domingo, 9 de diciembre de 2012

EL CISMA CONCILIAR

Está sobradamente demostrado que a partir del Concilio Vaticano II se ha producido un CISMA. Ha nacido una iglesia “conciliar” -así la bautizó Mons. Benelli- que asimila dos siglos de cultura liberal, es gobernada por MASONES, padece de modernismo y, siendo progresista, se va del brazo con marxistas, socialistas y teólogos de la liberación. Esta pretendida iglesia (con minúscula) no es otra cosa que la sinagoga de Satanás. Tiene su trinidad: es adúltera, tránsfuga y traidora. En suma, NO ES LA IGLESIA CATÓLICA.
Todo lo que caracteriza a la iglesia conciliar ya estaba condenado y lo sigue estando, claro está. No hay, pues, excusa para aceptar sus herejías. Pero Roma está cautiva y son muchos los que prefieren equivocarse con Roma. También fueron muchos los que continuaron viviendo a su modo y pocos los que entraron en el Arca. Y qué decir de Sodoma y Gomorra. Si la VERDAD dependiese del número no sería Verdad: Cuando hace un año el cardenal conciliar de Lima recurría al número para pretender demostrar la escasa importancia de los tradicionalistas, se inscribía con nombre y apellido en el registro del padre de la mentira. NO ES COSA DE NÚMERO SINO DE VERDAD.
Hay CISMA porque los modernistas dejaron la Iglesia Católica a raíz del Concilio Vaticano II. Se marcharon, pero NO DIVIDIERON A LA IGLE­SIA, que siempre está completa como Cuerpo Místico de Cristo. Son apóstatas como los luteranos, calvinistas y anglicanos, que se dicen cristianos, pero no lo son. Sólo hay una forma de serlo: acatando la Santa Tradición, las Sagradas Escrituras y el Magisterio Solemne de la Iglesia, que componen el sagrado Depósito de la Fe. Y OBEDECIENDO al Papa si se comporta como Papa. Pero DESOBEDECIÉNDOLO si pone en peligro la FE. Esto está definido desde siempre. Pero exige fidelidad y valor moral. Por eso los cobardes, los timoratos, se espantan y, refugiándose en una ciega obediencia, suponen que así se salvarán poniendo toda responsabilidad en sus superiores.
“¡Ay de vosotros cuando los hombres mundanos os aplaudieren! Que así lo hacían sus padres con los falsos pro­feta” Lc. 6; 26. Sermón de la montaña.
El mundo hace la apoteosis del falso ecumenismo y ovaciona a la Jerar­quía responsable. Mayoría democrática. Apostasía general Hererejía desafiante. Cisma Traumático que ha partido en dos el palo mayor de la Nave de Pedro. Coro infernal que grita el Non Servían demoníaco. ¿Qué hacer? Penitencia y oración. Nuestra abogada, María Corredentora y Mediadora de todas las Gracias, salvará a la Iglesia. Esta es su promesa: MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARA.
“No temáis, rebaño pequeñito, porque plugo a vuestro Padre celestial daros su reino”. Lc. 12; 32.

La Resistencia Católica, Lima, Perú, Nº 6. VI, 1989.