.
Después del año 2000, es Roma quien toma contacto. El 2000 es el año del jubileo, del perdón. El Cardenal Castrillón Hoyos dijo que una
solución vendría muy rápido para nosotros e insiste, pero Monseñor Fellay dijo:
“No tenemos confianza, ustedes quieren hacernos entrar en las filas”. La política de la Fraternidad consiste en esperar
que Roma nos muestre buena voluntad(liberalización de la misa). Más tarde, se añadirá el levantamiento de las
excomuniones. En esa época, era impensable (que Roma fuera digna de
confianza/que Roma llegara a hacer tal cosa). (Luego habrá las discusiones
doctrinales, para mostrar los verdaderos problemas).
Llega Benedicto XVI que conoce muy bien nuestro expediente. Ya en el
2002, dijo (al Dr. Barth): “La cohabitación de dos ritos juntos en la Iglesia
es imposible, hay que (“catolizar”/reformar) la nueva misa (basándose en la
antigua)”.
(El Motu Proprio está en el aire), luego fue el Capítulo de 2006 que fue
circunstancial (como lo fueron ciertas encíclicas hace algunos cientos de
años y a las cuales ya no nos referimos). Ustedes saben: Podemos hacer
decir todo a Monseñor Lefebvre si tomamos sus escritos, todo y su contrario
porque todo está ligado a las circunstancias. (El Capítulo de 2006 manifestó
que una cierta desconfianza hacia Roma todavía estaba presente. Al final del
Capítulo, un sacerdote deslizó una nota bajo la puerta del Secretario para
abogar por “no al acuerdo práctico”). En el 2006, nadie pensaba que el papa
fuera a dar seguimiento a los requisitos previos. El 7 de octubre de 2007, el papa hace su Motu Prorpio.
El mismo Monseñor Tissier dijo ese día delante de mí: “Esta es una victoria, es
el más grande acontecimiento desde la coronación de Pio XII”. Y actualmente, la
“seudo-resistencia” critica al Motu Proprio, es hipócrita, sobre todo cuando
sabemos que el papa tuvo toda la curia en su contra. (Claro que el Motu Proprio
no es perfecto).
Este
Motu Proprio es un requisito previo y el papa sabe que no se puede avanzar más
rápido.
En el momento en que el papa retira la excomunión, es atacado por la
curia y, en nuestras filas, sucedió el affaire Williamson. No vale la pena ni
es el momento de “criticar el complot”. Si el papa hubiera sabido lo que
pensaba Monseñor Williamson, no hubiera levantado la excomunión, no hay que
olvidar que el papa era alemán y este tema es muy difícil para ellos. (Después)
el papa dijo: “Hay que discutir” y esto es una afrenta para toda la curia y
todos los obispos: ¡el mundo entero lo comprendió menos nosotros! El 4 de junio
de 2009, hubo un encuentro en Roma con Monseñor Fellay, el Padre Pfluger, el
Padre du Chalard. El cardenal fue muy gentil… (sic). Él nos confesó que desde
hace mucho tiempo, tenían un problema interno con los obispos.
(No
hemos comprendido al Vaticano II : la libertad religiosa, el concilio
quería solamente permitirnos poder ir a los países musulmanes. Quanta cura, etc., ese no es el problema. Después
de las discusiones, esperábamos un resultado de esas discusiones. (De hecho),
nos proponen un texto para estudiar, para firmar. Está claro que no podemos firmar pero vemos que Roma hace todo lo
que puede, ella quiere una solución, una regularización de la Fraternidad.
Hoyos hizo proposiciones. Pero todavía en este momento había una fuerte
oposición en la Fraternidad. Hay un pequeño grupo que no quiere contactos con
Roma. Roma presiona, exige una respuesta antes del fin de noviembre. Monseñor
respondió que no podíamos seguir y es una cachetada a Roma.
El Carmelo reaccionó y no es una actitud noble. En el interior de éste,
hay tensiones, rupturas, se calienta y todo esto es ridículo.
Monseñor
Fellay es muy indeciso, no sobre el fondo, sino cuándo y cómo actuar sin que
rompamos con Roma. En
marzo, el secretario del Papa nos hizo saber que el Papa quiere la
regularización a pesar de la oposición de la curia, pero el fondo del problema
es que cada quien quiere salvar su pellejo: Roma con el Vaticano II y nosotros
con las tonterías de Monseñor Williamson. El
Cardenal Levada dijo: “si ustedes no firman, es porque no reconocen al papa”. Y
Monseñor Fellay no quiere tomar el riesgo de una excomunión por rechazo del
reconocimiento del magisterio. La carta de los 3 obispos, es una grave
imprudencia, no es el espíritu de Monseñor Lefebvre. De hecho, un
poco después, Monseñor de Galarreta se disculpó de esta carta diciendo que si
hubiera sabido el contenido de los documentos de enero (posibilidad de
criticar), no hubiera actuado así.Esto por
supuesto queda entre nosotros, no lo pongan en internet (lo dice con un aire de
decirlo al oído).
Imaginen
que el papa llama a Menzingen y que Monseñor Fellay responde: “No estoy
disponible, llame más tarde”. ¡No es posible! y por lo tanto se enfrenta al
problema de la Fraternidad, notablemente con el discurso eclesiovacantista de
Monseñor Tissier y no podemos pasar por sedevacantistas. El texto (que el papa estaba a punto de
firmar/el propuesto por la Fraternidad) se había considerado más exigente que
el de Monseñor en el 88. Y por lo tanto el papa no firmó a pesar de todos los
anuncios que se hicieron y la comisión Ecclesia Dei se vuelve más exigente, por
lo que el Padre Pfluger (?) pregunta al cardenal: “¿De dónde viene esta nueva
exigencia?”. Respuesta: “Estabamos todos de acuerdo hasta el mes de mayo pero
después algunos presionaron al papa”. Sobre todo después de que Monseñor
Tissier dijera: “El concilio no es un verdadero concilio”: el cardenal Ladaria
le recordó al papa que, evidentemente, no podía pasarlo por alto. En la Fraternidad somos muy fastidiosos, nuestra
posición no es clara respecto al concilio, si no le damos valor magisterial,
entonces ya no somos católicos.
La seudo-resistencia: estos sacerdotes son gente (muy desequilibrada/
imprudentes), en casos. Tenemos la impresión que es un estado del espíritu. La
cuestión ahora no es si tener confianza o no, nos
quieren imponer para la situación actual, para ahora, una prudencia que
(es/fue) la de Monseñor Lefebvre en su tiempo, en su época, en sus circunstancias.
Eso no es honesto.
Todas
estas salidas son una purificación para la Fraternidad y deben ser vistas como
una gracia, incluso si nos
sentimos mal porque tal vez son cofrades con los cuales nos entendíamos bien.
Esta
situación irregular de la Fraternidad es tal vez un castigo porque ella se ha
enfocado en los errores, hemos tratado y tratado al papa como un estudiante,
juzgamos sistemáticamente los textos que vienen de Roma, por principio esto es
muy grave. (Nos ponemos casi
contentos de que la Iglesia sea escarnecida, contentos de cada error). Desde el
2006 hemos perdido (60/66) sacerdotes y no fue por causa de Roma, mientras que
la Fraternidad San Pedro, donde son aproximadamente 250, casi no han tenido
salidas. Por lo tanto, hay un problema. (Claro que hay que mantener nuestra línea). La Iglesia es
humillada, hay que ser como el buen samaritano, hay que amarla. Hemos idealizado nuestro combate y es como una
obsesión golpear a los otros institutos (Por supuesto que no son perfectos, pero nosotros tampoco lo
somos). Comprendemos al papa que critica el clericalismo. Nos hemos encontrado
con obispos, nos llaman a Roma, y nosotros, nosotros estamos contentos que las
cosas vayan mal en Roma. Dios no puede
bendecir la actitud de los que no quieren entrar al aprisco, porque habría un
lobo. (Un sacerdote/¿obispo? de
la Fraternidad me dijo: “Aunque se vacíen las capillas de la Fraternidad, no es
grave, lo que cuenta es que nosotros conservemos la fe”). La fe está al
servicio del apostolado.
El
texto (de abril) es circunstancial (mínimo), tal vez no es lo mejor y algunos
dicen que es lamentable, dogmatizan su interpretación y se la imponen a
Monseñor Fellay. (Fue visto por teólogos de la Fraternidad y lo encontraron muy
bueno. Otros dicen que es lamentable, ¡que no es católico! Dogmatizan una
interpretación, una opinión.
Cuidado: en nuestras
propias filas no estamos de acuerdo sobre la noción de magisterio, hay incluso
5 teorías (Monseñor Tissier, el Padre Gleize…) No hay que
dogmatizar e imponer un punto de vista al superior.Ciertamente
que no hay que cambiar de posición, son las circunstancias las que cambiaron. Los que resisten al superior son poco
numerosos pero de pocas luces, como Chazal. En 2007, la teoría de Monseñor
Williamson era: “Las decisiones ad intra son tomadas por el Consejo, pero ad
extra, eso corresponde a los obispos”.
De hecho todo el mundo es (papa frente al superior general/ o es
superior general). Detrás de esta oposición, hay
una parte con miedo y otra parte los “Roma no nos interesa” (“somos la
Iglesia”).
Monseñor
Tissier se atreve a decir: “Donde está la verdadera fe, está la Iglesia”.
Atención, es lo mismo que dijo Lutero. Respecto a la
liberalización de la misa, se reclama que fue clasificada como rito
extraordinario, pero es la histeria del quisquilloso que está detrás. Hay que ser claro, no es serio, y se vuelve
un problema existencial, qué les puede pasar si Monseñor Fellay escribe a Roma.
(En 1988, Monseñor Lefebvre no dijo nada al Consejo
de lo que fue a hacer a Roma. Monseñor Lefebvre siempre tuvo contactos con Roma, permaneciendo firme).
Estamos llenos de un espíritu de suficiencia, tenemos todo, pero
atención, por principio, Dios no necesita de nosotros. La Fraternidad va a ser purificada de los miembros
que no nos quieren y esto es una gracia para ella.
Al Padre Rioult, por ejemplo, lo conozco bien, es un payaso, no sabe
nada y juzga todo.
Estas gentes, es más fuerte que ellos, tienen que juzgar al papa. Se enfocan en el 5% que está mal, aunque el 95% del
Vaticano II es bueno (?): es el idealismo.
San Pio X en su reforma no actuó así, no condenó a todo el mundo y
despidió a los profesores de seminarios, de universidades. ¡Qué tontería actuar
así! Si algunos necesitan, pueden estar seguros, en Menzingen todavía decimos
la misa antigua (risa general). Hay
que tener cuidado con la gracia que pasa y no vuelve a pasar, como dice San
Agustín. La hora es grave, no hay que ridiculizarse ante la Iglesia, ante la mirada
de la Historia.
Pregunta de un hermano: “En la Tradición estamos preocupados por lo que
pasará en el mes de abril ¿cómo reaccionar?” [Nota del blog: se refiere a la "canonización" de Juan Pablo
II]
Respuesta:
Primeramente,
no escandalizarse. Es otro concepto de santidad en relación al que nosotros
concebimos.
Pero
siempre ha sido así en la Iglesia, cada papa beatifica a su predecesor. Imagínense a un sacerdote que pasa su tiempo
criticando al Papa, al Vaticano II. ¿Entonces? No, ¡hay que continuar! A veces
hay que atacar, a veces avanzar, a veces… no podemos pasar el tiempo atacando.
Hay que conocer, pero también explicar la fe.
Es
urgente comprender que no hay que aserrar la rama. (Si un obispo nos da en su
diócesis una iglesia sin condición ¿aceptamos? Si el papa lo hace, pero que
tengamos la garantía de poder continuar el combate y estar relativamente
protegidos contra los obispos locales, Monseñor Lefebvre diría que podríamos
aceptar).
Hay
que dejar hacer al Superior general, tiene suficiententes preocupaciones como ésta. Para comprender la
situación, hay que ver a los que están en contra, Nuestro Señor habla diciendo:
“Tienen oídos y no escuchan, ojos y no ven (pero no comprenden)” (Hay que pensar, esperar a que es posible que el
papa retome contacto con nosotros, ¡es imprevisible este papa! Entonces
Monseñor Fellay le dirá “¿Usted no es papa?” ¡NO! todo depende de la situación.
Ustedes saben, Monseñor Lefebvre
siempre fue un hombre muy práctico, muy pragmático, y siempre se dijo:
« Si es por el bien de la Iglesia, se hace » (En 1984, cuando el motu proprio sobre la
misa, Monseñor Lefebvre dijo que era un pie en la puerta, aunque el motu
proprio exigía que se reconociera la nueva misa).
Ustedes saben que estamos frente a un problema francés.
(Alguien me explicó) El
francés siempre ha sido traicionado, es un problema histórico: Traición por la
revolución, la Vendée, Leon XIII y el Ralliement, Argelia… Pero Leon XIII
simplemente fue realista respecto a la República. Ustedes no se imaginan por ejemplo ir a buscar gasolina donde
fulano porque es católico, van al más barato. Igual para escoger dentista: es
en función de la urgencia, de las disponibilidades y no del que es católico.
(Un día, le dije al padre de Cacqueray):
“Cuando estaba en Amiens, si el obispo o el alcalde le hubiera dado una
iglesia ¿la hubiera rechazado porque el alcalde es homosexual y masón?” Hay que
ser realistas. ¡La realidad no es blanco o negro! No debemos ser simples como
Monseñor Williamson. Los que reaccionan en contra del superior dicen que llevan
a cabo un combate por la fe. No, en realidad es un combate por su idea. Dios no
puede bendecir a los que propagan tan mal espíritu. El problema hoy no es el
mismo que en 1988 (entonces fue un problema de conciencia) Hoy debemos
enfrentar al mal espíritu. Entonces, ¿qué hacer? Antes que nada, presuponer que
el superior quiere el bien. Cuando va mal, cuando la fe está en peligro, ¡se
nota!