INVITACIÓN
A LOS OBISPOS Y SACERDOTES DE
TODO EL MUNDO
A UNA JORNADA DE AYUNO Y
ORACIÓN
Y A RECITAR EL EXORCISMO DE
LEÓN XIII
EN LA VÍSPERA DE LA ASUNCIÓN
AL CIELO
DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
En estos momentos de gravísima
crisis espiritual y material en que las autoridades públicas apoyan los planes
del Nuevo Orden Mundial y los pastores callan en complicidad con la destrucción
de la sociedad y de la propia Iglesia de Cristo, tenemos el sagrado deber de
unirnos para librar la batalla espiritual, cerrando filas sin vacilar bajo las
banderas de Cristo Rey y de María Reina.
El Señor ha conferido a los obispos y los sacerdotes poder para
expulsar demonios en su Nombre, y el Sábado Santo del pasado 2020 muchos de
ellos acogieron generosamente la petición que hoy quisiera renovar. Solicito,
pues, a mis venerables hermanos en el Episcopado y el Sacerdocio que dediquen
la víspera de la Asunción de la Santísima Virgen María a la oración y el ayuno,
así como que recen el Exorcismus in Satanam et angelos apostaticos de
León XIII (Rituale romanum, Tit.XII, Caput III) a las 12, hora de
Roma. Este sacramental se colocará bajo el manto de la más temible Adversaria
de las potencias infernales, a fin de que la oración conjunta de los Ministros
de Dios aleje de la Iglesia y del mundo las asechanzas del Enemigo del género
humano que amenazan actualmente la sociedad, la familia, a las personas y, en
particular, a los fieles de Cristo.
El mundo secularizado, y junto con él no pocos pastores, se
burlarán tal vez de este llamado y aun del propio Exorcismo, considerándolo
vestigio de un pasado que es preciso olvidar junto con la Fe de nuestros
padres. Pero sabemos bien que, por indignos y pecadores que seamos, Nuestro
Señor nos ha conferido un poder que aterroriza las Puertas y los secuaces del
Infierno.
En el silencio y el ayuno que nos prepara para la festividad de la
Asunción de la Reina del Cielo, invoquemos a la Virgen Santísima, terrible
como ejército formado en batalla y a San Miguel Arcángel, patrono de
la Santa Iglesia y Príncipe de las Milicias Celestiales.
+Carlo Maria Viganò, Arzobispo