DEFENSA DE LA FE
“Cuando el pastor se muda en lobo, toca desde luego
al rebaño el defenderse. Por regla, la doctrina desciende de los obispos al
pueblo fiel y los súbditos no deben juzgar a sus jefes en su fe. Mas hay en el
tesoro de la revelación ciertos puntos esenciales de los que, todo cristiano,
por el hecho mismo de llevar tal título, tiene el conocimiento necesario y la
obligación de guardarlos. El principio no cambia, ya se trate de ciencia o de
conducta, de moral o de dogma. Traiciones semejantes a la de Nestorio, son
raras en la Iglesia; pero puede suceder que los pastores permanezcan en
silencio, por tal o tal causa, en ciertas circunstancias en que la religión se
vería comprometida. Los verdaderos fieles son aquellos hombres que, en tales
ocasiones, sacan de su solo bautismo, la inspiración de una línea de conducta;
no los pusilánimes que bajo pretexto engañoso de sumisión a los poderes
establecidos, esperan, para correr contra el enemigo u oponerse a sus
proyectos, un programa que no es necesario y que no se les debe dar”.
Dom Guéranger.