martes, 13 de noviembre de 2012

CARTA ABIERTA A SU EXCELENCIA MONSEÑOR FELLAY, SACERDOTES DE LA FRATERNIDAD Y FIELES


+
PAX


Noviembre 8, 2012

Cuando a los católicos durante la revolución protestante les dijeron: “Acepten el Juramento de supremacía o mueran”, la mayoría de los católicos prestó el juramento. Pero el Señor Dios se complació en enviar una armada de mártires y un papa santo que condenaron los crecientes errores con el Concilio de Trento.
Cuando a los católicos, durante la Revolución Francesa, se les dijo: “Paz al precio de un poco de incienso para los “dioses” libertad, igualdad y fraternidad, si bien muchos claudicaron, Dios suscitó miles de mártires y una Resistencia ferviente en la Vendetta. Después, al Cardenal Pie de Poitiers que combatió las “implementaciones pacíficas” de la Revolución de la era Napoleónica. Luego de un siglo, los católicos fieles se unieron al Syllabus del Papa Pio IX quien condenó el catolicismo liberal.
Cuando se le dijo a los católicos: “Mejor Rojos que muertos” para que cooperaran con lo que Pio XI llamó “intrínsecamente perverso” sistema económico, político y ateo; muchos no hicieron nada, pero millones de católicos engrosaron las filas de mártires en el cielo, y una resistencia heroica fue ofrecida por parte de obispos, sacerdotes y laicos por toda Rusia, Ucrania, Polonia, China, Vietnam, Hungría, España, etc. En Hungría a los llamados “Sacerdotes de la Paz” se les prometió su Misa en latín y sus Iglesias, incienso y vestimenta siempre y cuando permanecieran en silencio en cuanto al asunto incómodo del comunismo. El Cardenal Mindzenty, uno de los pocos que no claudicó, se rehusó firmemente y fue encarcelado por 14 años.
Cuando los Católicos de México fueron obligados a conformarse con las leyes anti-católicas del gobierno masónico de Calles, mucho solamente fueron espectadores, pero surgió la Resistencia Cristera que resistió valientemente al gobierno, al grito de “¡Viva Cristo Rey! En oposición al grito de los federales: ¡Viva Satanás!
Cuando se les dijo a los católicos: “Obedezcan y sométanse a las reformas del Vaticano II”, Monseñor Marcel Lefebvre, Monseñor de Castro Mayer y muchos sacerdotes prefirieron ser considerados “desobedientes” a traicionar la Fe de la Tradición. Desafortunadamente, la mayoría del clero y de los laicos “obedecieron” falsamente y se unieron a las forzadas directivas del Vaticano II.
Trágicamente, actualmente sucede que, 42 años después de haber sido fundado el “bote salvavidas” de la FSSPX, está siendo engatusada con dulces y promesas dentro del “puerto” de la Roma modernista llena de “barcos hundidos” de numerosas comunidades tradicionales que una vez se opusieron públicamente a los errores del Vaticano II.
La FSSPX siempre resistió abierta y valientemente, con la gracia de Dios, hasta el 14 de Julio del 2012, cuando una nueva dirección hacia un acuerdo práctico se convirtió en un esfuerzo “determinado” y “aprobado. Este cambio de principios dio lugar a una nueva orientación en la política de la FSSPX hacia Roma, y una salida oficial de  la postura inflexible de Monseñor Lefebvre, expresada en su Declaración de 1974 y en las declaraciones de 1983 y 2006. Antes siempre era “No al acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal”, ahora es “acuerdo práctico sin un previo acuerdo doctrinal”. Nos atrevemos a decir: “de acuerdo, ¿solo para llevarse bien?” “¿Estamos de acuerdo en no estar de acuerdo? (Un pequeño error en los principios lleva a desastrosa conclusión).
Monseñor Lefebvre fue nuestro santo Fundador. El no solamente tenía la gracia de estado como Superior General, sino que tenía la gracia de estado como Fundador de una organización religiosa a quien procuró impartirle su (1) espíritu, (2) sus principios, (3) su experiencia. Estos fueron el fruto de muchos años de liderazgo en una amplia variedad de pastos. El fue un teólogo de gran renombre (cf. El testimonio y elogios del Canónigo Berto, el teólogo episcopal del Arzobispo durante el Vaticano II).
El era Obispo y después, arzobispo (con varios obispos sujetos a él). El fue el representante papal para toda Africa de habla francesa. El fue el Superior General de una gran Orden Religiosa de Misioneros. El era un visitante frecuente de los papas en Roma. El estuvo en la Comisión Preparatoria del Concilio Vaticano II. Fue un miembro clave del “Coetus Internationalis Patrum” durante el Concilio. El hizo numerosas intervenciones durante el Concilio (cf. “Yo Acuso al Concilio”, por Monseñor Lefebvre). El no tuvo miedo de desafiar y reprender tanto al Concilio como a los papas del Concilio. El fue el hombre de Iglesia escogido por la Divina Providencia para lanzar a la FSSPX a pesar de la tremenda presión de dentro y fuera de la Iglesia. Su rol de salvar a la Iglesia y el Sacerdocio fue profetizado por la Virgen María en Ecuador, hace casi 350 años. De tal hombre hay mucho que aprender.
El Padre Ludovico Barrielle (tan reverenciado por el Arzobispo) comentó en 1982: “Escribo esto para que sirva de lección para todos. El día en que la FSSPX abandone el espíritu y las reglas de su Fundador, estará perdida. Además, todos nuestros hermanos que, en el futuro, se permitan juzgar y condenar al Fundador y sus principios, no dudarán eventualmente en alejar a la Fraternidad de la enseñanza tradicional de la Iglesia y de la Misa instituida por Nuestro Señor Jesucristo”.
¿Sería exacto decir que el espíritu, los principios y la experiencia de Monseñor Lefebvre están resumidas en la siguiente respuesta y advertencia hecha a sus hijos? Cuando se le preguntó acerca de reabrir el diálogo con Roma en 1988 (después de haber admitido que la firma del Protocolo fue un grave error), respondió: “Nosotros no tenemos la misma perspectiva en cuanto a la reconciliación. No tenemos la misma manera de entender la reconciliación. “El Cardenal Ratzinger la ve en el sentido de reducirnos, de llevarnos al Vaticano II. Nosotros la vemos como un retorno de Roma a la Tradición. No nos entendemos. Es un diálogo de sordos.
No puedo hablar mucho Del futuro, ya que el mío está detrás de mí. Sin embargo, si vivo un poco todavía y suponiendo que de aquí a determinado tiempo Roma nos llame, que quiera volver a vernos, retomar el diálogo, en ese momento sería yo quien impondría condiciones. Ya no aceptaré estar en la situación en la que nos encontramos durante las conversaciones. Eso terminó.
Yo presentaría la cuestión en el plano doctrinal: ¿Estáis de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los papas que os precedieron? ¿Estáis de acuerdo con la Quanta Cura de Pío IX, con la Inmmortale Dei y la Libertas de León XIII, con la Pascendi de Pío X, con la Quas Primas de Pío XI, con la Humani Generis de Pio XII? ¿Estáis en plena comunión con estos papas y con sus afirmaciones? ¿Aceptáis todavía el juramento antimodernista? ¿Estáis a favor del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo?
Si no aceptáis la doctrina de sus antecesores, es inútil que hablemos. Mientras no aceptéis reformar el Concilio considerando la doctrina de estos papas que os precedieran, no hay diálogo posible. Es inútil. Las posiciones quedarían, de este modo, más claras”. (Monseñor Lefebvre, Fideliter, Nov.-Dic. de 1988.
Nuestro amado Fundador claramente vio “tres rendiciones” al hacer un mero acuerdo práctico con la Roma modernista, independientemente del número de condiciones, que son: 1.- rendición al poder de Roma quien puede vetar las decisiones más importantes de la Fraternidad, 2.- rendición al poder de veto para cualquier elección futura del Superior General, 3- rendición al poder de veto sobre los nombres de los candidatos propuestos para futuros obispos. Con estos poderes en manos de los enemigos de Jesucristo “ellos nos jalarán poco a poco, tratarán de meternos en sus trampas mientras no hayan abandonado sus falsas ideas. (Mons. Lefebvre, Dic. 13 de 1984, dirigiéndose a los obispos del distrito de Francia). Y más: “Es por eso que lo que puede parecer una concesión, es en realidad una mera maniobra”. Y más: “Nosotros debemos convencer absolutamente a los fieles que no es mas que una maniobra, que es muy peligroso ponernos en las manos de los obispos conciliares y de Roma modernista. ¡Es el peligro más grande que amenaza a nuestros fieles! Si nosotros hemos luchado por veinte años para evitar los errores Conciliares, no es para que ahora nos pongamos en las manos de aquellos que los profesan”. (Monseñor Lefebvre, entrevista Fideliter, julio-agosto 1989)  “Yo le dije (al Cardenal Ratzinger) incluso si usted nos concede un obispo, incluso si usted nos da cierta autonomía respecto de los obispos, incluso si usted nos concede toda la liturgia de 1962, si usted nos concede seguir con los seminarios y la Fraternidad como lo hacemos ahora, no podemos colaborar, es imposible; porque trabajamos en direcciones diametralmente opuestas: ustedes, ustedes trabajan para la descristianización de la sociedad, de la persona humana, de la Iglesia; y nosotros estamos trabajando para la cristianización. ¡No podemos llevarnos bien estando juntos! Roma ha perdido la fe, queridos amigos. Roma está en la apostasía. ¡No estoy hablando palabras vacías! ¡Esa es la verdad! ¡Roma está en la apostasía! Ya no podemos tener confianza en esa gente. ¡Ellos abandonaron la Iglesia! ¡Ellos abandonaron la Iglesia! Es cierto, cierto (Monseñor Lefebvre, Biografía de Monseñor Tissier de Mallerais, p. 548. Esta es una traducción del video de youtube de la misma voz del Arzobispo.)
Podemos oír las objeciones: “Eso es exagerado, padre, todavía no hay acuerdo y no habrá uno en este pontificado, todo ha regresado a la normalidad” Estas son las palabras. Pero ¿Por qué tantas acciones en el sentido contrario? ¿Por qué, entonces, la Declaración del Capítulo General de 2012 no se corrigió con las Declaraciones previas de la FSSPX? Por qué se dejaron las 6 condiciones sin ser corregidas? (En otras palabras, ¿Por qué está el letrero “en venta” en el  jardín delantero?) ¿Por qué las expulsiones, mandatos de silencio, negativas de recibir la Santa Comunión, amenazas y castigos para los que abiertamente se oponen al falso acuerdo?
¿Por qué la expulsión de Monseñor Williamson que abiertamente se adhirió a la línea de no-acuerdo de Monseñor Lefebvre? ¿Por qué el suspiro de alivio expresado por un portavoz de la FSSPX en relación a la expulsión de Monseñor Williamson: “La decisión ciertamente facilitará las conversaciones [con Roma]?” (Padre Andreas Steiner a la agencia alemana de noticias DPA).
¿Por qué, en el 50° aniversario del “más grande desastre de la historia de la Iglesia” (monseñor Lefebvre), el Vaticano II, hay un silencio abrumador en los sitios oficiales (SSPX.org y DICI) de la condenación de los errores del Concilio hecha por nuestro Fundador, a menos que quieran evitarse los “obstáculos  polémicos” hacia un acuerdo? ¿Por qué el reciente comunicado de “Ecclesia Dei” acerca de que las negociaciones continúan? ¿Por qué hubo una reacción tan mínima en comparación con la de Monseñor Lefebvre, a la violación del Primer Mandamiento en Asís III? ¿Por qué las entrevistas ambiguas a CNS, DICI (claro, usted dice que fue editado) que no fueron corregidas y menos aclaradas? (por ejemplo: “…Vimos en las discusiones que, muchas cosas que nosotros hubiéramos condenado como del Concilio son, de hecho, no del Concilio sino del entendimiento común del Concilio […] Mucha gente entiende mal el Concilio […] El concilio presenta una libertad religiosa muy, muy limitada” (Monseñor Fellay, entrevista con CNS el 11 de mayo de 2012) ¿Qué pasó con el “yo acuso al concilio” de Monseñor Lefebvre?
Excelencia, por favor regrese a su antigua predicación de la “Verdad en la Caridad”. Cuando  abiertamente advirtió a los sacerdotes de Campos, Brasil de no hacer un acuerdo práctico con la Roma modernista. Usted una vez trazó la caída de Campos bajo el Obispo Rifán, y ahora ¡un patrón similar está engullendo nuestra amada Fraternidad! Usted dijo una vez: “Por el momento, sin embargo, las cosas no están aún en ese punto (es decir, la conversión de Roma a la Tradición) y fomentar ilusiones sería mortal para la Fraternidad San Pío X, como se puede ver, cuando se sigue el curso de los acontecimientos en Campos”. (Monseñor Fellay, Carta a los amigos y benefactores #63, enero 6 de 2003).
Usted nos dijo una vez: "Creo que la amabilidad de Roma hacia nosotros se debe a su mentalidad ecuménica. Ciertamente, no es porque Roma nos está diciendo:”por supuesto, tienen razón” No, eso no es lo que Roma piensa de nosotros. La idea que tienen es otra. La idea es ecuménica. Es la idea de pluralismo, de pluriformidad”. (Carta a los amigos y benefactores #65, Dic. 8 de 2003). Esta mentalidad ecuménica solamente ha aumentado con Benedicto XVI (los escándalos de Asís II, visitas a la mezquita o a las sinagogas, admisión de los anglicanos sin renunciar a sus errores, etc.).
En cuanto a que Roma esté “cambiando a la Tradición” podemos recordar que condiciones similares fueron prometidas a Le Barroux, predicar libremente en contra del Modernismo, tener la Verdadera Misa, pero ya bajo el acuerdo, el compromiso colapsó, aceptando la Nueva Misa 5 años después. En Marzo pasado, el Instituto Buen Pastor fue presionado seriamente por Roma para enseñar el Vaticano II en sus seminarios y adoptar el nuevo catecismo. Los Redentoristas en Escocia fueron puestos bajo el obispo diocesano el 15 de agosto de 2012. Nuestro amado Fundador explicó la razón de por qué más de 9 comunidades tradicionales cedieron en su compromiso con la Fe, porque “NO SON LOS SUBDITOS QUE FORMAN A LOS SUPERIORES, SINO LOS SUPERIORES QUE FORMAN A LOS SUBDITOS”. (Monseñor Lefebvre, Entrevista de 1989 “un año después de las consagraciones”). (El que crea que está de pie…).
Viendo la dolorosa dirección de nuestra amada FSSPX, no hace sino confirmar cada vez más que realmente está determinada a entrar en un acuerdo con la Iglesia conciliar sin una resolución doctrinal y, como lo prueban las 6 condiciones, de buen grado entrarán a un acuerdo que de hecho, va a sujetar a la FSSPX a la Roma modernista. “Hemos determinado y aprobado las condiciones necesarias para una eventual normalización canónica” (Declaración del Capítulo General del 14 de julio de 2012). No son rumores, ahí está, “grabado en piedra”.
¿Cómo es posible para un sacerdote de la FSSPX ser sincero en su juramento anti-modernista, que lo obliga a predicar en contra del Modernismo, en contra de Roma infectada de modernismo, y la locura de hacer un imposible acuerdo práctico con Roma modernista, y por consecuencia, ser silenciado continuamente?
Eventos recientes muestran como los sacerdotes son objeto de castigos ya sea por la imposición de silencio, traslados punitivos o expulsiones. ¿Cómo es posible para un sacerdote predicar la Verdad “a tiempo y a destiempo” en tal atmósfera?
Por lo tanto, yo deseo con todo mi corazón mantener mi juramento anti-modernista que hice ante el Santísimo Sacramento y tratar de mantenerlo al mantener el mismo sentido y significado de la doctrina de la Iglesia de siempre. Además, no puedo hablar por otros sacerdotes, pero no puedo abandonar la clarísima posición de nuestro Fundador, Monseñor Lefebvre (quien sin lugar a dudas se hubiera opuesto fieramente a esta nueva dirección de la Fraternidad desde julio de 2012) y prefiero parecer “desobediente” mientras, de hecho, estoy obedeciendo verdaderamente las directivas de nuestro Fundador.
Para nuestros jóvenes: “sean fuertes, dejen que la Palabra de Dios permanezca en ustedes, y vencerán al maligno” (I Juan 2,14). El Arzobispo dijo una vez: Algunas personas me llaman “disidente” y “rebelde”, y si eso significa que es en contra el Vaticano II y las reformas liberales entonces sí, soy un disidente y un rebelde”. Y humildemente agrego que si, por oponerme a esta dirección hacia la cual se quiere sujetar la Tradición Católica a los modernistas que no profesan la Fe Católica integral (y que por lo tanto ponen en peligro la salvación eternas de incontables almas), entonces sí, siguiendo a Monseñor Lefebvre yo también soy un disidente y un rebelde.
Por el contrario, la verdad parece ser que la “rebelión” ha sido cometida por los miembros de la FSSPX que favorecen un acuerdo y por lo tanto se rebelan contra los principios y la tradición de la Fraternidad. En buena conciencia, no puedo seguir tal dirección.
Además, después de varios meses de mucha oración y reflexión, me parece claro que la Voluntad de Dios es que ayude a la Resistencia contra el desmantelamiento de la obra de Monseñor Lefebvre asistiendo a los sacerdotes que quieren mantener sus principios. Mi dirección actual es: Our Lady of Mount Carmel, 1730 N. Stillwell Rd., Boston, Kentucky 40107. (Advertencia: No crean tan fácilmente los ciber-rumores como “esto es una repetición de los “9” de 1983”. Quédense con los documentos reales, cartas y hechos. Vean especialmente el trabajo tan bien documentado de Stephen Fox, Is This Operation Suicide?
¡Sin duda, parezco atrevido al expresarme de esta manera! ¡Pero redacto estas líneas con ardiente amor, amor a la gloria de Dios, amor a Jesucristo Rey, amor a María, a las almas, a la FSSPX, a la Iglesia, al Papa! Así como la FSSPX siempre continuó la obra del Arzobispo hasta que Roma regresara a la Tradición, así los sacerdotes de la Resistencia continuarán su trabajo, con la gracia de Dios “sin amargura ni resentimiento” hasta que los líderes de la FSSPX regresen a los principios de su Fundador.

Excelencia, Me encantaría verlo cuando venga por aquí.

Quiera dignarse Su Excelencia a aceptar mi gratitud y la seguridad de mi más respetuosa devoción en Nuestro Señor.

Padre David Hewko


“El más grande servicio que podemos hacer a la Iglesia Católica, al Sucesor de Pedro y para la salvación de las almas y las nuestras, es decir NO a la Iglesia liberal reformada porque nosotros creemos en Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios hecho Hombre, el cual no es ni liberal ni reformable”

Arzobispo Marcel Lefebvre (Sept. 3, 1975, Carta a los amigos y benefactores #9)


 “Además los sacerdotes que quieren permanecer Católicos, tienen el  estricto deber de separarse de la Iglesia Conciliar, hasta que ella  redescubra la Tradición de la Iglesia y la Fe Católica”

Monseñor Lefebvre, Itinerario Espiritual, p. 13.

Visto en Non Possumus.