Papa
Francisco entre los 50 judíos del año
La
revista estadounidense “Forward” lo incluyó en su lista subrayando su
contribución a las relaciones entre la Iglesia católica y los judíos. Pero en
los motivos también hay un ataque durísimo contra Benedicto XVI
GIORGIO
BERNARDELLI
El
“efecto Bergoglio” irrumpe incluso en la lista de los «50 judíos
estadounidenses del año». La revista “Forward” (histórica voz del judaísmo
liberal del país) decidió incluir también a Bergoglio en la edición 2013 de la
“Forward 50”, el elenco anual de personajes destacados. Aunque, hay que añadir
inmediatamente, en los motivos de esta decisión hay un enésimo ataque gratuito
en contra de la figura de su predecesor Benedicto XVI.
Al
no ser judío, Papa Francisco ha sido añadido como “outsider”, y su inclusión se
debe a que «en tan solo ocho meses ha hecho del tema de la mejoría de las
relaciones con el mundo judío una cuestión clave». Después se añade que «no ha
dejado pasar ninguna ocasión para denunciar el antisemitismo y está planeando
una visita a Israel el año que viene. Además, se recuerda que el único libro
que firmó el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio «es un extraordinario
diálogo con un rabino que se habría convertido en uno de sus grandes amigos en
su natal Argentina».
Entre
estas alabanzas, el “Forward 50” retoma el estereotipo de la oposición entre
Papa Francisco y Benedicto XVI con afirmaciones sobre las relaciones entre
Ratzinger y el judaísmo que parecen derivar de un evidente prejuicio.
“Forward”, en efecto, no dejó de atribuir a Benedicto XVI un insistente
«rechazo de cualquier acceso a los archivos vaticanos sobre el Holocausto».
Además de insistir en la polémica de siempre relacionada con la causa de
beatificación de Pío XII.
Con
respecto a la cuestión de los archivos vaticanos, “Forward” dice una cosa
claramente falsa: durante su Pontificado, Benedicto XVI abrió a la consulta los
archivos vaticanos hasta todo el Pontificado de Pío XI, es decir hasta 1939,
periodo significativo con respecto a la persecución nazi contra los judíos y
durante el que Pacelli era ya Secretario de Estado vaticano. En cuanto a los
documentos sobre el Pontificado de Pío XII, la actitud de Ratzinger fue la
misma que tuvo Wojtyla: estarán disponibles cuando hayan sido catalogados.
Sobre los tiempos para concluir esta operación habló en su momento (en febrero
de 2012, es decir bajo el Pontificado de Ratzinger) el entonces cardenal
Secretario de Estado Tarcisio Bertone, durante un discuirso pronunciado en la
inauguración de la exposición “Lux in Arcana”, en el que dijo que la apertura
de los archivos sobre Pío XII llevaría un par de años. Así pues, no se entiende
según cuál fundamento “Forward” insiste en la descripción de Benedicto XVI como
el obstáculo para la apertura de los archivos vaticanos de la época de la
Shoah.
Sin
considerar que (expresando la esperanza de poder ver la influencia de la
actitud de Francisco en la forma en la que todos los cristianos tratan a los
judíos) la revista estadounidense no consideró oportuno citar las numerosas
intervenciones pronunciadas por Benedicto XVI justamente sobre este tema.
Muchos observadores del mundo hebraico reconocen que Ratzinger fue mucho más
allá de lo que cualquier otro Pontífice había llegado en este terreno. Basta
recordar los discursos que pronunció en la Sinagoga de Colonia en 2005 o el del
Templo Mayor de Roma en 2010.